Por: Blanca Solà
En muchas ocasiones, tu camino deja de ser tu camino para encaminarte a nuevos atardeceres, más oscuros, más transitorios, por circunstancias inesperadas que te suceden en la vida. Así podríamos resumir el tercer disco de la catalana Joana Serrat; "Cross the Verge".
Un disco que crece en sutileza, en melancolía, en perfección. Esta vez, lo edita con el sello londinense Loose Music para el resto de Europa y sigue con el Segell del Primavera en nuestras tierras. Su country-folk se extiende por todo el mundo, donde cada vez tiene más prestigio y es más reconocido por su dulce y ensoñadora voz.
La grabación del álbum tuvo lugar en el estudio del productor Howard Bilerman en Canadá. Aires canadienses folklóricos para conseguir las melodías más auténticas de este estilo musical.
Hay un cambio sustancial entre el segundo disco ("Dear Great Canyon", 2014) y éste, todo causado por pérdidas cercanas que le sirvieron de inspiración para crear delicadezas melódicas plenamente oscuras. Reverbs y notas evaporadas se cruzan para conseguir este sonido country-folk que tanto deseábamos.
Jugando con las voces de Joana y Neil Halstead (miembro de Mojave 3) encontramos canciones como "Cloudy heart" que nos seduce por encajar con excelencia tonos totalmente opuestos. Graves que te acercan a la relajación.
"Lonely heart reverb" y "Flags" nos dirigen a un universo de sueños, fantasmagórico, pausado e inspirado por la naturalidad y la incertidumbre.
"Lover", en palabras de Joana Serrat, refleja el miedo a no querer perder. Pero "Cross the Verge", con un ritmo tranquilo y con el country como alma es la que mejor transmite la belleza de todo el álbum. Una increíble composición de sonidos marcados por sombras y luces.
Esperaremos, con ansias, todos sus directos para empaparnos de la tenebrosidad del disco si consiguen expresar las mismas sensaciones.
Pero sin duda, Joana Serrat nos regala un disco ideal para escuchar en solitario mientras el sol no deja de soñar.