Por: Sandra Sánchez
Después del fabuloso trabajo que Sam Beam (Iron & Wine) publicó el pasado verano junto a Ben Bridwell, alma mater de Band of Horses, éramos muchos los seguidores que esperábamos ansiosos nuevo material.
Y ha llegado bajo el título de "Love letter for fire". Un disco también a cuatro manos y dos voces, que poco tiene que ver sin embargo con el anterior, únicamente lo importante, su gran calidad. Aquí encontramos a un Sam Beam minimalista y lírico, que presenta 13 canciones en su mayoría muy folk, junto a Jesca Hoop, cantante californiana de numerosos registros, que van desde la música más tradicional a la experimental. En este trabajo hay una muestra principalmente de la primera.
El disco comienza con una pequeñísima intro a capella con el revelador título de "Welcome to feeling". Ahí queda resumido de qué va este trabajo, en el que priman los sentimientos, fundamentalmente el amor y concretando más, ese que llega y se va.
Le sigue "One way to pray", un tema a dos voces y con protagonismo de la guitarra acústica, que nos remite a los sonidos irlandeses más clásicos.
Hay canciones más pequeñas o quizá que requieren más de una escucha para ser valoradas, que no “entran” a la primera; y otras que desde el primer minuto te dejan colgado de ellas. En este último grupo entra por encima del resto "Valley Clouds". Se trata de una preciosa canción country en la que la química entre las voces de Sam Beam y de Jesca Hoop es sencillamente perfecta. La melodía es delicada, tranquila y con la maravillosa capacidad de hacerte sentir mejor al instante. Tiene un in crescendo fantástico, va adquiriendo más y más intensidad y cuando termina te ha ganado por completo.
También es espléndido el siguiente corte, "Soft Place to Land"; aquí el minimalismo es máximo, valga el oxímoron, ya que no escuchamos más que las dos voces y un punteo de guitarra, un toque de viento más adelante también, pero el resultado es que estamos ante una gran canción. La magia de hacer de lo sencillo algo grande.
A la hora de plantear este trabajo Beam buscaba alguien con quien crear un álbum de duetos al estilo más clásico, y cuando escuchó "Kismet", de Hoop supo que la había encontrado. Escribieron juntos las letras y la conexión, total, se percibe en el resultado final, muy fluido y natural, en absoluto forzado.
Un trabajo, en definitiva, en el que comprobamos que Sam Beam sigue en estado de gracia, haciendo que lo difícil parezca fácil y ofreciendo composiciones ligeras y de gran calidad a la vez. Si sumamos el talento de Jesca Hoop, a la altura de Beam, poco más hay que decir aparte de invitar a descubrir "Love letter for fire".