Por: Sergio Iglesias
“Zoologic” supone la consolidación del estilo propio de Bye Bye Lullaby, una banda que sorprende por su capacidad para, a partir de unos sonidos basados en el folk y el rock, adaptarse a otro tipo de estilos musicales como el pop o el country.
En este tercer trabajo del grupo, la formación está compuesta por la extraordinaria voz de Esther Valverde (encargada también de la guitarra y el violín), Dani H. Murgui a la guitarra y mandolina, Osker Sanchez al bajo, Christian Murgui en la batería y Gabri Casanova en los teclados, a quienes acompaña María Valverde en los coros.
Comienza el disco de manera urgente, con el acelerado pop rock de “Monkey”, en el que el veloz movimiento de las baquetas de Christian Murgui marca el camino a seguir a lo largo de todo el trabajo. Continúa la banda sorprendiéndonos con un rock más pesado en “Rhino”, un tema con claros aires ochenta que da paso a un delicado medio tiempo con poso country pop y en el que seguimos sorprendiéndonos con esa versatilidad de la voz de Esther.
Nuevo golpe de efecto con “Snakedrile”, tema genuinamente rockabilly al que sigue una curiosa canción de ambiente hippy como “Mythologic”, en el que, a ratos, los Doors parecen haberse adueñado del alma del grupo. Con otra acelerada entrada y un riff a lo Lenny Kravitz da comienzo “Music bites”, un tema que desprende un aroma positivo y un ambiente cercano al soul de Aretha Franklin. Positivismo que desaparece de un plumazo con el primero de los temas que Esther canta en castellano y en el que vemos una vocalista que nos recuerda a los momentos más torturados de Rebeca Jiménez.
Otro cambio de tercio con “Some far away”, deudora de los sonidos californianos y vuelta al castellano para cantar “Ellas”, un homenaje a las mujeres valientes. Los sonidos más pop regresan con “Oh son”, que precede a uno de los grandes momentos del disco, en el que Dani da un paso al frente para acompañar a la voz a María en “Lonely Wolf”, un tema que destila ternura y en el que se reconoce una leve influencia de las guitarras de Mark Knopfler.
Termina el disco con una curiosidad instrumental de ambiente jazzy titulada “Credits” y con la que se da por concluido este tercer trabajo de Bye Bye Lullaby, un pequeño catálogo de diferentes influencias sabiamente adaptadas para conseguir un resultado más que correcto.