Por: Sandra Sánchez
En estos tiempos en los que los nuevos artistas que se autodenominan rockeros son fundamentalmente clones (o intentos de clones) de Leiva se agradece encontrar un soplo de aire fresco. Hablamos de Said Muti y de su nuevo disco, "De tripas rock 'n' roll", un trabajo original y muy muy digno.
El proyecto se inició con un crowfunding que en poco tiempo alcanzó y superó el objetivo monetario necesario para ponerse en marcha y convertirse en el disco de 10 canciones redondas que acaba de publicarse.
Está producido por Alejo Stivel y Fernando Montesinos, pero la personalidad de Muti está realmente presente; no es un disco que en cuanto lo oyes lo relacionas con Stivel, y esto es, en mi opinión, bueno.
"De tripas rock´n´roll" se mueve en los límites de un rock hispano clásico, recuerda a algunas bandas latinoamericanas de los noventa (pienso sobre todo en Caifanes) y a los primeros discos de MClan. La voz ligeramente rasgada del artista canario se acerca a la de Tarque en potencia y carácter y es inevitable asociarla con él.
El primer tema ("Vientos de revolución") es de los más destacados del álbum. Es un rock de carretera, con capacidad inmediata para trasladarnos a caminos polvorientos y quemados por el sol, al oeste de todo. La letra es íntima y potente a la vez, "vientos de revolución soplan en mi interior; vientos de revolución, metralla en el corazón", nos invita a unirnos al viaje de Muti, en busca de quién sabe qué, de nuevos aires seguro. Y es que hay también mucho western en este álbum, reminiscencias de música de películas de Sergio Leone, de aquel Morricone de décadas atrás, muy claras en la canción que da título al disco.
En general prima la música sobre las letras, si bien estas últimas la complementan con solvencia. Nos cuentan historias de búsquedas, de desamores, de noches en solitario o de borracheras para olvidar (esto último respectivamente en las estupendas baladas rock "Miedo" y "Diez copas"). Pero por encima de ellas sobresale el trabajo instrumental. Es fantástica la guitarra que se escucha en "No hay más", uno de los mejores temas del álbum, con un toque blues muy conseguido.
Mención aparte merece también "Quédate" ("lo quiero todo menos verte dormir") que conecta a Muti directamente con el rock de 091; la banda de Lapido podría haber firmado perfectamente esta fantástica canción, al igual que la que le sigue, "Todos quieren".
En definitiva, un disco sólido, bien instrumentado, bien cantado y que bebe de fuentes con clase, fuera de toda sospecha de mediocridad. Un trabajo respetuoso con la música rock. En definitiva, Said Muti convence.