Por: Alejandro Guimerà
50 años ya de este disco fundamental para entender la evolución de la música moderna. Un trabajo que ha envejecido a las mil maravillas y que se seguirá escuchando cuando la mayoría de nosotros ya no estemos por aquí. Surgido de una de las mentes más maravillosas e indescriptibles del rock, capaz de imaginar cada uno de los sonidos, notas, matices y arreglos antes de grabarlo. Un disco que surgió de la obsesión de querer ser el mejor, de superar el legado de Phil Spector y de no quedarse atrás de los nuevos genios venidos de la vieja Inglaterra, The Beatles. El disco que transformó la música pop de entretenimiento para adolescentes a Arte en mayúsculas. Maravilloso.
Los hermanos Wilson (Brian, Dennis y Carl), su primo Mike Love y Al Jardine eran unos auténticos mitos en la América efervescente post- Kennedy. Sus discos se contaban en éxitos, singles en las primeras posiciones de las listas de ventas, discos de oro, conciertos a lo largo del país y una aceptación del stablishment que los veían como los buenos chicos del vecindario. La fórmula era infalible: grandes voces armonizadas, instrumentación rock de inspiración chuckberriana y letras que hablaban del amor juvenil, las maravillas del verano en California, los coches y el surf. Todo era perfecto y tenían crédito para rato. Pero no todo el mundo andaba satisfecho...
El joven Brian Wilson, víctima de ataques de ansiedad, decidió hacer un parón de las incesantes giras para dedicarse a lo que más le gustaba: la composición. Fue entonces cuando, recluido en su casa, dio rienda suelta a su mundo interior e ilimitada creatividad para visualizar en su cabeza un universo de sonoridades y melodías. Poco a poco fue componiendo unas canciones que empezó a plasmar con la ayuda de unos contrastados músicos clásicos conocidos como The Wrecking Crew, quienes fueron recibiendo las concretas y constantes indicaciones del rockero. La idea de Brian era la de incluir junto con las habituales guitarras, teclados, baterías y trabajadas armonías vocales de la formación, instrumentos clásicos pero también efectos sonoros e instrumentos no convencionales como timbres de bicis, campanas, botellas de coca-cola, ladridos de perro (de allí el título del disco) aunque al final también introdujo instrumentos africanos y por primera vez en el rock el electroteremín.
No hay que dejar de lado en la narración de esta obra magna la participación del publicista Tony Asher en las letras, pues el publicista trabajó codo a codo con el mayor de los Wilson para dar con la poesía perfecta para tanto fervor sonoro. Un fervor que arranca al poner la aguja al comienzo del vinilo cuando escuchamos los arpegios de una excelsa "Would'nt It Be Nice" que se eleva a través de una amalgama sonora no falta de acordeones, arpas o timbales. Luego la espectral y algo mística "You Still Believe In Me" con un piano que marca el tono a pesar de las bocinas que se intercalan.
"That' s Not Me" se asemeja a los Beach Boys anteriores por su menos compleja producción y por contar con la voz principal de Mike Love aunque no por la estructura variable de su composición y por su onírico órgano. "Don’t talk (put your head on my shoulder)" es pura orfebrería sentimental. Envolvente y delicada gira alrededor de la voz de Brian mientras los etéreos instrumentos van apareciendo, violines, flautas, metales, tambores y un bajo que emula los latidos del corazón. Otra de las locuras magistrales que arroja el disco es "I' m Waiting For The Day" . Grabada en distintos cortes que luego se unieron, unas flautas y violines clásicos que entroncan con toda la artillería rítmica en los crecendos de una canción sin límites. En cambio la tradicional "Sloop John B", propuesta insistentemente por Al Jardine, fue la preferida del resto de la banda (a excepción de su cerebro, claro está) y la que mayor proyección comercial tuvo. Un buen final a una cara A letal.
La segunda parte del álbum se abre con una de sus joyas de la corona: "God Only Knows", con un inspirado trabajo vocal de Carl Wilson en estado de gracia. Favorita de muchos músicos de la época (McCartney entre ellos), ligera a la vez que infinita, hace de la sencillez la genialidad para llegar directa al alma sin filtros. La experimental "I Know There’s an Answer" conecta con la psicodelia a través del juego y la combinación de instrumentos que rompieron moldes en su época. Para componer "Here Today" Brian tomó prestado de Bach su cambio de melodía a media canción, luego la llenó de saxos, un piano que suena como un clavicémbalo, el trombón, pandereta,.... El broche de oro lo pone la jazzística y tenue "Caroline No", lánguida y de preciosa percusión ambiental hasta los ruidos de trenes y perros, son los sonidos del vecindario de Inglewood (L.A.) en dónde vivieron sus primeros años los hermanos Wilson .
La puesta a la venta del álbum coincidió con las largas sesiones de grabación de "Good Vibrations" (de febrero a septiembre de ese año), por lo que el tema quedó fuera y acabó publicándose como sencillo. Solo imaginar su inclusión en el "Pet Sounds" pone la piel de punta ya que hablamos de una de las mejores piezas del rock que jamás se haya publicado, apodada como "pocket symphony" y sin duda alguna la cota mas alta de talento a la que llegaron los hermanos Wilson y compañía.
La puesta a la venta del álbum coincidió con las largas sesiones de grabación de "Good Vibrations" (de febrero a septiembre de ese año), por lo que el tema quedó fuera y acabó publicándose como sencillo. Solo imaginar su inclusión en el "Pet Sounds" pone la piel de punta ya que hablamos de una de las mejores piezas del rock que jamás se haya publicado, apodada como "pocket symphony" y sin duda alguna la cota mas alta de talento a la que llegaron los hermanos Wilson y compañía.
Tanto el disco como el single cosecharon un gran éxito pero sobre todo causaron un gran impacto entre los rockeros de la época que lo vieron como una fuente de inspiración y un aliciente para superarse. Años después el tiempo lo ha encumbrado como uno de los elepés más completos y decisivos jamás hechos y como uno de los hitos de la evolución de la música moderna del siglo XX. Lo asombroso de la historia es que todo comenzó en la tormentosa cabeza de un chico introvertido encerrado en su habitación que ya tenía el mundo a sus pies.