Por: J.J. Caballero
Para una banda que apuesta por un sonido tan crudo y ceñido a un determinado tipo de público, nunca mayoritariamente abierto a propuestas tan extremas, llegar a donde han llegado hasta ahora los cordobeses Viva Belgrado ya debería ser considerado un triunfo. Han girado un par de veces por Europa, tocado en festivales de reconocido prestigio e impresionado a una sección de oyentes que sigue todos y cada uno de sus movimientos como si de un grupo de culto se tratase. Y la verdad es que llevan camino de serlo, no se sabe si a su pesar o no.
Con "Ulises" han conseguido perfeccionar la fórmula iniciada en "El invierno" (2013) y casi definitivamente perfilada en "Flores, carne" (2014), y lo hacen intentando impactar con la habitual garganta vociferante de Cándido Gálvez, al límite de lo inteligible en algunos tramos, en la enérgica "Calathea", pero también decelerando un poco el tempo y centrándose en un post-rock reposado y profundo, como el de "Por la mañana temprano", que no es sino la dupla perfecta de "Apaga la llum", otro ataque pacífico a los perfiles enervados de la banda y, rizando el rizo, un hermanamiento con la línea de guitarra de "Aeropuertos". Como se puede suponer, hay bastante de disco conceptual en esta aventura sonora que trata de reflejar a lo largo de sus once canciones las contradicciones implícitas en la odisea cotidiana de vivir y sobrevivir para contarlo. El inmortal libro de James Joyce, obviamente, es la referencia primera. Muy trabajado el concepto, está claro.
La banda intenta que sus intenciones se aclaren y para ello orbitan un universo mitológico difícil de descifrar. "Erida" no es solo el nombre de la diosa griega del odio, sino un juego de palabras evidente y uno de los temas más crudos del disco; "Fresas salvajes" los define como habitantes del planeta Bergman, otro nombre clave en su peculiar galaxia; "Annapurnas" crece en intensidad desde la pura simplicidad, convirtiéndose en uno de los temas más explícitos de su carrera hasta el momento. La bipolaridad que se respira, ese ambiente tenso infestado de rabia y quietud en imposible convivencia, se manifiesta en títulos dobles como "Pleiades/pasaportes" o "Cassiopeia/contraluces", con la nomenclatura galáctica de nuevo definiendo la ruta artística de unos músicos salvajes y entregados a una causa que ha de ganar nuevos adeptos con este trabajo, probablemente el mejor que han entregado hasta la fecha, o al menos el mejor producido (se nota la mano del mago Santi García).
"Ulises" suena completo y poderoso, y tiene además una muy bonita portada, aunque si hemos de buscarle alguna pega, tal vez peque de cierta irregularidad y el screamo que practican sus autores no parece dar para mucho más, lo cual puede ser un hándicap importante si su objetivo es evolucionar como banda. Hasta ahora lo mejor que podemos decir es que no solo en su ciudad natal, sino en el resto de España, hemos de sentirnos orgullosos de la existencia de una banda con unos valores tan férreos. La odisea debe continuar.