Por: Txema Mañeru
Todavía sigue citándose que Rickie fue novia de un joven Tom Waits y que firmó un magistral Pirates al comenzar la década de los 80. Por supuesto se sigue hablando de su primer éxito en el que cantaba al magnífico Chuck E. Weiss, otra suerte de Waits con menos éxito y peor vida. La heredera de Joni Mitchel firmó algún otro disco magistral en los 90 como Naked Songs o la década pasada con el casi conceptual y difícil The Sermon On Exposition Boulevard.
Ahora no es que atravesara por una racha especialmente brillante ni tampoco prolífica. Por eso todavía emociona más reencontrarse con ella y sus historias en The Other Side Of Desire (Everlasting / Popstock!). Lo avisamos con rotundidad. Este disco está en el pódium de los tres mejores discos de su extensa trayectoria.
La variedad es la nota dominante en él. Será que le ha influido el hecho de vivir actualmente en Nueva Orleans, con ese crisol de sonidos que abarca prácticamente todo lo que supone la música de raíces americana. Le acompañan un buen puñado de excelentes músicos muy bien dirigidos por la producción de Mark Howard y John Porter (Roxy Music).
Abre con la preciosa balada Jimmy Choos destacando su voz y un ácido órgano. Valtz de mon pere (Lover’s Waltz) es lo que indica su título, pero con el añadido de los sonidos cajun de Nueva Orleans. Me encanta J’ai connais pas, un pedazo de blues con destacadas guitarras y , sobre todo, un piano que recuerda mucho al mejor Randy Newman. Se muestra sublime en Blinded by the hunt hablándonos de Neil Young y su Helpless y dándole un toque reggae al estilo del 461 Ocean Boulevard del mejor Eric Clapton. Infinity es un lento lleno de pasión y pulsión jazz muy
a lo Mitchell con su gran voz y un emocionante piano. Y ya que hemos citado a ambos diremos que la Jones está por encima del bien y del mal como Joni Mitchell o Neil Young.
En I wasn’t here se marca una delicia coral con preciosas cuerdas y en Christmas in New Orleans parafrasea a Steve Earle y con esa pedal steel guitar gustará a sus fans o a los de Emmylou Harris. Feet on the ground es un relajante y cadencioso dueto para bailar agarrado y henchido por la pasión mientras que en Juliette se muestra desnuda y solemne con el piano y la voz. Cierra experimental como su ex novio, Tom Waits, con Finale; (A spider in the circus of the falling star).
¡Ella no es una estrella caída, sino una grandísima artista que no ha tenido la suerte comercial que su calidad merecía! Este disco debiera acercarla a un mayor número de público y hacerle recuperar a algunos que la idolatraron en sus esperanzadores inicios.