Por: Txema Mañeru
Cuando un músico ha tocado con John Hiatt, Clifton Chenier, John Mayall’s Bluesbreakers o Jimmy Buffett, es comparado con el mismísimo Ry Cooder y recibe encendidos elogios del mismísimo Eric Clapton, su calidad está garantizada.
Landreth se mudó de sus Mississippi natal a Lousiana y está considerado como “El Rey del Slydeco” por su particular manera de tocar su Fender Stratocaster. Maduró facturando zydeco y blues y usa púa para el pulgar mientras hace juegos armónicos, escalas y acordes con el resto de los dedos. Estuvo nominado a los Grammy en 2003 por uno de sus trabajos más blues, The Road We’re On.
En este disco que hace el de su docena en solitario, regresa de nuevo al blues, pero sin dejar de lado sus ramalazos jazz, country o incluso del rock clásico de los 70. Se nota que se inspiró en los más grandes clásicos del blues, pero también en transgresores más eléctricos del género como Cream o The Allman Brothers. Aquí se rinde ante el blues del Delta y también reverencia al gran Johnny Winter en un incendiario instrumental como Blues firebird que es una auténtica exhibición de técnica y fuerza. Cierra con otro más cercano al zydeco blues más salvaje como Simcoe street, pero antes comienza con el mítico Robert Johnson y su Walkin’ blues en el que ya evidencia su apabullante y pasional técnica. A Elmore James llega a través de su clásico absoluto, Dust my broom y a otro pionero como Skip James lo hace con un Cherry ball blues muy eléctrico. También lo borda con un emocionante standard como It
hurts me too. Pero sabe llevarse todos esos temas a su terreno y pasarlos por su manera particular de tocar y crear.
De hecho brilla aún más en composiciones propias como la cumbre del disco, Bound By The Blues (Provogue / Mascot Label / Top Artist Promotion) que no es otra que su tema titular, una clara declaración de principios de por dónde circula este gran trabajo.
Combina sonoridades pop cercanas a Stevie Winwood, hasta en la voz con, una guitarra muy Ry Cooder. También es propia ese The high side que juega con country y funk de manera muy original. Vuelve a levar a su terreno el Key to the highway que popularizara Eric Clapton y lo hace de manera más potente aún. ¡De lo mejorcito del año en su estilo y gran trabajo para este clásico en forma!