Por: Kepa Arbizu
Dentro del auténtico maremagno de estilos, formas, edades y también, cómo no, calidades, que hay en la actualidad respecto a las manifestaciones de sonidos influidos por la música negra, concretamente el soul, James Hunter ha supuesto desde su irrupción en dicha escena a finales del pasado siglo, una representación elegante, ortodoxa y de calidad. Una condición que por medio de su nuevo disco, el cuarto de su carrera, “Hold On!”, se apuntala todavía más.
Se trata de un trabajo en el que hay que hacer referencia al hecho, en principio más simbólico pero visto el resultado final del álbum con repercusión musical, del nuevo encuentro, ya sucedió en el “Minute by Minute”, entre el británico y, en funciones de productor, Gabriel Roth “Bosco Mann”, miembro de los Dap-Kings, banda acompañante de Sharon Jones, y fundador de Daptone Records. Sello en el que ha desembarcado Hunter y su banda para esta ocasión y que parece haber insuflado a su propuesta, pese a que genéricamente sigue casi invariable, de mayor rotundidad y sabor.
Unas señas de identidad que quedan presentadas desde el mismo inicio del disco, o en otros momentos como en "(Baby) Hold On", por medio del tema “If That Don’t Tell You”, en el que unos vibrantes teclados y una rocosa sección de metales suponen la base musical que nos remite a un rhythm and blues clásico, desarrollado bajo la mirada inspiradora de figuras como Ray Charles, Little Willie John o Ruth Brown, pero también relacionado con plasmaciones más recientes (Nick Waterhouse). Todo dirigido por una voz gruesa y rugosa que sigue pareciendo difícil a priori de enlazar con una tez blanca a pesar de los muchos ejemplos ya conocidos.
Será el soul la vestimenta elegida para mostrar su cara más romántica, demostrando que su arenosa forma de interpretar puede también llegar a acariciar, asemejándose al embriagador Sam Cooke, ya sea a través del ritmo sincopado y con ligero sabor a chachachá de “This Is Where We Came In” o en la sobria “Something’s Calling". “Stranded”, por su parte, demostrará el toque más alocado echándose en brazos de las melodías pegadizas “made in” Motown.
Dentro de esta exacta asimilación que hace el inglés de los sonidos negros, y su no menos exquisita manera de mostrarlos, en este “Hold On!”, también deja espacio para matices sonoros con los que completar el álbum ayudando a su flexibilidad y contagio. En ese sentido hay que nombrar los detalles skataliticos en la delicada “Light of My Life”, el elegante paso jazzistico de "In the Dark" o las desinhibidas guitarras surferas en "Satchelfoot". Todos ellos detalles que encajan en un disco al que no se le puede poner un solo "pero" y que asegura ingentes cantidades de disfrute. Todo perfecto, quizás demasiado, pero ese es otro tema...
Dentro de esta exacta asimilación que hace el inglés de los sonidos negros, y su no menos exquisita manera de mostrarlos, en este “Hold On!”, también deja espacio para matices sonoros con los que completar el álbum ayudando a su flexibilidad y contagio. En ese sentido hay que nombrar los detalles skataliticos en la delicada “Light of My Life”, el elegante paso jazzistico de "In the Dark" o las desinhibidas guitarras surferas en "Satchelfoot". Todos ellos detalles que encajan en un disco al que no se le puede poner un solo "pero" y que asegura ingentes cantidades de disfrute. Todo perfecto, quizás demasiado, pero ese es otro tema...