"Escribir canciones es una buena manera de conocernos mejor"
Por: Kepa Arbizu
Por: Kepa Arbizu
Que Santos sea el proyecto de los productores Santos Berrocal y Florenci Ferrer creado a partir de reunirse junto a músicos cercanos no debe de obviar la interesante y personal propuesta musical que hay detrás. Su segundo disco "El sueño del mamut" todavía incide más en ello, avanzando desde aquel debut ("Homenaje") por medio de un sonido más trabajado, menos inmediato pero propiciando emerger con más fuerza los elementos que conforman su sonido, desde ese pop épico a lo Love of Lesbian, la actualización de los sonidos clásicos del rock como My Morning Jacket o la majestuosidad que emana del toque "crooner" impuesto por la impresionante voz de Jordi Calatayud.
La presentación de dicho álbum llega a dos citas esenciales como las fechas en Barcelona, 15 de enero en la Music Hall, y Madrid, 20 de enero en la sala El Sol. Aprovechamos la cercanía de dichos eventos para charlar con una de las cabezas pensantes de la banda, el batería Santos Berrocal, sobre el grupo y su nuevo trabajo.
Un título como el ”El sueño del mamut” parece hacer referencia a esas preocupaciones humanas universales y atemporales. Un disco de rock que en el siglo XXI reflexiona sobre las mismas angustias, retos e ilusiones que siempre nos han rodeado.
Santos Berrocal: Como bien dices, las preocupaciones que tenemos la humanidad siempre son muy parecidas y, aunque cambia la forma, el fondo es el mismo; en nuestro caso, somos “maduretes” que tenemos ya unos 40 años pero con la energía e ilusiones de los jóvenes, también con preocupaciones y con muchas reflexiones sobre qué queremos, cómo vivir nuestra vida para disfrutarla y, sobre todo, lo qué no queremos en nuestra vida.
Todo eso conlleva irremediablemente un tono reflexivo pero en el que se observa un espíritu vitalista.
Santos Berrocal: Creo que una de las ventajas de hacer canciones y tener un grupo es precisamente el espíritu vitalista. En nuestro caso, todos hemos pasado ya por situaciones complicadas e intensas en nuestras vidas, pero también sabemos disfrutar de los placeres y los momentos, y el grupo es un buen espacio donde compartir todas estas inquietudes y tratar de disfrutar y hacer disfrutar a la gente con nuestra música.
Una canción como “Bichos” parece encaminarse precisamente en ese sentido, y es la encargada del abrir el disco, ¿una declaración de intenciones para empezar?
Santos Berrocal: Totalmente. Todos tenemos muchas cosas escondidas y cosas que nos cuesta cambiar. Hay momentos en los que por necesidad o por cansancio debemos provocar un gran cambio y obligarnos a soltar nuestros miedos y anclajes, probar nuevas opciones y tratar de romper con ataduras que no son muy saludables. Escribir canciones es una buena manera de conocernos mejor.
En varios momentos de diferentes temas hacéis referencia a esa ambivalencia o dicotomía del ser humano (“medio juez medio condena”, “vencido y vencedor a la vez”, “ni vicio ni virtud”). En el camino de esa reflexión es necesario asumir dicha realidad...
Santos Berrocal: Sí, por supuesto. Al final te das cuenta que en muchos momentos de la vida pasamos por los dos lados, y cuando eres más joven te cuesta ver que podrás estar en el otro. Pero creo que es bueno darse cuenta de la fragilidad de las cosas y también de las posturas. En la mayoría de cosas las dos opciones son buenas y válidas, depende del momento en el que tú estés.
Musicalmente suena un disco más compacto, con una meta más definida que el anterior, “Homenaje”. No sé si estamos ante ese típico segundo disco meditado y realizado de forma más consciente frente a un debut encaminado a sacar todo lo que se había fraguado en vuestras mentes a lo largo del tiempo.
Santos Berrocal: Nuestro primer disco era una reunión de amigos que se juntaban para grabar unas canciones. Todos veníamos de muchos años sin tener un grupo y lo único que queríamos era volver a tocar y grabar algunas ideas que teníamos.
La mayor parte del disco se grabó en tres días en directo y no teníamos muchas pretensiones ni ninguna idea de dónde queríamos llegar; se trataba de reflejar el momento que estábamos viviendo: unos amigos que se reúnen para tocar.
Después de sacar el primer disco nos dimos cuenta que teníamos ganas de seguir y avanzar un poco más, también estábamos más en forma y nos fuimos empacando como grupo. Decidimos que queríamos hacer un disco totalmente opuesto al primero, es decir, pasarnos un mes en el estudio y jugar con todas las posibilidades que esto conlleva. También teníamos claro que queríamos trabajar más las canciones y que fueran más redondas; dedicarles más tiempo y mimo y, sobre todo, potenciar las letras y la voz de Jordi, que es nuestra mejor baza... hacer que la profundidad de Jordi diera un paso adelante y fuera el actor principal.
