Por: Sandra Sánchez (@SanchezGarciaS)
Después de tres años de espera por fin sale a la luz un nuevo disco de la banda de Tucson y precisamente según indican Joey Burns y John Convertino, sus dos cabezas pensantes, Edge of the Sun nace con esa intención: la de dejar atrás la oscuridad para salir a la luz; o, al menos, para moverse en el filo que existe entre ambas, cayendo, si es que hay que caer, en la segunda.
Después de tres años de espera por fin sale a la luz un nuevo disco de la banda de Tucson y precisamente según indican Joey Burns y John Convertino, sus dos cabezas pensantes, Edge of the Sun nace con esa intención: la de dejar atrás la oscuridad para salir a la luz; o, al menos, para moverse en el filo que existe entre ambas, cayendo, si es que hay que caer, en la segunda.
Si leemos las primeras críticas publicadas lo primero que encontramos es una clara división de opiniones: hay quienes dan palos por todas partes al álbum y hay quienes lo adoran. La arriba firmante pertenece al segundo grupo. El disco es muy variado, muy bien instrumentado, rico en matices, completo... fantástico.
Ya desde los primeros acordes del single, Falling from the sky, nos trasladamos de forma fulminante a los estados del sur de Norteamérica. Hablamos de Texas, de Nuevo México, de Arizona... Todo suena a esa zona, a ese modo de vida más pausado que el del resto de Estados Unidos, desértico y fronterizo.
Está muy presente el sonido tex-mex, además de una mezcla de estilos sorprendentes, bien distintos, pero que encajan en la concepción total del disco. Entre los temas descubrimos música country, algo de folk, una pizca de indie rock, sonido mariachi sin complejos y hasta una cumbia (Cumbia de Donde), potente y fabulosa cantada mano a mano con Amparo Sánchez, el alma de Amparanoia. Ella le pregunta a él "¿a dónde vás?" Y él contesta, "I´m on my way".
Las letras son tema aparte en el disco. Cálidas, directas y esperanzadas, sin dar lugar a interpretaciones, dicen lo que dicen, no hay más, "they´re on their way".
El álbum, grabado durante una intensa estancia en Mexico DF, bebe muchísimo de este país (no hay más que escuchar la instrumental Coyoacán), pero también lo hace de la influencia de cada uno de los músicos que conforman la banda que interpreta sus temas, provenientes de Nashville, de El Paso, de Berlín o de Madrid, como es el caso de Jairo Zavala (Depedro), que ya colaboró anteriormente con Calexico.
También enriquecen musicalmente el disco sus artistas invitados. El primero en el que pensaron fue Sean Beam, más conocido como Iron & Wine, perfecto en Bullets and rocks. Igualmente está de diez Ben Bridwell, cantante de Band of Horses, en Falling from the sky, creando un mix perfecto entre el sonido de ambas bandas. Otros colaboradores son Neko Case, Gaby Moreno o Carla Morrison.
Edge of the Sun merece una escucha. Después será difícil que no vengan muchas más. Estamos ante un disco que lo tiene todo para perdurar en el tiempo sin perder ni un ápice de su calidad.