“Prefiero ser optimista y pensar que las cosas van hacia adelante... o que tienen que ir para adelante por cojones”
Por: Sergio Iglesias
“Awkan” (que significa “rebelarse” en el idioma mapuche) es el original título del último trabajo de Reincidentes. Se trata de un elegante pack formado por un CD y un DVD que recoge el concierto que el grupo ofreció recientemente en Buenos Aires, un CD con seis temas nuevos y un libro de 200 páginas en el que el antropólogo Ángel del Río en colaboración con los miembros de Reincidentes, repasa varias de las canciones del grupo sevillano, teniendo en cuenta su temática. De esta forma nos encontramos con los temas que han forjado la discografía del grupo a lo largo de casi tres décadas. Para hablarnos de este nuevo trabajo, nos hemos puesto en contacto con Fernando, cantante de la banda. Como no podía ser de otra forma, dado el carácter combativo del grupo andaluz, la charla ha derivado en una conversación más política que musical.
Para comenzar, ¿Cómo surge la idea de “Awkan” y la colaboración con el antropólogo Ángel Del Río?
Fernando Madina: Pues la idea surge cuando hicimos el “Aniversario” en 2013. Entonces ya hablamos con Ángel de intentar hacer un libro que no fuera autobiográfico porque eso ya lo hicimos con los Kikes hace un montón de años. Lo que queríamos era profundizar en los temas, estábamos empeñados en hacerlo y ahora ha sido el momento. Aparte del libro, el pack viene con un disco y un DVD en vivo grabado en Buenos Aires, ya que no habíamos hecho ningún directo desde el Algazara y, desde 1998 hemos hecho muchos discos y había canciones que merecían tener su versión en directo. También hemos incluido seis nuevos temas y la verdad es que nos sentimos muy orgullosos cuando vemos el resultado.
A pesar de no ser un libro autobiográfico, los miembros de la banda habéis tenido voz en todos los capítulos del libro.
Fernando Madina: Sí. Al final Barea y yo estamos acostumbrados a escribir letras y a veces una columna en algún medio, que nada tiene que ver con lo que hemos hecho aquí. Pero los demás del grupo no suelen escribir, así que ha sido un curro complicado pero una experiencia bonita para todos.
Es llamativo que las letras o la temática de vuestras canciones mantengan la vigencia después de tanto tiempo. Llamativo y también un poco triste ¿no?
Fernando Madina: Por desgracia sí, duele que sea así pero yo pienso que vamos más hacia adelante de lo que creemos, pero es que hemos vivido unos años tan malos recientemente, y se han dado tantos pasos atrás, que nos parece como que no se avanza. Pero la sociedad avanza por inercia y, si se observa la historia, se ha avanzado en derechos sociales, en igualdad, en integración de distintas razas... aunque sea despacio, se va hacia adelante. Lo que pasa es que, en estos años, el gobierno del PP ha destruido de un plumazo todo lo que se había conseguido y da la impresión de que estamos sufriendo un frenazo importante. Pero, como te decía, yo prefiero ser optimista y pensar que las cosas van hacia adelante... o que tienen que ir para adelante por cojones, porque más para atrás es imposible.
En el libro se habla de la lucha social, de las víctimas del franquismo, de violencia machista, de la tauromaquia, de las religiones, de los conflictos en el Sahara y en Palestina, del racismo, de Andalucía y de la monarquía. ¿Se os ha quedado algún tema en el tintero?
Fernando Madina: Ha habido algunos que no hemos tocado aquí pero porque están tocados en el DVD de “Aniversario” como, por ejemplo, el de Euskadi. No queríamos redundar en temas que ya estaban escritos en otro momento y había otros temas como el conflicto saharaui que hemos vivido en primera persona y que no estaban suficientemente tocados en el documental, quizás por falta de imágenes o por problemas tecnológicos del momento.
Dentro de la gravedad de cada uno de los temas, ¿cuál crees que es el más preocupante hoy en día?
Fernando Madina: Pues, personalmente, el tema de la violencia de género pienso que es en el que parece que las cosas van más lentas, cuando curiosamente debería ser al revés ya que estamos hablando de un problema de relaciones personales. Hay otros temas como el conflicto de Palestina que está enquistado porque hay un conflicto de intereses políticos encontrados pero entre hombres y mujeres... parece como de otro siglo y es sangrante.
En el último capítulo, “Al asalto”, se habla sobre el tema de la lucha social, sobre el que ya habíais incidido en canciones como “No podemos esperar”. ¿Se trata de un guiño a los nuevos partidos surgidos recientemente como Podemos?
Fernando Madina: Yo personalmente sí milito, pero es algo anecdótico porque en el grupo hay distintas sensibilidades. Lo que se hace en este capítulo es hablar sobre el antes y el después del 15M, surgido como respuesta a esta “crisis” que, realmente, no ha sido más que una vuelta de tuerca más que el sistema financiero ha dado para que los pobres sean más pobres y los ricos más ricos. Relacionado con esto, nosotros escribimos “No podemos esperar” y “Al asalto”, una pre 15M y otra post 15M. En ellas hablamos de ese movimiento ciudadano que posteriormente da origen a actuaciones políticas como la aparición de nuevos partidos o que, de repente, el PSOE se quite la corbata y empiece a hablar de ciudadanía y de primarias. Pues mira...algo ya se ha conseguido.
