Sala Razzmatazz, Barcelona. Viernes, 29 de abril del 2016
Por: Blanca Solà
Por: Blanca Solà
Fotografías: Gemma Terol
Si una palabra define los directos de Love of Lesbian esa es, sin duda, sorpresa. Tres conciertos consecutivos con las entradas agotadas en la sala Razzmatazz de Barcelona recordaron que todos quieren embarcarse en su nuevo viaje con El Poeta Halley. Luces apagadas, audiovisuales en el fondo con planetas moviéndose sigilosamente, siluetas acercándose al escenario y, en un abrir y cerrar de ojos, “Cuando no me ves” rompiendo la inquietud de los asistentes que cantaban a gritos el estribillo.
Santi Balmes dio la bienvenida a todos sus fans en este segundo concierto y presentó con palabras de amor su nuevo disco, como si fuera el hijo más esperado, más artista. “Bajo el volcán”, aprovechando imágenes de su videoclip para plasmarlas en los audiovisuales, destacaba por el claro sonido de guitarras que Julián Saldarriaga protagonizaba, acompañado de Jordi Roig y de Ricky Falkner, músico y prestigioso productor de la escena indie.
Dieciséis meses sin tocar han permitido a la banda regalarnos una madurez sensorial representada por una gran puesta en escena con juegos de luces al ritmo de sus canciones, gran variedad de audiovisuales y un sonido más cuidadoso con los teclados de Dani Ferrer a la cabeza. Joan Ramón Planell, bajo del grupo, siempre nos sorprendía con alguna indumentaria curiosa, pero en esta ocasión, prevalecían otros detalles acústicos, que, en general, se agradecen.
Para no olvidar las canciones más queridas de sus anteriores discos, “Maniobras de escapismo”, “Allí donde solíamos gritar”, “Belice”, “1999” e “Incendios de nieve” también tuvieron cabida en este concierto tan espectacular. “Segundo asalto” fue interpretada por Santi y Julián en acústico recordando la noche creativa que la crearon. Pero con “Noches reversibles”, la profunda voz de Santi y el acompañamiento de Ricky Falkner acabaron dando voz al público, quien cantaba los versos finales con devoción y una admiración incalculable. Fans de todas las edades, fans de ahora y del ayer, todos unidos por las mismas notas.
Santi Balmes también tuvo unas bonitas palabras para Prince y David Bowie a quienes les dedicó “Los seres únicos” de su penúltimo disco "La noche eterna. Los días no vividos" (2012). Porque, en realidad, todos somos únicos.
“Contraespionaje” con grooves plácidos y el ritmo detallado por la percusión de Oriol Bonet, estaba compuesta por palabras brindadas a la ciudad que los ha visto crecer, Barcelona.
Como sorpresa, una de las melodías que representan e identifican a LOL es “Universos infinitos”. Un himno de la banda que está presente en todos sus directos y que todos esperaban ansiosos. En esta ocasión, acompañados de la voz de Desirée Garcia Miras quien interpretó una versión, que nos puso la piel de gallina, por el contraste tonal que se desarrolló con Santi y el ambiente tranquilo y melódico que les rodeaba. Una versión aplaudida por todos por la magia que desenvolvió.
“Psiconautas” e “I.M.T. - Incapacidad Moral Transitoria” del nuevo disco daban paso a los momentos más animados y bailables del concierto. Los saltos del público con cervezas en mano no tenían desperdicio mientras tarareaban las canciones que salieron a la luz hace escasos meses.
Un sonido rompedor y sorprendente engrandecía la sala y la cubría de buen hacer. Un recuerdo a toda su trayectoria que se volvía más exigente con su último trabajo, donde destaca la importancia de las palabras y de sus signos de puntuación, como se iba viendo a lo largo de todo el directo en la pantalla de fondo.
Y para finalizar, con más de dos horas de concierto de alto nivel y sin decaer la noche ni la gente, “Algunas plantas”, “Oniria e insomnia” y “Planeador” cerraron el telón, con dos bises breves y con ganas de seguir la fiesta. Porque Love of Lesbian, con su quinto disco y más de 20 años de trayectoria, sigue siendo una banda amada y/u odiada por muchos. Pero hay que reconocer, que esta oda a la creatividad lingüística, para los amantes de las palabras, es un inmenso placer saborearla con todos los sentidos.