Por: Txema Mañeru
La verdad es que hemos echado de menos durante bastante tiempo a la pizpireta Eilen Jewell. El cariño del que goza entre nosotros se lo ha ganado a pulso con sus sentimentales discos y canciones y con su simpatía y derroche de buen hacer en sus numerosas giras por aquí. En poco tiempo nos sorprendió gratamente con el estupendo “Sea Of Tears” allá por 2009 y sus primeras y ya exitosas giras. Al año siguiente llegó el magnífico “Butcher Holler”, un gran tributo a una de las mujeres icónicas del country, junto a Dolly Parton, Loretta Lynn. Y la cosa fue todavía más arriba al año siguiente con “Queen Of The Minor Key”. Antes había debutado en 2006 con el menos conocido “Boundary County”. También ha grabado un par de apreciables discos más cercanos al góspel junto a Sacred Shakers.
Todos estos discos han ido apareciendo en el prestigioso sello Signature Sounds, aquí distribuido por Everlasting / PopStock! Todo
ello rodeada por ese excepcional y veterano guitarrista, con geniales discos bajo su nombre, que es Jerry Miller y que es quien le acerca a menudo a terrenos cercanos al rockabilly como en esa magnífica versión del ‘Shakin’ all over’ de Johnny Kid And The Pirates. En la batería, también fijo, su marido, Jason Beek, y al contrabajo Johnny Sciascia. Con ellos presentará “Sundown Over Ghost Town” (Signature Sounds / PopStock!) a finales de octubre y siguiendo con las celebraciones del 25 Aniversario de Bloody Mary. La fecha en Euskadi será el 31 de octubre en el Auditorio Bastero de Andoain y tienes más información de toda la gira en www.bloodymary.biz y en www.iwanna.org. Como teloneros tendremos a los interesantes y también yanquis, Miss Tess.
¿Y por qué ha tardado 4 años en entregar este nuevo trabajo? Bueno, ha tenido sus motivos importantes. Por un lado ha regresado a su Boise natal en Idaho tras 9 años por Boston. Por otro lado, junto a Jason, han sido padres de Mavis lo que les ha cambiado la vida por completo. Pero su vida es también la música y están de regreso trayendo el disco más personal y emotivo hasta la fecha. Todas las canciones están compuestas por la propia Eilen y en ellas la sinceridad, la amistad, el amor y la nostalgia por el regreso a dónde creció se palpan en letras y música.
El disco se abre con la melancolía, la emoción y el tierno country-folk de ‘Worried mind’. En otros trabajo anteriores contó con invitados de renombre como Big Sandy, Zoe Muth o David Sholl. Aquí también los hay y en este primer tema brilla ya la conmovedora pedal steel guitar de Jake Hoffman. También brilla la pedal en el primer y estupendo single, titulado ‘Needle and
thread’, uno de los cortes más autobiográficos en un disco muy personal y sentimental ya en general, pero con un ritmo más alegre y animado.
Y si hablamos de temas personales y sentimentales tenemos que destacar, sin duda alguna, el emotivo final titulado ‘Songbird’, que está motivada y dedicada a la llegada de su hija. Ella misma la define como la canción más sincera que ha escrito jamás. Eso se siente al escucharla y emociona. También lo hará en los próximos conciertos porque suele ser el tema de cierre en los bises y lo hace ella en solitario con su acústica, la armónica y sus siempre estremecedora voz. Además pone colofón a un in crescendo final del disco intimista, personal y desnudo en el que también figuran los temas previos ‘Green hills’ y ‘Here with me’.
Pero tranquilos, Eilen siempre ha sido una mujer alegre y eso se seguirá sintiendo en sus conciertos y en temas de su nuevo disco como ‘Rio Grande’ que a
gusto firmarían unos resucitados Mavericks por sus aires a fiesta fronteriza. Sorprende el inicio con la trompeta de Jack Gardner y te captura con la siempre magnífica guitarra de Jerry Miller. También triste y melancólica resuena la nostálgica ‘My hometown’ que ya sabes sobre qué trata por su título. El órgano y cierto toque retro nos hace acordarnos de los más noctámbulos Cowboy Junkies. Sobre sus recuerdos, infancia y su lugar natal tratan también las hermosas ‘Hallejulah band’ o la campestre ‘Half broken horse’, de nuevo con una magnífica pedal steel guitar y la ternura de Emmylou Harris. ¡En definitiva, un magnífico nuevo disco repleto de emocionantes canciones de una cantante y artista que seguirá entre las grandes en esta década y más allá!