Por: Txema Mañeru
¡London’s burning again! Sí que puede arder de nuevo Londres con una joven banda que llena todos los tabloides como Palma Violets. Se habló de “hype” cuando al poco de nacer el NME eligió como mejor canción del año 2012 su Best of friends. Antes estuvieron en ese mismo disparadero bandas como Artic Monkeys, The Horrors o, más recientemente, The Vaccines. Todas estas van hacia delante con paso firme y con su reválida, Danger In The Club (Rough Trade Records / PopStock!), creo que este cuarteto londinense también lo hará.
¡London’s burning again! Sí que puede arder de nuevo Londres con una joven banda que llena todos los tabloides como Palma Violets. Se habló de “hype” cuando al poco de nacer el NME eligió como mejor canción del año 2012 su Best of friends. Antes estuvieron en ese mismo disparadero bandas como Artic Monkeys, The Horrors o, más recientemente, The Vaccines. Todas estas van hacia delante con paso firme y con su reválida, Danger In The Club (Rough Trade Records / PopStock!), creo que este cuarteto londinense también lo hará.
Mezclan sin rubor indie británico, post-punk, garage-rock y hasta destellos del más agresivo brit-pop. Sin embargo ya han girado en más de una ocasión con éxito por los Estados Unidos. Gastan buen aspecto callejero y desaliñado pero con un toque de elegancia y bohemia. Pero sobre todo gastan buenas y variadas canciones bien producidas por el prestigiosos John Leckie. Al frente están las voces y composiciones del guitarra Sam Fryer y del bajo Chilli Jesson, aunque también tienen importancia destacada los teclados de Pete Mayhew.
Su disco de la confirmación se ratifica pronto con el arrollador punk de Hollywood (I got it), pero con vocación de himno y órgano garage-rock. En Girl, you couldn’t do much better on the beach tenemos energía, gancho y un estribillo al estilo de los primeros The Jam o Buzzcocks. En el tema Danger in the club se muestran más melódicos y crean otro buen estribillo para corear. Con Coming over to my place crean otro himno con toques épicos y aires entre The Clash y The Libertines. También se puede comparar para bien el sonido general del disco con el último y destacado Let It Reign de Carl Barat & The Jackals.
Reservan buenos momentos para temas más calmados o lentos. Es el caso de la épica The jacket song con sus guitarras acústicas o de la más oscura e intensa y rock Matador. También mola en este aspecto No Money honey con destacados teclados que le dan un aire a The Stranglers. Acaban de
manera sensacional con el primer single del nuevo disco. Un English tongue también con coros tabernarios pegadizos (otra vez The Clash) y un aire new wave punk genial, además de muy buenas guitarras. ¡Seguro que será de lo más coreado en sus futuros conciertos! ¡Confirmación total de una banda que me gustaría ver ya por aquí acompañados de Carl Barat & The Jackals!