Por: Txema Mañeru
¡Todo un lujo y un placer para poder regresar a otras galaxias y a otras estrellas musicales! El Aviador DRO y Sus Obreros Especializados fueron a finales de los 70 y comienzos de los 80 el equivalente patrio a Kraftwerk y Devo juntos. Para Luis Calvo, capo de Elefant Records, marcaron su adolescencia junto a la película La Guerra de las Galaxias. Por eso ha querido meterlos en su magnífica colección Recuerdos Que Olvidé. Una colección en la que también te puedes encontrar lo mejor de Aerolíneas Federales, Nosotrash, Milkyway o la de unos discípulos del Aviador como Oviformia SCI. Una colección presentada con todo el cuidado del mundo y que puedes conseguir en www.elefant.com.
En el caso de El Aviador DRO hay una edición en doble vinilo rojo limitada y numerada a 750 copias que serán pasto de coleccionistas. También está la lógica edición digital y hay un doble compacto con un espléndido cuádruple digipack y con dos libretos con esos carteles publicitarios y esos slogans que sólo los de Servando Carballar sabían hacer con gracia e ideas de futuro.
Aquí tenemos recogidas sus primeras grabaciones cuando todavía estaban en la formación los futuros Esplendor Geométrico, Arturo Lanz y Gabriel Riaza. El subtítulo también es claro y explicativo. Maquetas, Versiones Alternativas y Éxitos Interplanetarios. Y es lo que tenemos en estos 26 temas y más de 80 minutos de lo que fue la génesis del tecno-pop en castellano.
Cada disco se abre con una de esas maravillosas sintonías que tan bien sabían construir. Entre sus más rotundos éxitos tenemos la magia de ese maxisingle lleno de romanticismo que fue Programa en espiral. También tenemos el pegadizo Selector de frecuencias, la hipnótica Telepatía o la histriónica La TV es nutritiva. Las versiones alternativas son una gozada absoluta. Ahí brillan, cómo no, Nuclear Sí, ese gran single que debió triunfar titulado La chica de plexiglás o las incomparablemente románticas Obsesión y El intruso.
Luego está el magnífico capítulo de maquetas que permite descubrir algunos temas que un servidor no había oído. Así me ha encantado Corazón de batidora, No tengo boca o la primeriza Electroshock. En el capítulo de rarezas tenemos ese precioso villancico que es El nacimiento de la industria, la Sintonía del Diario Pop, de cuando las radios marcaban la pauta, o esas espectaculares
versiones de los Sex Pistols, Anarquía en el Planeta y de Kraftwerk, La modelo. ¡Gran forma de conocer los primeros pasos de un grupo básico en la historia de nuestra música!