Por: Kepa Arbizu
Antes de hablar sobre el nuevo álbum de Titus Andronicus, “The Most Lamentable Tragedy”, habría que advertir, casi a modo de aquella etiqueta que alertaba sobre la existencia de letras explicitas, que este álbum no es uno más. No me refiero a la calidad, algo opinable, sino a su propio concepto, ya que está compuesto por casi una treintena de temas, de todos los tamaños y formas, que se alargan hasta la hora y cuarenta minutos. Todo ello para dar forma a una ópera rock en cinco actos fundamentada en un personaje, además de su "Doppelgänger", y los episodios relacionados con su inestabilidad mental.
Unas particularidades, para muchos sorprendentes, que no lo serán tanto para los concederos o seguidores de un grupo que siempre se ha postulado como los “raros” de la clase. De hecho ya probaron la idea de hacer un álbum conceptual, en dicha ocasión entorno a la guerra civil estadounidense titulado "The Monitor", con menos enjundia que el actual, eso sí.
Musicalmente la banda siempre ha elegido, como no podía ser menos, un registro realmente original, en el que se dan de la mano con total naturalidad el punk, ciertos repuntes de folk festivo tipo The Pogues, la épica del rock americano e incluso texturas del indie rock. Todo un conglomerado siempre servido con intensidad y una rabia innata en la forma de interpretar de Patrick Stickles.
Musicalmente la banda siempre ha elegido, como no podía ser menos, un registro realmente original, en el que se dan de la mano con total naturalidad el punk, ciertos repuntes de folk festivo tipo The Pogues, la épica del rock americano e incluso texturas del indie rock. Todo un conglomerado siempre servido con intensidad y una rabia innata en la forma de interpretar de Patrick Stickles.
Una cualidad que precisamente encaja perfectamente con la idea de este trabajo, en el que es muy fácil ver reflejado al propio cantante, aquejado de problemas mentales. Ese río narrativo que formula el álbum irá acompañado del tipo de sonido que encaje mejor en cada momento, elección que además termina por convertirse en salida de las diferentes caras que el grupo ha mostrado a lo largo de sus tres publicaciones anteriores: desde una más cruda y directa a un gusto por la instrumentación y lo ampuloso.
La faceta más punk, aunque presente a lo largo de todo el álbum, toma una mayor presencia precisamente al inicio de la historia, cuando la desorientación se apodera del protagonista. Dentro de ese ámbito The Clash se imponen como una de las influencias más claras de los de Nueva Jersey, dejando los ejemplos de "No Future Part IV: No Future Triumphant" o "Dimed Out". Un tipo de sonido que extenderán hasta llegar a crear reminiscencias de Hüsker Dü, "Stranded (On My Own)". Las guitarras seguirán rugiendo orientadas hacia el rock and roll de los Stones o New York Dolls ("Lonely Boy)" o tirando hacia el rock americano, incrementado con energía pegadiza de la new wave, en "Mr. E. Mann".
Con el desarrollo de la narración, y la aparición de ciertos destellos de esperanza, también entran en escena oro tipo de sonoridades, menos directas, más enrevesadas y mucho más heterogéneas. A lo largo del último tramo, todavía con algún alarde de salvajismo, "(S(HE) SAID/ S(HE) SAID)", se alternarán composiciones teatrales ("Auld Lang Syne"), juegos corales ("Sun Salutation"), otras con sabor “casero”, como el acordeón desvencijado de "Destable Boy", o la balada épica a lo Meat Loaf "No Future Part V: In Endless Dreaming" . Una de las más alambicadas en cuanto a su desarrollo es "More Perfect Union", en la que un inicial espíritu a The Pogues se acaba por sumergir en todo tipo de instrumentaciones y atmósferas.
“The Most Lamentable Tragedy”es un disco abrumador, denso, arriesgado y con un resultado muy meritorio sabiendo gestionar todos esas sensaciones sin caer en un desbarre inconexo. Un trabajo que se puede disfrutar desgranando sus canciones, que tienen de sobra entidad propia, pero que alcanza todo su potencial cuando se accede a una visión global integrada por la historia y sus vaivenes. Titus Andronicus siempre se han empeñado en hacer lo que les gusta sin ningún pudor ni miramiento respecto a modas o necesidades de marketing; algo siempre de admirar, y si además trae aparejado un resultado tan notable, más todavía.