Por: Txema Mañeru
¡Los Grateful Dead son una banda esencial y fundamental de la historia de la música americana! Para hacer un repaso de su trayectoria se necesitarían muchas más horas de música. Pero bueno, teniendo en cuenta que aquí se desecha su incendiario y extenso material en directo y que el artefacto de rigor comprende dos compactos que se van hasta los 160 minutos de duración, tenemos todo lo mejor de su extensa trayectoria. Y es que estamos hablando de una banda que el próximo 5 de julio se va a despedir definitivamente de los escenarios celebrando su 50 Aniversario en el mítico Soldier Field de Chicago. Allí dio también su último concierto la formación con el gran Jerry Garcia al frente. Lo mejor de todo es que al día siguiente ese último concierto se proyectará en más de 400 salas de cine de toda Europa y también podremos verlo en 6 ciudades aquí. Tienes más información en www.rhino.com y en www.dead.net.
Y claro, como has comprobado, un artefacto así sólo lo podía sacar el sello Rhino, experto en este tipo de reediciones de lujo. Triple digipack con magnífica portada en brillantes colores dorados y con dibujos y nombre en relieve. Y es que los Dead también eran maestros en el diseño de sus discos, carteles e iconografía en general. Además también tienen a los “Dead Heads”, algunos de los fans más impenitentes de la historia. Las fotografías interiores y del impresionante libreto de 16 páginas son otro de los puntos destacados.
Luego están los 32 temas seleccionados y ordenados cronológicamente con paradas especiales más detalladas en trabajos esenciales como Anthem Of The Sun (68), Aoxomoxoa (69), Workingman’s Dead (70) o de su obra maestra absoluta también del 70, American Beauty del que aparecen hasta un total de 5 temas. En el concierto de despedida estarán todavía 4 miembros originales como son Bob Weir, Mickey Hart, Phil Lesh y Bill Kreutzmann. La ausencia del gran Jerry se menguará un poco con Trey Anastasio de Phish, Bruce Hornsby y Jeff Chimenti. Por cierto, que aprovechando el aniversario también ha salido una flamante edición en doble vinilo para los más fetichistas y fanáticos. Parece que Rhino irá sacando además más material especial de una banda tan especial.
Aquí tenemos sus primeros pasos más cercanos al garage, a la psicodelia y al rock ácido californiano. Pero también esos que les acercaron al country-rock, a todo el rock americano de raíces y lo que les llevo a ser santo y seña de todas las jam bands que han existido. Junto a Love, Jefferson Airplane, Moby Grape, Quicksilver Messenger Service o Crosby, Stills, Nash & Young protagonizaron toda una época. Además muchos de los sonidos de estas y otras bandas como The Allman Brotehrs Band, se aprecian a lo largo de estos magníficos temas. Pronto llegan preciosas joyas como su mejor y más mítico lento, Dark star. Los aires CSN&Y en sus voces de Uncle John’s band. Las lisérgicas guitarras de Easy wind o Sugar Magnolia que tan bien alargaban hasta la eternidad en sus conciertos interminables. Esa música para viajar de legendarios temas como Truckin’ o el lado más country con el banjo y todo en Friend of the
devil. Gracias a Dios, y como eran amigos del diablo, la mayoría de ellos todavía están aquí para contarlo/cantarlo.
En el segundo compacto todavía tenemos estribillos clásicos como el de Fire in the mountain o el exitoso y pegadizo single I need a miracle, de su Shakedown Street del 78. Una joyita como Far from me encantará a los seguidores de los Eagles. Además también tenemos grandes temas lentos como el precioso y emotivo Black muddy river del In The Dark del 87 o su última joya, Standing on the moon. Esta apareció en el Built To Last del 89 y es expansiva para escuchar conduciendo en verano con calor y las ventanillas abiertas y dejándose llevar por el paisaje.
Si eres fan de la banda tendrás la mayoría de los discos, pero aún así es un compendio genial de todo lo mejor que hicieron jamás en estudio. Si no los conoces demasiado este es un artefacto imprescindible para introducirte en ellos. Luego te picará su fiebre y seguro que te haces con alguno de esos gigantescos directos que sólo ellos sabían hacer. ¡Obligatorios!