"Trabajar con un volumen de canciones reducido ha permitido poder dedicarles más tiempo a cada una y poder probar muchas cosas distintas"
Por: Kepa Arbizu
Bajo una bonita y elegante portada, Carlos Vudú y El Clan Jukebox regresan con su segundo disco "Gigantes". Se trata del nuevo capítulo que los murcianos escriben, otra vez, guiados por el ritmo del rock americano clásico, donde Tom Petty, José Ignacio Lapido, Los Madison o Quique González son algunos de los nombres que pueden sugerir sus canciones.
Por: Kepa Arbizu
Bajo una bonita y elegante portada, Carlos Vudú y El Clan Jukebox regresan con su segundo disco "Gigantes". Se trata del nuevo capítulo que los murcianos escriben, otra vez, guiados por el ritmo del rock americano clásico, donde Tom Petty, José Ignacio Lapido, Los Madison o Quique González son algunos de los nombres que pueden sugerir sus canciones.
Pero en este regreso hay algo que llama la atención y es el paso adelante dado a la hora de moldear sus canciones, menos directas que antaño (en su anterior "Cartas marcadas") pero en las que se observa un mayor mimo en los detalles a la hora de presentarlas. Todo ello se podrá disfrutar hoy miércoles en la sala madrileña Moby Dick, donde mostrarán su nuevo álbum. Antes de que llegue ese momento tenemos unas cuantas palabras con Carlos Martínez, alma máter de este proyecto, para descubrir más detalles sobre su nueva puesta de largo.
Desde un primer contacto con “Gigantes” nos encontramos que en comparación con “Cartas marcadas” es un disco menos eléctrico, con mayor número de medios-lentos tiempos y canciones más cuidadas en cuanto a detalles. En definitiva, menos directo pero con mayor recorrido.
Carlos Vudú: Con el anterior disco, "Cartas marcadas", se intentó captar la energía que desprendía la banda en directo. Queríamos sonar “rockeros”, pero pasado un tiempo, nos dimos cuenta de que había temas que se habían pasado un poco de revoluciones.
Ahora hemos intentado corregir ese error e intentar dar a cada canción un tratamiento independiente y ver qué te pide cada tema. Hay momentos en los que vas con la quinta marcha puesta, pero hay otros donde “soltamos el acelerador y disfrutamos del paisaje”.
Incluso cuando acometes temas más rockeros y contundentes como “Agua turbia” se observa también ese espíritu mucho más detallista y buscando matices. Labor que habrá que poner en el debe del, de nuevo, productor, José Nortes, uno más del “clan”...
Carlos Vudú: Si. Una de las claves ha sido trabajar con un volumen de canciones reducido. Eso ha permitido poder dedicarle más tiempo a cada canción y poder probar muchas cosas distintas. Está claro que cada vez tenemos más sintonía y confianza con él . Sabe muy bien sacar lo mejor de cada uno.
En tu forma de cantar también observo ciertos cambios, ¿era algo que pedían las canciones?
Carlos Vudú: Eso es algo que también tiene gran parte de culpa José Nortes. Me insistió en cantar mucho más relajado y suave, a aceptar que mi voz, que no es la de Carlos Tarque, Calamaro o Bunbury, que sonara a Carlos Vudú. Y visto el resultado estoy muy contento por el consejo.
Tengo entendido que la forma de grabar ha sido ligeramente diferente esta vez, mientras que en el pasado disco llegasteis con las canciones casi cerradas, en esta ocasión ha habido más trabajo en el estudio. ¿A pesar de ello tenías una idea de por qué camino debían de ir las canciones o lo adoptaron en el proceso de grabación?
Carlos Vudú: Uno cuando crea una canción, por lo menos yo, siempre tiene en la cabeza cómo va a sonar con banda o por la onda que va a ir. En este caso, hay temas que sí se han aproximado a lo que tenía en la cabeza, y otros en cambio, han cogido un camino inesperado.
Tanto el título del disco, Gigantes, y la canción, como otros temas como por ejemplo “Ha vuelto el petirrojo”, parecen hacer referencia a un espíritu de resistencia, aunque también es innegable que el disco tiene un aroma melancólico, de pérdida...
Carlos Vudú: Es cierto, pero ya desde "Cartas marcadas" había canciones que trataban de una u otra manera esa temática, como “Mira donde estoy” o “Mientras puedas”. Siempre digo que cuando uno está contento y feliz se dedica a disfrutarlo. En los momentos más reflexivos es cuando uno coge la guitarra y se hace preguntas. Creo que el disco tiene sus momentos de luces y de sombras.
Tampoco falta alguna referencia al momento social que vivimos, “Agua turbia” o “Un invierno sin abrigo” así parecen hacerlo. El tono íntimo que tiene el disco no parece renunciar sin embargo a reflexionar sobre lo que pasa a nuestro alrededor.
Carlos Vudú: Al final siempre se escribe a partir de experiencias personales o sobre tu visión del mundo y de lo que te rodea. Por lo tanto, es casi imposible pasar por alto la situación en la que nos encontramos actualmente.
De la canción “Rock and roll de las cloacas” no sé si hay que entender el espíritu intrínseco “underground” que tiene este tipo de música o si se trata de otro llamamiento a resistir por muy mal que se den las cosas en este mundo.
Carlos Vudú: No hay que buscar más allá de lo que se ve a primera vista en esta canción. Es una parodia del mundillo de la música y de todo lo que le rodea, cuando juegas en la “tercera división”.
Y por cierto, no sé de qué manera definirías en base a su comportamiento a Carlos Vudú y el Clan Jukebox, si como un grupo o tu proyecto personal apoyado por músicos de confianza.
Carlos Vudú: Somos una banda. Cuando ganamos, ganamos todos, y si palmamos pues también. Eso no quita que pueda enfrentarme a los temas yo solo sin mis compañeros, porque es algo de lo que también disfruto y te hace crecer mucho como músico.