Por: Kepa Arbizu
Puede sonar paradójico, pero a veces el hecho de cosechar un éxito desorbitado que supere los límites naturales de un grupo puede traer consigo una cierta desorientación respecto a él. Solo así se puede explicar que el papel de Los Lobos en la historia del rock no tenga un reconocimiento mayor. Parece como si la popularidad alcanzada por su versión de “La Bamba” les hubiera colocado en un territorio extraño. Sea como sea, sus ejemplares más de cuarenta años de carrera nos dejan ahora otro capítulo en forma de una nueva grabación, “Gates of Gold”.
Tras cinco años desde su anterior trabajo de estudio, “Tin Can Trust”, el actual sigue edificando esa personalidad musical, ayudado por una formación que en lo esencial no ha sufrido cambios desde su origen, que han ido creando a base de acumular influencias y matices entorno al sonido clásico americano desde una perspectiva fronteriza. Característica que supera lo estrictamente instrumental para calar en lo más hondo de una propuesta tan genial como genuina.
Si hubiera que poner banda sonora a la imagen que decora la portada de este disco, un camino secundario polvoriento bajo un cielo crepuscular, perfectamente podría ser la de la canción “Song of the Sun”, que parece ubicarnos directamente en ese sendero a base de un ritmo, predominantemente acústico, desértico y arrastrado. Parecido, aunque bajo otros matices, se podría decir de “Made to Break Your Heart”, donde se intercalan riffs con regusto a rock clásico y unas percusiones latinas en un entorno embriagador incrementado por los arranques guitarreros. Ese mismo sentimiento pero en una ejecución más íntima adoptará el intenso medio tiempo cercano al hard rock de “Magdalena”.
En ese apetitoso y personal maremágnum sonoro que son Los Lobos nos vamos a encontrar también con representaciones más reconocibles, no por ellos menos sugerentes, como los acercamientos a Jimi Hendrix en la desinhibida "Too Small Heart" o a ZZ Top en la trotona "Miss-Treater Boogie Blues". De forma mucho más heterodoxa se desenvuelven casi bajo argumentos jazzísticos en la experimental y nostálgica en cuanto a temática "When We Were Free".
Más condimentos necesarios, y a la larga indespensables, en el mundo del grupo angelino son tanto el blues , aquí presentes de manera evidente en la canción que da nombre al álbum, en una genial combinación iconoclasta entre acústica y eléctrica, o en "I Believed You So", clásico sonido Chicago, como los ritmos latinos puros que ejecutan aquí versionando "La Tumba será el final" o en la cumbia "Poquito para aquí".
"Gates of Gold" es un excelente disco que puede servir para atraer a un nuevo público, reafirmar a aquellos seguidores del grupo pero sobre todo para certificar tanto el gran nivel que siguen exhibiendo como sobre todo un nuevo argumento para certificar que estamos ante una de las bandas más importantes que ha dado el rock en las últimas décadas.