“Para nosotros cada concierto es una celebración”
Por: Sergio Iglesias
“Igual y diferente. Una mirada distinta” es el título del nuevo trabajo de Doctor Deseo. Una muesca más en la carrera de los bilbaínos que llevan casi tres décadas al pie del cañón, sobreviviendo a una industria musical que cada vez lo pone más difícil. Para hablar sobre este nuevo disco hemos quedado con el inimitable Francis Díez y, alrededor de unas cervezas, como no podía ser de otra forma, hemos conversado sobre todo lo que rodea al veterano grupo.
Comencemos por el título, ¿Por qué “Igual y diferente. Una mirada distinta”?
Francis: Tiene mucho que ver con la frase de Marcel Proust que ponemos al final del libreto y que creo que da coherencia a todo: “El auténtico viaje del descubrimiento no consiste en ver nuevos paisajes, sino en saber mirar”. Esto es lo que hemos intentado, tanto en las letras como en la música: aprender a hacer una mirada distinta sobre lo de siempre. Nos movemos en los mismos parámetros musicales y los temas importantes son los que son, pero era el momento de hacer una revisión diferente sobre lo mismo aportando algo distinto y creo que, sin dejar la mala leche a un lado, hemos conseguido dar una vuelta de tuerca más sobre las cosas que realmente importan.
¿Cuáles son esas cosas?
Francis: La capacidad que tenemos de generar vínculos, que es algo muy importante en la especie. También lo hacemos desde un punto de vista femenino y por eso tenemos en portada a Louise Brooks. En “El placer de conspirar” explica un poco todo esto que significa algo así como “tú me cuidas, yo te cuido” y los dos jugamos en ese territorio de lo simbólico que nos puede hacer crecer y espabilar en cosas tan elementales como que la colaboración es más interesante que la competencia y que la gestión de las emociones hoy se sabe que es algo básico. Se trata de saber gestionar estos vínculos que seas capaz de generar…
¿Y con todo esto, tal y como cantas en ese tema, conseguir “asaltar el paraíso”?
Francis: Así es. Primero lo construimos y después lo ocupamos. Pero es importante que haya todo lo que te he dicho anteriormente porque, sobre todo en este país, venimos de la cultura del martirio y es el momento de que las cosas sean un poco más plácidas, sabiendo que el dolor no se evita y siempre está por ahí. Pero tenemos que buscar el placer.
¿Cómo surge la idea de asociar las canciones con las imágenes de películas que, en el libro, acompañan las letras?
Francis: La idea surge de Lur Merino que, en los últimos tiempos, es la persona encargada de todo el trabajo de diseño y de la parte creativa. Ya nos tiene muy pillados y es la primera que escucha las canciones para ver de qué va la cosa y, a partir de ahí, surge este tema de las películas que conecta perfectamente con el discurso que queríamos expresar. Es un acierto desde la portada donde, como te decía antes, sale Louise Brooks, que fue una actriz del cine mudo de los años 20-30, una mujer excepcional en todos los sentidos, súper culta y que marcó, incluso, las pautas estéticas de su época. Una mujer con una sexualidad tan poderosa como su cultura, muy rompedora y que se escapó de Hollywood para hacer en Europa alguna de las películas más grandes de la época como “La caja de Pandora” y otras. Aparte de esto, el disco también tiene algo de película y la primera canción, “Una mirada distinta” podría ser una canción de inspiración de Sergio Leone, o de Tarantino… algo similar a esa épica macarra pegada al suelo de Morricone. Por otra parte, está “Como lágrimas en la lluvia”, una referencia directa a "Blade Runner" y en el libro, como tú decías hay imágenes de “Arrebato”, “Cabaret”… la verdad es que Lur ha hecho un trabajo muy bueno enlazando canciones con películas.
Me hablabas de que en el disco no hay grandes sorpresas en lo musical respecto a vuestros trabajos anteriores pero, sin embargo, también destacabas esos sonidos digamos ¿sinfónicos? de “Una mirada distinta” con los que empezáis y termináis el disco…
Francis: No hemos dado una vuelta estilística y seguimos el mismo camino de siempre pero sí que hay elementos diferentes que son muy evidentes. Pero más que sinfónico, que eso me recuerda al rock sinfónico que me parece uno de los momentos más lamentables de la cultura pop, lo que hay son arreglos de cuerda orquestados que nos podía llevar a esa épica Morricone de la que te hablaba antes. Eso es lo que buscábamos, que fuera el principio de algo diferente y que nunca habíamos hecho. Pero realmente eso es la cultura pop, que se basa en algo sencillo, con elementos básicos y donde lo importante tiene que ser que haya una cierta frescura y poder comunicar algo.
En ese sentido, nosotros somos fans de la música y estamos escuchando siempre música y es inevitable que absorbamos cosas de todo eso.
Francis: Sí, arranca de una forma punk garajera para derivar en una parte más luminosa que es casi psicodelia pura como es el estribillo. Hemos jugado con esos contrastes.
¿Y tiene algo que ver ese estribillo con “Me gusta ser una zorra” de Las Vulpess o es una impresión mía?
Francis: Algo de eso tiene. De hecho, cuando lo iba cantando, a veces el “Me gusta estar a tu lado…” se me iba a “Me gusta ser una zorra…” (risas). Como curiosidad te diré que fuimos los primeros en hacer una versión de esa canción, que grabó Irola Irratia, ya hace unos cuantos años.