Después de sacar el primer disco nos dimos cuenta que teníamos ganas de seguir y avanzar un poco más, también estábamos más en forma y nos fuimos empacando como grupo. Decidimos que queríamos hacer un disco totalmente opuesto al primero, es decir, pasarnos un mes en el estudio y jugar con todas las posibilidades que esto conlleva. También teníamos claro que queríamos trabajar más las canciones y que fueran más redondas; dedicarles más tiempo y mimo y, sobre todo, potenciar las letras y la voz de Jordi, que es nuestra mejor baza... hacer que la profundidad de Jordi diera un paso adelante y fuera el actor principal.
Hay una evidente dedicación en darle mayor presencia a la voz, encaminada a mostrar toda su profundidad y grandiosidad.
Un sonido en definitiva el que contiene el disco que parece más trabajado, con mayor instrumentación, menos inmediato y donde requiere también algo más de esfuerzo por parte del oyente.
Santos Berrocal: Un par de años después de grabar el primer disco nos dimos cuenta que queríamos trabajar el nuevo disco de manera distinta y más detallista, buscar mejores canciones y tener tiempo para experimentar y buscar los arreglos necesarios para que la canción creciera y fuera más emocionante, pero siempre jugando a favor de la interpretación de Jordi. Tener tiempo en el estudio es la clave para conseguir un disco más preciocista, y éste era uno de los objetivos de "El sueño del mamut".
La intención era también hacerlo más fácil para el oyente y, aunque hay más capas de instrumento y más arreglos, creo que hacen la escucha más fácil y agradable.
Otro elemento con mucho más peso es la presencia de los teclados, que han dado un paso adelante en cuanto a su manifestación. ¿Cuál era la aportación que les habéis querido otorgar en la resultado final de las canciones?
Santos Berrocal: En el primer disco Fluren no pudo estar tan presente y se grabaron muy pocos teclados. Tratábamos de reflejar lo que éramos en ese momento y, en la primera etapa del grupo, éramos un grupo de guitarras. Para la gira del disco y la preparación del nuevo trabajo sí pudo estar a tope y eso se nota en los arreglos y en el sonido del disco; hay varias canciones en las que el arreglo principal es el teclado, Fluren es un músico con mucho talento y muchas ideas y, con su participación e implicación, todas las canciones crecieron, ayudando a configurar un sonido más rico y con muchos más detalles.
¿En la conformación de este sonido qué papel juega Ricky Falkner?, ¿recurrís a él tras decidir el tono del disco o fue su presencia la que influyó en su acabado?
Santos Berrocal: Ricky Falkner es un productor que siempre mima y se vuelca en sus discos, es un crack encontrando aquel arreglo que hace que un estribillo pase de ser bueno a ser increíble, también le gustan los detalles y sumar capas para llegar a la emoción.
Teníamos claro que queríamos tener a alguien que nos ayudara a poner orden y dar forma al disco con una visión externa. La mayoría de los componentes del grupo somos productores y veíamos necesario la figura de un productor externo. Con Ricky somos muy amigos y hemos trabajado juntos en muchos discos, sabíamos que era la persona ideal para ayudarnos, y ha sido una maravilla, estamos encantados con el resultado.
Quique González colabora en “Ni héroes ni insectos”, una aparición que aporta un juego de voces muy interesante. ¿Cómo se produce esa decisión, tanto en la propia elección del músico como en la de la canción en la que interviene?
Santos Berrocal: Álex y yo somos muy fans de las canciones de Quique desde hace muchos años. Tiene muchísimos temas que forman parte de nuestra banda sonora vital y cuando pensamos en invitar a alguien para colaborar en el disco, fue el que más ilusión nos hizo a todos. Estábamos terminando su nuevo disco (que es una maravilla) y aprovechamos que estaba en el estudio para grabar el tema. Elegimos este tema porque podía aportar un poco de frescura y un color distinto; no es muy de su estilo y a él también le apetecía cantar algo un poco distinto de su registro. Tienen unas voces muy distintas, pero la combinación quedó increíble.
Santos es uno de esos grupos que parece que su motivación está más cercana a una reunión de amigos, dicho sin ningún ánimo peyorativo, al contrario, que a una banda “profesional”. No sé si tenéis esa percepción...
Santos Berrocal: Es un gran piropo esto que dices, ojalá seamos capaces de mantener este espíritu durante muchos discos, conseguir hacer música para disfrutar y compartir, y no perder la frescura ni las motivaciones principales del grupo.
Espero que seamos capaces de no perder estos ideales de vista seguir y siendo un grupo de amigos que quiere hacer buenas canciones, buenos discos y buenos conciertos. Y todo lo que vaya pasando, bienvenido; pero sólo con el objetivo de disfrutar.
Y en esa mezcla de influencias y proyectos pasados que arrastráis, ¿Santos supone una amalgama de todo eso o tiene la intención de suponer un punto y a aparte, una especie de inicio desde cero?
Santos Berrocal: Creo que debe ser una amalgama y seguir siendo la suma de todas las inquietudes musicales y vitales de los componentes del grupo.
Deberíamos ser un grupo con la experiencia de unos maduretes y con la ilusión y frescura de unos jovenzuelos que montan su primera banda.