Fernando Madina: Esta canción es ya el cabreo monumental con esta gente que se aferra al poder como a un clavo ardiendo y que, encima, cuando llegamos con fuerza los que estamos aireando su mierda, recurren a decir estupideces: que si ETA, que si Venezuela... Ante eso sólo nos sale decir “Váyanse a la mierda”, la mejor frase que se ha dicho en un parlamento español, y que se la dijo Labordeta a un diputado del Partido Popular. Es una canción muy visceral hacia esos que parecen tener tanto miedo de que la gente se levante.
Habláis del Sahara, de Latinoamérica, de Palestina... En este sentido, ¿cómo veis la persecución que están sufriendo grupos internacionalistas como Askapena?
Fernando Madina: Bueno... es que en Euskadi todo lo que huele a abertzale, no sólo en el internacionalismo, está jodido. Excepto cuando han dicho que estaban negociando aunque realmente nunca se ha negociado nada serio: nada referente a soberanía, a idioma, a financiación...¡nada! En el resto del estado el internacionalismo no está tan castigado, está visible. Palestina está generando mucho odio y está enquistado por los intereses y el problema del agua y el del Sahara no sé con qué está amenazando Marruecos para que España, EE.UU. y todos le apoyen. Y, para colmo, el estado español tiene una responsabilidad histórica y con el pueblo saharaui no la está cumpliendo.
El terrorismo islámico es el otro gran conflicto internacional de la actualidad, ¿Cómo viviste los atentados de París?
Fernando Madina: Tuve la desgracia de estar en París ese día con mi hija y mi mujer. Es tremendo, pero te das cuenta de que, si tú fortaleces a una persona que lleva un montón de años en el poder contra un enemigo terrible, te lo estás buscando. ¿Quién ha llamado a Francia? Luego no te puedes quejar si vienen a llamar a tu puerta, ¿de qué te quejas si estás bombardeando allí todos los días? ¿Es que sus muertos son de segunda y los tuyos de primera? Es una actitud incomprensible y, al final, igual que con el 11 M o el 11 S, tienen la excusa perfecta para hacer un recorte de libertades terrible, que ya no puedes salir ni a tocar la guitarra a la calle. Todo por meterte en guerras y por defender a gente corrupta hasta las cejas. En el fondo de todo está el negocio, ya que están bombardeando a los mismos a los que están vendiendo armas... es todo totalmente absurdo.
¿Impresiona pensar que vuestras canciones las han coreado personas de dos generaciones?
...
Fernando Madina: ¡Y de tres! (risas). Es importante que haya ciclos y que se sume gente. Hubo un momento en que los de nuestra edad habían desaparecido (lo cantamos en “Nuestra generación”) pero ahora parece que hay gente que se reengancha y el público es más heterogéneo, eso es positivo.
A lo largo del libro reincidís varias veces en el funcionamiento asambleario del grupo. ¿Es esa la clave para llevar tantos años encima del escenario de manera prácticamente ininterrumpida?
Fernando Madina: Por supuesto. Es algo vital, porque encima viene de la amistad y te hace más fuerte. Tomar las decisiones de esa manera hace que las decisiones tomen mucha fuerza y que la gente crea en lo que hace y es algo que seguiremos haciendo siempre. Nosotros aprendimos de los movimientos estudiantiles de los 80 y se está viendo en los movimientos del 15 M. Quizás se tarda más tiempo en tomar las decisiones pero esas decisiones tienen tanta fuerza que todo el mundo va a muerte con ellas.
Centrándonos en los temas nuevos, vemos que la actualidad, por desgracia, sigue inspirando vuestras canciones, como podemos apreciar en “Refugiados”...
Fernando Madina: Pues casualmente, esta canción está hecha antes de que saliera todo lo de los refugiados sirios. Nuestra idea era sacar una canción sobre los campos de refugiados de todo el mundo: Colombia, Sri Lanka, Palestina, Sudán y basada en una experiencia personal de cuando tocamos en un campo de refugiados en Tinduf. Poco después ocurrió todo esto de los refugiados caminando por Europa, que es una situación nueva, pero, aunque nuestra canción no vaya sobre eso, bienvenido sea si sirve para que la gente reflexione sobre estas crisis humanitarias tan bestiales.
También volvéis a tener palabras contra el rey en “Pavo real”
Fernando Madina: Sí, es un tema escrito en tono jocoso pero con rabia porque es un sistema retrógrado que ya sabemos de dónde viene y que hunde sus raíces en los estados absolutistas del siglo XVII...¿A qué viene en pleno siglo XXI este modelo de estado, con una persona que te representa pero que jamás ha sido elegido por nadie?
En “Que me quiten lo bailao” planteáis preguntas como ¿de qué está hecho el amor?, ¿existe la libertad?, ¿vale la pena matar por un mundo mejor?, ¿morirá el rock and roll?, ¿a quién le sirve rezar?...¿Se percibe, tal vez, un poso nostálgico en esta canción?
Fernando Madina: No, es simplemente la conciencia del paso del tiempo en ti mismo y son preguntas que, aunque no tienen respuesta, no queremos morirnos sin llegar, por lo menos, a acercarnos a encontrarla.