Por: Txema Mañeru
En la guapa portada de su nuevo disco Buddy Guy muerde las cuerdas de su guitarra como lo hacía el mismísimo Jimi Hendrix. Jimi ya no está y tampoco lo está B.B. King. Quizás ahora Buddy Guy sea el más grande bluesman vivo. Desde luego sí que es uno de los mejores guitarristas de todos los tiempos. Si no que se lo digan a los Rolling Stones que cuando le pusieron como telonero le tuvieron que capar el sonido de su Stratocaster porque se estaba quedando con su show. Por cierto, que la portada de “Born To Play Guitar” (RCA / Sony Music) se abren en un guapo libreto que se convierte en un doble póster de Buddy con dedicatoria y autógrafo. El caso es que Buddy está a punto de cumplir los 80 pero está en forma total. Lo demostró hace dos años con el doble “Rhythm&Blues” lleno de guapas colaboraciones. Hace un lustro también se marcó un redondo “Living Proof”.
En todos ellos, y ahora, cuenta en la producción con el prestigiosos ganador de Grammys y mil premios más, Tom Hambridge, que también le ayuda con composiciones e instrumentos. Estamos hablando del disco que hace su número 28 y de nuevo se han sumado a la causa algunos colaboradores de postín, aunque el auténtico protagonista es el propio Buddy.
Comienza con el tema titular en el que demuestra su gran clase a pelo y cámara lenta y deja ya claro que ha “Nacido para tocar la guitarra”. La primera colaboración es para Billy Gibbons de los ZZ Top. Se mete en terrenos de los texanos y sale victorioso. Se marca espeluznantes lentos como ‘Back up mama’, en la que además de su voz y su guitarra brilla el piano o ‘Crazy world’ con el crepuscular órgano B3 de Reese Wynans y su guitarra a tope de wah-wah.
El único que repite colaborando es Kim Wilson. El hombre de la armónica de los Fabulous Thunderbirds contribuye a tope en dos trepidantes temas entre los que me quedo con ‘Too late’. Joss Stone emula a la major Etta James en el ‘(Baby) You got what it takes’ de Brook Benton. Junto a ZZ Top la otra colaboración estelar la firma Van Morrison en un estremecedor ‘Flesh & bone’ dedicado al gran B.B.King y con aromas casi góspel. También se acuerda de Muddy Waters por partida
doble. En una incendiaria demostración con su guitarra en una rítmica ‘Thick like Mississippi mud’.
Todavía mejor es el acústico final titulado ‘Come back Muddy’ con Reese Wynans ahora al piano mientras él se sale con la Martin BG, demostrando así que no sólo es un monstruo de la Stratocaster, aunque sea su preferida. Que conste que también toca con maestría a lo largo del disco la Telecaster y alguna Gibson también. ¡Ojalá que supere en longevidad, y más sacando discos como este, a B.B.King!