Sala Costello, Madrid, martes, 11 de Octubre del 2016
Fotos: Carlos G. Barba
La memoria colectiva dicta los recuerdos de una sociedad en su conjunto, por eso seguramente el 11 de octubre de 2016 será para muchos madrileños el día anterior a un desfile pasado por agua pero para otros, y ahí radica lo bonito de crear un recuerdo único y diferente, será el día que Vancouver presentó su proyecto musical en un abarrotado Costello. Y aunque Luis García Craus, líder de Vancouver, ya ha pisado varios escenarios en salas de Madrid esta vez se trataba de una puesta de largo donde desgranar por completo su futuro disco, adornado por sorpresas en forma de canciones nuevas y homenajes a algunos de los artistas que damos por hecho le habrán marcado en su vida.
Bajar las escaleras de la sala Costello para adentrarse en su zona de conciertos tenía algo especial esa noche, el ambiente joven con ganas de disfrutar llenaba cada rincón del sótano y unos minutos antes de arrancar el concierto ya era difícil encontrar un sitio amplio y cómodo desde donde poder ver el escenario en su totalidad. Pero de eso se trata cuando asistes a un directo, la comodidad se queda en casa, y el roce, el cruce de miradas y sonrisas mientras bailas, junto a decenas de personas que han ido a hacer lo mismo que tú, toman el mando de un viaje que, sin problemas ni turbulencias, iba a llevarnos al destino final que el comandante Luis había marcado en su ruta.
Vancouver despacha un pop accesible pero que, como los buenos vinos, deja un poso agradable para seguir degustando una y otra vez cada uno de sus temas. Comenzaron con un par de canciones nuevas, perfectas como introducción a sus composiciones más conocidas, y es que da gusto ver como poco a poco van calando entre sus seguidores los temas presentados a través de sus redes sociales y como varias de sus canciones eran cantadas al unisono por el público.
Luis, acompañado a su izquierda por Peña como bajista, a su derecha por Mario a la guitarra y Piroo detrás a la batería solventaron enérgicamente canciones cómo “Espiral”, “Relámpago atlántico” o “Durmiendo” que dieron paso al primero de los homenajes, una versión del clásico de New Order “Bizarre Love Triangle”. Después de la pequeña pausa en su repertorio llegó la parte final con cuatro temas made in Vancouver que hicieron las delicias del público, ya que fueron cuatro explosiones musicales terminando con “Moviendo gigantes” como remate de las canciones: “Llevo razón”, “Entre tanta luz” y “Volverán”.
El viaje se nos había hecho muy corto aunque ya lleváramos una hora volando, queríamos dar una vuelta más. Luis apareció solo en el escenario para agradecer la presencia del numeroso público asistente con una preciosa versión del maestro Antonio Vega y su “Lucha de gigantes”. Poco a poco se fueron sumando el resto de la banda para dejarnos claro a que ciudad habíamos llegado, “Por todo Madrid” puso fin a una noche musical que nos dejó con ganas de más.
Al día siguiente llovió pero a muchos nos dio igual, seguíamos viajando con nuestro recuerdo del concierto de Vancouver.