Por: Kepa Arbizu
El nombre de Adrián Costa está indefectiblemente unido a las representaciones más logradas y significativas del blues hecho en nuestro entorno. Formando parte de la prestigiosa Tonky Blues Band o de los Reyes del K.O., su currículum no se detuvo en nuestras fronteras y alargó su presencia expandiendo su radio de acción en colaboraciones con diferentes artistas de repercusión internacional.
Pero todo eso, por muy glorioso que sea, es pasado y ahora presenta un nuevo proyecto junto a The Cliers, afincado en California pero con conexión asturiana de la mano de Jorge Explosión para dar forma definitiva al disco debut. Aunque hay un evidente reflejo en él de todo lo (de)mostrado en anteriores andaduras, existe una evidente y primordial intención por actualizar y customizar todos esos sonidos clásicos. Bajo un título como "Sexercise" y apoyado en una portada donde nos encontramos al gallego “levitando” sobre un escenario típicamente norteamericano con un llamativo traje rosa, nos da una buena pista de que el conjunto sonoro pretende desarrollar ese lado “juguetón” y desprejuiciado a la hora de interpretar los viejos ritmos.
Recurriendo a algunas de las influencias que marcaron sus pasados proyectos, hay en este nuevo trabajo también una base de funk-soul que marca los parámetros de un buen número de temas. En "Broken Watches" por ejemplo toma una forma delicada, como si de un Dr. John con dejes latinos se tratase; más rotundo y haciendo hincapié en una vertiente funk desarrollado bajo una perfecta comunión entre guitarras y teclados se muestra en "Here Comes My Baby"; "You Got Love" apunta hacia un tono más emotivo, tomando nota de las enseñanzas de intérpretes como Otis Redding o Solomon Burke pero también utilizando un sentido más leve a lo George Benson, dicotomía apuntalada por la mezcla del inglés y el castellano en su letra. Para la canción que da título al disco, como no podía ser de otra forma, aglutina y desarrolla de forma deshinibida todos los matices comentados.
"Be Cool" es sin duda toda una declaración de principios y una perfecta tarjeta de presentación del disco, cantada con desparpajo y cierta chulería, en el mejor sentido de la palabra, entre un marasmo de guitarras rugiendo electricidad se mueve un blues con aires, sobre todo en su estribillo, a los más recientes The Black Keys. El caótico "american way of life" quedará descrito por medio de una suculenta mezcla entre rock and roll, soul y garage en "The Amber Light Driver" mientras que "You Will" juega con la melancolía juvenil típica que supuraban autores del tipo de Ricky Nelson.
Adrián Costa ya demostró en el pasado ser un perfecto ejecutor de los géneros negros, pero en este nuevo proyecto, desarrollando esa misma pericia, los lleva hasta un terreno más personal y desprejuiciado en el que juega con ellos haciéndonos partícipes a los oyentes, dando como resultado un disco refrescante y pegadizo.