Por: Txema Mañeru
Queda patentemente claro, y justificado al mismo tiempo, que el nombre de Steven Wilson y de su banda, Porcupine Tree, se han convertido en los más importantes del rock progresivo de los últimos 25 años. Ya en sus inicios para Delerium Records firmaron discos básicos como “Signify”. Tras su pase a una multinacional firmó otras obras magnas como “Stupid Dream” o “Deadwing”. Al margen otras interesantes aventuras como No-Man y más colaboraciones que merecen la pena conocerse.
En los últimos tiempos anda más centrado en presentar trabajos bajo su propio nombre, aunque en ellos le acompañan prestigiosos músicos de su banda y de otras de los nuevos sonidos progresivos. Han colaborado con sus proyectos músicos como Mikael Akerfeldt, de Opeth o Adrian Belew, miembro básico de los últimos King Crimson. Ahora en su nuevo disco, entre más de media docena de músicos tenemos a Theo Travis que tiene también discos firmados junto a Robert Fripp.
Este “4 ½”, ahora en el sello referente del rock progresivo actual, Kscope, que aquí nos trae la gente de Top Artist Promotion, sucede al todavía reciente y muy aclamado “Hand. Cannot.Erase”. Tiene formatos de lujo como el vinilo de 180 gramos y el blu-ray sólo de audio. La presentación en envoltorio troquelado es otra maravilla visual y los resultados sonoros son muy importantes para considerarlo un disco de transición de cara al próximo en el que ya está trabajando.
Cuatro de las canciones salieron de las sesiones del “Hand.Cannot.Erase”. Es el caso de la inicial ‘My book of regrets’, más de 9 minutos con momentos de calma pero también con destellos guitarreros explosivos que se acercan al sonido de bandas de su agrado como los ya citados Opeth o Meshuggah. ‘Year of the plague’ es una preciosidad calmada con guapas acústicas y múltiples teclados entre los que no faltan su adorado mellotrón. En ‘Happiness III’ es fácil acordarse de los Genesis de Peter Gabriel.
‘Sunday rain sets in’ comienza con un cálido piano y mucha calma para otro instrumental relajado y relajante que, no obstante, también tiene toques explosivos como los del “Red” de King Crimson. En ‘Vermillioncore’ aumenta la velocidad antes de cerrar con otra joyita de más de 9 minutos que no es otra que el clásico de los 90 de Porcupine Tree, ‘Don’t hate me’, en una nueva versión en la que hace dueto con Ninet Tayeb y en la que también destaca un maravilloso saxofón.
Estoy seguro que a Steven Wilson le gusta Fellini. Casi seguro que también le gusta “Fellini, 8 y ½”. No tengo ni idea de si en el título hay algo de homenaje implícito. Pero sí sé que este trabajo es mucho más que un pasatiempo o una medianía. Esas palabras no entran en su gran catálogo creativo.