Por: Txema Mañeru
La unión de Barrence Whitfield & The Savages con el estupendo sello de Chicago, Bloodshot Records, les ha venido de perlas a ambos. Hace 4 años se reunió una de las mejores bandas de Boston de todos los tiempos tras casi 30 años de inactividad. Hace tan solo un par firmaron uno de los mejores discos del año 2013 con el título de “Dig Thy Savage Soul” (Bloodshot). La llama estaba prendida de nuevo. Junto al gran voceras Barrencio, heredero directo de Howlin’ Wolf, Little Richard y Wilson Pickett, estaba de nuevo ese espectacular guitarrista de aromas garage-punk que es Peter Geenberg que estuvo en los Lyres y los DMZ. La salvaje sección de ritmo sigue siendo la de Phil Lenker y Andy Jody. Por último las diabluras al saxo de Tom Quartulli.
Así conforman una resurrección del mejor rhythm & blues de los 50 y crean una especie de punk soul garage que corta el hipo. ¡Ya estoy relamiéndome de gusto ante la inminente gira de noviembre, de la
que te puedes informar en www.iwanna.org, y con el excelso material de estos dos últimos discos más los clásicos de su inolvidable primera etapa. Normal que comparen su labor por el rhythm & blues con la de los Cramps por el rockabilly normal que se hable de clásicos como los Sonics o más recientes como The Dirtbombs.
El nuevo disco consta de 8 temas propios y de 4 oscuras versiones de gemas poco conocidas del rhythm & blues de artistas ignotos para la mayoría como Eddie Snow, Timmy Willis, Kid Thomas o Mercy Baby. El disco arranca con la impactante ‘Willow’ que deja paso al ‘I’m a full grown man’ de Timmy Willis. Tiene unos excepcionales riffs de guitarra en los que parecen The Kinks y unos gritos garage soul que me recuerdan a los 13th Floor Elevators. El ‘Rock ‘n’ Roll baby’ de Mercy Baby suena a 60’s rhythm & blues y a puro rock 'n' roll con estupendo saxo.
En los profundos temas lentos más próximos al soul se salen. Especialmente Barrence que parece Ray Charles en ‘Adjunct street’ y te lleva al cielo en la final ‘Full moon in the daylight sky’ ayudado por el saxo tenor de Quartulli. El ‘The wolf pack’ de Kid Thomas se caracteriza por los berridos de Barrence casi a lo The Cramps y de nuevo el saxo lleva el poderoso ritmo. Un saxo que vuelve
a destacar en otro emocionante lento como ‘Angry hands’ que me recuerda a la estupenda banda sueca del revival garage-rock de los 80, The Creeps.
En el ‘I’m a good man’ de Eddie Snow suenan brutales y no parecen, para nada, buenos hombres y en ‘Katy didn’t’ vuelven a embadurnarse con la grasa del garaje más pestilente con rock’n’roll de espíritu punk. ¡Vaya unos monstruos, vaya disco otra vez y vaya ganas que tengo de volver a catarlos pronto en vivo!