Kafe Antzokia, Bilbao, sábado 4 de abril de 2015
Por: Kepa Arbizu
Fotografías: Lore Mentxakatorre
Como si de una película de Luis Buñuel se tratara, a escasos metros del Kafe Antzokia de Bilbao, donde iba tener lugar el concierto de Sex Museum, se desarrollaba la celebración de una procesión de Semana Santa. Mientras, justo al otro lado de la puerta del recinto, comenzaban los atronadores primeros acordes emitidos por los teloneros The Wizards, banda local de heavy-hard-rock oscuro. Los ganadores en la categoría de metal del concurso Villa Bilbao demostraron, a base de un brutal sonido, ser grandes aprendices de grupos como Black Sabbath, Dio o Danzig. Eso quiere decir que, rodeados de todos los clichés visuales/sonoros del género, fueron capaces de llevar su propuesta hacia aproximaciones más envolventes, más contundentes o directamente aceleradas a ritmo de punk. Perfecta antesala de lo que se intuía una noche de exaltación del rock.
Por: Kepa Arbizu
Fotografías: Lore Mentxakatorre
Como si de una película de Luis Buñuel se tratara, a escasos metros del Kafe Antzokia de Bilbao, donde iba tener lugar el concierto de Sex Museum, se desarrollaba la celebración de una procesión de Semana Santa. Mientras, justo al otro lado de la puerta del recinto, comenzaban los atronadores primeros acordes emitidos por los teloneros The Wizards, banda local de heavy-hard-rock oscuro. Los ganadores en la categoría de metal del concurso Villa Bilbao demostraron, a base de un brutal sonido, ser grandes aprendices de grupos como Black Sabbath, Dio o Danzig. Eso quiere decir que, rodeados de todos los clichés visuales/sonoros del género, fueron capaces de llevar su propuesta hacia aproximaciones más envolventes, más contundentes o directamente aceleradas a ritmo de punk. Perfecta antesala de lo que se intuía una noche de exaltación del rock.
Sex Museum repetían en la capital bizkaina desde que publicaran su último disco Big City Lies. La puesta sobre las tablas de los madrileños tiene una solvencia más que demostrada . "Loza", Vacas, con su sección rítmica, y Marta Ruiz, por medio de sus omnipresentes teclados, constituyen el esqueleto sonoro de la banda, mientras la guitarra de Fernando marca el camino, a la vez que hace gala de su particular forma de convertirse en algo parecido a un maestro de ceremonias (incluidas entretenidas “batallitas” músico-vitales como un speech final sobre el endeble futuro de la música) y Miguel asume el papel de peculiar frontman, por momentos lascivo, bailón o ensimismado.
Asistimos, como no podía ser menos, a un buen repaso de su más reciente trabajo y a los diferentes matices estilísticos que éste esconde. Así desfilaron los ritmos más envolventes como los de La Californiana, ataques instrumentales “made in Los Coronas”, Huesos de Santo, o la enigmática, presentando de manera irónica a su cantante como un crooner mezcla de Raphael y Mark Lanegan, Judee Sill, interpretada en castellano. La parte más contundente de sus nuevas canciones llegó de la mano de la aceleración de Motherboard o la elegante rotundidad que emanan, cada una a su estilo, Ruler of Your Life, Circles in the Salt o Emotional Tyranny .
Al margen de centrarse en las nuevas composiciones, la banda acometió otras pasadas, como el infalible hard rock pegadizo de Two Sisters, la melancólica intensidad de I'm Falling Down, con la que abrieron el concierto, o la impetuosa Friends. También hubo espacio para la melodiosa, casi pop, I Enjoy the Forbiden. Junto a todo ello incluso intercalaron algunas versiones, como su ya característica, y lograda sobre todo viendo el resultado del público, mezcla entre el Fight for Your Right de Beastie Boys y el mítico Smoke on the Water de Deep Purple, además de la no menos reconocible y también jaleada Have Love Will Travel de The Sonics. Más bizarra, presentada incluso como una elección por parte de los “más frikis” (en relación a "Loza" y Miguel), fue la interpretación de la bailable Danger! High Voltage de Electric Six.
El concierto de Sex Museum reflejó a la perfección el momento actual que viven los de Malasaña, en el que su viejo e iniciático sonido garagero ahora se presenta repleto de todas esas influencias que han ido acumulando y presentando a lo largo de sus diferentes trabajos, como atestigua su más reciente grabación. Al final podemos hablar de etiquetas, de épocas o de vueltas al pasado, pero el grupo sigue básicamente en lo suyo, hacer rock con garra y determinación, algo que han demostrado con creces en todos estos años y que queda avalado una vez más con esta actuación.