Por: Txema Mañeru
¡Los acérrimos del gran Andrés Calamaro tienen una suerte enorme con su tan prolífica creatividad! Y es que además de sus muchos discos oficiales, que a veces son quíntuples como sucedió con “El Salmón” (GASA / Warner), también nos depara muchos directos y otras aventuras de otro tipo. Así, recientemente, y tras la gira de su destacado último disco de estudio, “Bohemio”, ha publicado dos recomendables directos como “Jamón Del Medio” y “Pura Sangre”. Además el segundo de ellos con un fantástico DVD y, en ambos casos, con muy pocas canciones repetidas. Por si fuera poco, y como también es amigo de sus amigos y muy buen seguidor musical, publicó el pasado año un más que correcto “Hijos Del Pueblo” (Warner) también en directo y a nombre de Bunbury & Calamaro.
Pero resulta que Andrés también es un grandísimo fan de Bob Dylan, a quien ha teloneado por pura voluntad y hasta sin cobrar. Quizás en homenaje a las sensacionales “The Bootleg Series” del maestro, Calamaro también creó su propia serie llamada “Grabaciones Encontradas”. En los 90 tuvo dos interesantes volúmenes y ahora llega este especial Volumen 3 titulado “Romaphonic Sessions” (GASA / Warner) en el que le acompaña únicamente Germán Wiedemer al piano y que llega dos décadas después del volumen anterior.
El maravilloso y desnudo disco ha nacido un poco de la casualidad como se explica muy bien en el amplio texto que viene en el libreto interior del disco. Andrés tenía la idea de hacer un disco con el cineasta y muy musiquero Fernando Trueba y poco antes de volver a telonear en Donosti a Dylan grabó estas canciones de ayer y de hoy, propias y ajenas como prueba. Al escucharlo, Trueba le dijo que ya había disco y que no hacía falta añadir nada más. Por lo tanto ese disco con el cineasta se hará pero tendrá que esperar porque “Romaphonic Sessions” ya está aquí.
Comienza con el mágico y entrañable canto de amor a su tierra firmado por Litto Nebbia que es "Nueva zamba para mi tierra". Sigue con el puro tango de Aníbal Troilo “Pichuco”, ‘Garúa’. Se muestra genial en clásicos propios como "Mi enfermedad" o la estupenda y emocionante "Los aviones". Emoción y desgarro que suben con la "Milonga del Trovador" de Astor Piazzola y Horacio Ferrer.
De giras anteriores recupera la lógica y apasionada fusión entre su "Siete segundos" y la romántica "El día que me quieras" de Gardel, con el que repite en una solitaria y hermosa "Soledad". Por fin la emoción llega hasta lo más alto con la final "Paloma", otro de sus clásicos mayores que toca un tono y medio más abajo que en la toma original para así añadirle intimidad a una grabación de estas características. ¡No sabemos si hay que dar las gracias a Trueba o a Dylan, pero sí que hay que dárselas a Andrés por habernos brindado un poco más de su talento desnudo!