El indie no estaba muerto. Estaba en el local de ensayo. Ajustando todas las guitarras que algunos se empeñaron en no afinar, templando las voces de quienes cantaban sin escuchar la música y pensando en arreglos de más de dos notas para lanzar desde sus sintetizadores. Triumph (BCore, 2014), el segundo disco de Dulce Pájara de Juventud, pone de manifiesto que cuando convergen en un LP actitud y firmeza de propósitos el resultado es más que aceptable.
El cuarteto catalán dice que forjó su amistad entre el jardín de infancia y la adolescencia. Sarai, Ricard, Bruno y Xavi son uno de esos grupos de amigos que tienen un grupo de música. El empaste, se nota. En 2012 publicaron su primer disco homónimo y en 2014 (antes de su nuevo trabajo) editaron Faithful Songs, un EP con tres temas que dejó percibir la evolución de la que harían gala este segundo LP.
Su corta trayectoria en no les ha achantado para pisar uno de los escenarios del Primavera Sound (el patrocinado por una marca de gafas) el año pasado, telonear a los neoyorquinos The Pains of Being Pure at Heart o haberse hecho la mili tocando en salas pequeñas de todo el país.
Dulce Pájara de Juventud han salido bastante airosos del experimento fallido que podía haber resultado Triumph. Hay muchas ideas que están ordenadas correctamente y lo cierto es que casi todas las canciones del disco tienen un atributo que las define para bien. Han utilizado con sentido común las armonías vocales en Lapidation y se han puesto provocativos en Manantial. Sólo dos canciones cojean un poco: Freak in Tales porque la faceta romántica no la tienen dominada y Sonic por ser una balada rock con hombreras y laca.
Destaca especialmente Saying All Goodbyes on Fires. Un tema que escenifica la influencia del pop de los sesenta en la banda y que construye un pasaje algo hippie y psicodélico al que escaparse un rato para dejar atrás el 2015. Los túneles en el tiempo siempre son un recurso agradecido. Si no, que se lo digan a los portugueses Plástica. Una banda ya desaparecida que editó Red Light Underground en 2004. Un primer y único disco que daba la sensación de haber sido compuesto con más cantidad de éxtasis que de buenas ideas.
Dulce Pájara de Juventud, al igual que el protagonista de la obra de Tenessee Williams, intentará conquistar al público madrileño el próximo sábado día 7 en la sala Siroco a las 21:30.
Texto: María Ballesteros
Foto: Iván Caño
Próximos conciertos:
- Viernes 6 de marzo, Sala El Cau, Tarragona.
- Sábado 7 de marzo, Sala Siroco, Madrid.
- Viernes 27 de marzo, La Jazz Cava, Vic (con Jupiter Lion)
- Sábado 28 de marzo, Nova Jazz Cava, Terrassa (con Jupiter Lion)