Por: Txema Mañeru
¡El quinteto de Oxford liderado por Yannis Philippakis nos proporciona una gran alegría con este estupendo “What Went Down” (Warner Music). Y es que muchos los calificaron como el hype de 2008 cuando surgieron con el más que estimable “Antidotes”. Yo creí en ellos y lo volví a hacer en “Total Life Forever” que deslumbró, sobre todo, por ese genial single que fue ‘Spanish Sahara’. También mantuvieron el tipo con su tercer trabajo, hace 2 años, "Holy Fire".
Ahora, convertidos en banda de estadios en su país y de grandes recintos en todo el mundo nos entregan sin presión este magnífico “What Went Down” que no revoluciona nada, pero que está lleno de magníficas canciones. Tenemos la suerte de escucharlo en primicia ya que estarán el 12 de septiembre en el Festival DCODE de Madrid en el que demostrarán su actual status de banda de estadios y grandes festivales. Además se trata de un grupo que no necesita liderar escenas ni estar circunscritos a un determinado estilo musical. Suenan atemporales y personales con canciones trabajadas con espontaneidad y celeridad para no perder así la chispa de la inspiración.
Es normal que en sus inicios se les relacionara con bandas como Bloc Party, Klaxons, Battles o Metronomy. También que se hablara de bandas pretéritas como Talking Heads, King Crimson o Joy Division. Pero todo eso va quedando definitivamente atrás o perdiendo importancia en lo que
importa, las canciones actuales de Foals. No cambiarán el mundo, pero sí harán disfrutar de lo lindo a quienes gocen de la buena música sin importarles etiquetas y modas.
Así comienzan con un tema titular que da en la diana por su intensidad y que sorprende como si se tratara de unos Pink Floyd del indie-grunge. ‘Mountain at my gates’ es el primero de los singles por su gran estribillo y por su sonido más luminoso y rítmico como en los comienzos de Talking Heads. Cuenta con un llamativo videoclip de refuerzo. Además tiene un subidón final ideal para poner arriba un festival. En ‘Birch tree’ tenemos esos ritmos y modulaciones vocales que nos recuerdan a los mejores Japan, pero con esas guitarras math-rock entre Karate, Battles o los últimos King Crimson. Lo bordan también en un buen y melódico tema lento como ‘Give it all’ con sus emocionantes y épicos coros.
La producción la firma el prestigioso James Ford, (Artic Monkeys, Mumford & Sons, Florence & The Machine) y de las estupendas mezclas se encarga el experto Alan Moulder (Depeche Mode) y es también una gozada el art-work del disco al estilo de
los Pixies o de la película “Seven”. El toque Moulder se aprecia bien en el ritmo sintético de ‘Shake oil’, entre New Order, Robert Palmer o nuestros El Columpio Asesino. Con ‘Night swimmers’ llegan esos ritmos africanos a lo Vampire Weekend, pero más actuales y sonando a ellos mismos.
‘London thunder’ es el momento más melódico y épico para emocionar a los que no lo hicieron con el último de los U2. Me encanta también ‘Lonely hunter’ con ese gran ritmo a lo New Order en la percusión, pero con esas guitarras precisas como las manos de un cirujano. Las letras son estupendas y tienen temáticas realmente interesantes. También hay una guapa Edición DeLuxe que añade un magnífico DVD y por supuesto se puede conseguir en vinilo y digital. ¡Hay que estar muy “fool” para no apreciar la magia de Foals!