Hablemos de las letras, una vez más uno de los puntos fuertes de los discos de Doctor Deseo…
Francis: Te agradezco que digas eso. Yo siempre trato de trabajar en un territorio que es mío y que conozco, pero intento siempre llegar a un territorio que sea de cualquiera. No es una cuestión de decir “aquí estoy y os voy a contar mi vida”, sino que todo lo que escribo tiene que ver con una evolución personal e intento que sea un espacio de cualquiera, ya que en el fondo no nos diferenciamos tanto unos de otros. Creo que es obligación del músico, no sólo contar tus historias, sino las que son tuyas y de cualquiera. Las emociones son las mismas, las inquietudes son las mismas, los miedos son los mismos, las esperanzas son las mismas… ese es el territorio en el que me muevo intentando evolucionar como persona para que lo que escriba sea cierto.
También mostráis un respeto enorme por la cultura de Euskadi ya que en cada disco hay una canción escrita en euskera, en este caso “Gustatzen zaigulako”.
Francis: Evidentemente mi idioma materno es el castellano pero el euskera, emocionalmente, también lo siento como algo mío porque es lo que hablan mis amigos, mis sobrinos… Siempre hacemos el esfuerzo de trabajar con alguien cercano, en este caso Marta Ortiz con quien ya habíamos trabajado anteriormente, sobre cosas muy trabajadas y muy concretas hasta en la forma de decirlo. Lo hacemos porque nos gusta, porque nos apetece y porque pensamos que es una forma de aportar algo.
El pack viene acompañado de un DVD con imágenes de dos conciertos muy especiales para vosotros.
Queríamos regalar este formato porque nos gusta cuidar los detalles y hacer algo que fuera de puta madre. En el DVD hay un resumen de “Noche de fuego y deseo” el espectáculo que hicimos en colaboración con Pirotecnia Astondoa ante 10.000 personas en la Aste Nagusia de Bilbao. Tocar en casa siempre es algo muy especial y eso es lo que queríamos reflejar. Aparte de esto, hay un concierto que hicimos en la Iglesia de La Compañía de Lekeitio en homenaje a Jon Outeiral, un amigo nuestro que murió tres meses después. Hemos metido las mejores imágenes de aquel concierto que para nosotros fue muy muy muy especial y encima en una iglesia que, para ser no creyentes, estuvimos todos en estado de gracia.
Y casi sin darnos cuenta ya casi habéis llegado a los 30 años de carrera…
Francis: Bueno, eso es una cosa que dice la compañía, en realidad deben ser 29 o algo así… tampoco nos importa excesivamente. El tiempo pasado y mirar para atrás y ver que llevamos una carrera larga está bien, pero tan sólo es experiencia acumulada y en lo que estamos centrados es en esto (señala el disco nuevo). Nunca hemos hecho celebraciones especiales por los aniversarios, sino que, para nosotros, cada concierto es una celebración. En el momento que no sea así dejaremos de ser quienes somos.
Son cosas que dice la compañía pero tiene mérito llevar tanto tiempo ahí, tal y como está la situación ¿no?
Francis: La verdad es que sí, este es un oficio muy frívolo donde apareces y desapareces con mucha facilidad. Eso también te da como una responsabilidad de implicarte cada día más y de dejarte la piel en lo que haces porque es un lujo poder estar haciendo esto después de tantos años.
Me imagino que, para aguantar en primera línea, también son importantes las temporadas de descanso que periódicamente os tomáis después de terminar cada gira.
Francis: En realidad es un descanso sólo de lo público, de los conciertos y demás. Los músicos, si nos dejaran, nos podríamos quedar a vivir encima del escenario pero nos agarramos por la oreja y nos bajamos porque consideramos que es muy importante vivir al margen de lo público si quieres evolucionar como persona. Si estuviéramos todo el día subidos a un escenario habría un momento que, como los políticos, acabaríamos desconectando del público al que queremos llegar porque sólo nos ocurrirían cosas en el escenario. De todos modos, esos años que estamos apartados de lo público es cuando más trabajamos, porque estamos ensayando e intentando generar cosas nuevas.
¿Y en estos años cuáles son los cambios más evidentes que habéis notado, tanto en la industria como en lo personal?
Francis: Hemos vivido toda la crisis de la industria, la transformación de los medios físicos a los digitales. La industria no ha sabido adaptarse a esto y todos los músicos lo hemos padecido de alguna manera. Pero, sin embargo, hemos visto que la creatividad ha ido creciendo ya que antes estaba todo muy limitado a uno o dos estilos que eran los que se movían y ahora hay unas líneas variadísimas. Aquí, por ejemplo, tenemos grupos como Zea Mays, WAS (anteriormente Standard y We are Standard), Belako, Capsula… cada vez hay más gente implicada en la música y haciendo cosas interesantes.
Podíamos tener idealizadas ciertas épocas pero en realidad nunca ha habido tantos conciertos como hay ahora. A veces llega el fin de semana y te encuentras en Bilbao con 4 ó 5 conciertos de formato mediano e incluso grande y ni te cuento de formato pequeño. Hemos llegado a un punto en que hay más oferta que demanda, hay más músicos que albañiles y eso hace que cueste asomar la cabeza. Por eso me alegra ver a un grupo como Belako, con una actitud increíble compensada con un éxito que no se veía desde Kortatu, me refiero a un grupo que, con un primer disco, pegara un pelotazo así. Pero no hay más que verlos en directo para entender el porqué.
Hablando de directos, ¿Cómo están yendo los primeros conciertos de esta nueva gira?
Francis: Estamos flipando porque estamos llenando en todos los sitios antes que nunca, algo que nos viene pasando las dos o tres últimas temporadas. Hemos subido en todos los sitios y alucino con las nuevas generaciones que se adhieren a la historia y que hacen que se renueve el público, algo que se puede ver en las primeras filas.