Por: David Centeno
Toda una declaración de intenciones el título del nuevo disco de Buckcherry, editado para celebrar sus 20 años de vida como banda y grupo masivo de entretenimiento mundial.
El trabajo se abre de manera facilona con “Bring It On Back” , unos golpes contundentes de batería para dar entrada directa al estribillo, una pentatónica correcta y las notas justas hacen que los fraseos vocales te lleven por una línea clásica. El siguiente corte es “Tight Pants”, aderezada con vientos templados en el soul moderno y que dan un toque festivo a la canción de principio a fin. “Wish to Carry On” suena más emotiva y adolescente, con algún espacio entre medias que la endurece, donde la guitarra destaca con un pequeño solo. Está claro que hasta el momento apuestan por los estribillos de fácil digestión. “The Feeling Never Dies” es el típico medio tiempo con guitarras acústicas que cualquier grupo de hard-rock podría firmar, puro mainstream que empieza lento y por momentos intenta ser épico. Una canción lenta de relleno para darle más valor al siguiente bloque.
“Cradle” juega a comienzo fuerte, parte tranquila y así hasta entregarnos un estribillo muy potente donde la guitarra tiene más preponderancia, la voz arenosa rasga y la batería redobla hasta hacernos bailar, entregándonos uno de los mejores temas del disco, junto con la siguiente, “The Madness”, donde una línea de bajo trepidante, sumada a un riff sobrio nos lleva directo a donde quieren, otro estribillo de calidad. “Wood” es un tema ligero, con un principio almibarado que busca endurecerse pero manteniendo las distancias, dejando que el sólo de guitarra y la batería hablen el mismo idioma. “Rain's Falling” viaja por el terreno más blues de la banda, buscando el clásico tono de guitarra que podemos encontrar en las grabaciones más clásicas, una voz lacónica desgrana una melodía tímida e intimista, dándonos un respiro ante el poderoso final del disco. “Sex Appeal” será un tema que haga las delicias de los aficionados al grupo, no hay medias tintas, son ellos mismo más que nunca, sucios, intencionados, cabalgando todos juntos por una canción que tiene unas claras influencias de las décadas en las que el grupo eran sólo niños. “Get With It” es el broche perfecto, mantiene la línea e intensidad desarrollada a lo largo de todo el disco.
El álbum satisfará a los muy fans, pero lo hará sin arriesgar y mezclando la madurez que da trabajar con el guión aprendido. Todas las canciones están cómodas en su sitio pero con la cortesía suficiente para no dejar a ningún tema colgado y sin brillo, Aunque para ser una celebración de sus primeros 20 años de vida y un título tan evidente, han ido a lo seguro, apostando al caballo ganador que en tantas carreras les ha dado la victoria.
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