"La gente dice que necesitas suerte pero para mí no es esa la palabra, sino algo más profundo"
Si al transcribir una entrevista las palabras que más se repiten son soul, magia y amor, es que algo bueno acaba de pasar. A la música española ya hace algunos meses que le ha sucedido, desde que este veterano de la escena negra estadounidense tuvo la fortuna de toparse con las mentes inquietas de la disquera Tucxone Records y con unos músicos que entendieron lo que necesitaba una voz tan negra para alcanzar el reconocimiento que buscaba. La asociación de David Hooper, afincado en nuestro país desde hace casi dos décadas, con The Silverbacks, una auténtica apisonadora de metales, guitarras y sensualidad que encajarían en la nómina de una Stax postmoderna y clásica a la vez. Sin duda, la revelación del año, y para quien esto suscribe, una conversación que recordará como un auténtico privilegio.
Una sorpresa. O mejor dicho, una agradabilísima sorpresa. Y no es que debamos hablar de la última revelación del soul, porque estamos ante una figura talludita y una voz con un gran bagaje. ¿Cómo ha terminado en España David Hooper, y más concretamente en Murcia?
David Hooper: Como he dicho más o menos veinte veces la semana pasada, por amor de una murciana. Yo estaba trabajando aquí hace casi dieciocho años con mi grupo americano en La Manga, en un hotel del Mar Menor. Estuve allí cinco meses y medio y conocí a mi mujer, lo demás es historia.
Además ha tenido la suerte de encontrarse con una banda potentísima, unos verdaderos especialistas en música negra con los que no es tan sencillo toparse en la escena nacional. ¿Ha habido que esperar mucho tiempo hasta dar con unos músicos de estas características?
David Hooper: Mucho tiempo. No había nadie de este nivel tocando música soul, incluso ellos, The Silverbacks, no estaban tocando soul tampoco, tenían que estudiar, ensayar y adaptarse para hacerlo, porque están metidos en el rock y cosas así. Gracias a David Martínez, arreglista, que tuvo la posibilidad de transformar a los músicos y enseñarles qué tienen que tocar para sonar bien en el soul. No es nada fácil, hay otros grupos que dicen que están tocando soul, pero están haciendo algo que los españoles relacionan con música negra, pero estamos tocando soul de verdad. Hay grupos aquí que están haciendo algo que no es habitual ni común en España, que suena a algo de los negros, pero no es verdadero soul. Entonces sí, yo he tenido la suerte de encontrar a un grupo como Silverbacks y estamos haciendo un gran trabajo.
Usted buscaba a una banda y ellos buscaban a un buen vocalista, así que para The Silverbacks también habrá sido una bendición conocerlo. Surgió el flechazo, en pocas palabras.
David Hooper: Exactamente, así es. Fue Cupido encontrando a mi amor (risas). Igual que tuve la suerte de encontrar a mi media naranja, a mi mujer, encontré a Silverbacks y a Tucxone Records también. Es algo más o menos igual, es el mismo interés de amor para mí: música, Silverbacks, mi mujer… es un nivel muy alto.
Tengo entendido que en sus primeros años era un consumado trompetista y que después se pasó a la guitarra, y tampoco lo hacía mal. ¿Le marcaron aquellos duros años de aprendizaje?
David Hooper: Sí, es que yo tuve que cambiar de instrumento porque en aquel tiempo yo tenía asma, y para ser trompetista no era nada fácil, ¿sabes? Entonces tuve que cambiar por algo en lo que no se tratara de tocar, y empecé con la guitarra. Me gustaba también, porque yo tenía aspiraciones de tocar la guitarra, la trompeta y el piano.
Después de girar por muchos países con diferentes bandas, ¿hay alguna etapa que recuerde con especial cariño?
David Hooper: Sí, fue un gran honor para mí tocar por primera vez en Las Vegas con un grupo que se llamaba Hollywood, porque muchos entertainers quieren demostrar su talento y hacer muchas cosas allí. Recuerdo esa época con ese grupo como muy interesante, yo estaba encontrándome a mí mismo también. Puedo recordar una vez en Hong Kong, cuando estaba en el escenario, que fue mágica, porque yo estaba cantando y tocando la guitarra y era algo espiritual entregarle el alma y el corazón a una gente que parecía estar en un restaurante de cinco estrellas. Yo estaba buscando quién soy realmente, tocando y ganándome la vida con la música.
¿Fue duro para un hombre entregado a la música desde bien joven y que había conocido un relativo éxito llegar a un país desconocido y empezar de cero, por decirlo de alguna manera?
David Hooper: No te puedes imaginar lo duro que es. Al principio vine aquí porque cuando estaba en Estados Unidos alguien me dijo que tenía la oportunidad de tocar en una cafetería que estaba buscando algún talento. Yo estaba pensando en que a la vez vería a mi chica, entonces no era muy difícil para mí elegir. Pero ese trabajo solo duraba un mes, después yo tenía que buscarme la vida o volver a Estados Unidos, así que intenté formar un grupo pero era muy difícil, la gente era muy amable pero tenía sus ideas y estas no cuadraban con las mías, así que tuve que buscar otro camino y tocar en solitario.
No es el suyo el único caso de veterano que resurge o, mejor dicho, es descubierto para el gran público a ciertas alturas de su carrera. Aquí ha pasado con Lee Fields recientemente, o hace un par de años con Charles Bradley o André Williams. ¿Tiene la sensación de que la vida le debía esta oportunidad?
David Hooper: La verdad es que antes de conocer a la gente de Tucxone Records no conocía a esa gente, ¿sabes?, y después de leer sus trayectorias y sus cuentos de hadas, lo que pasó con ellos, era similar a lo que me estaba pasando a mí, porque no son jóvenes y era muy parecido. Tienen a blancos tocando su música, haciendo negocios en discográficas y que querían hacer soul, igual que Tucxone Records que estaban buscando una voz masculina para hacer cosas. Es lo mismo que ha pasado con Lee Fields y también con Sonny Knight.
Cuando Tucxone Records lo escucharon y decidieron apostar por usted, ¿fue un flechazo inmediato o tuvieron que ofrecer algo realmente bueno para convencerle de grabar?
David Hooper: No era muy fácil convencerme, porque estaban hablando igual que cualquier persona que me había dicho “vamos a hacer algo diferente” y todo ese rollo. Lo que me gustaba mucho, y yo estaba esperando a aprovechar cualquier oportunidad, era que querían grabar. Yo estaba buscando el éxito pero sabía que diez años después, si yo podía grabar era más seguro que lograra algo, así que grabar era imprescindible para mí. Tucxone Records me dijo que íbamos a grabar un single, no era un disco al principio, y grabar un single era muy fácil y muy rápido para mí porque yo estaba grabando con gente como Santiago Campillo o Raimundo Amador, al que también conocí. Grababa y compartía escenario con mucha gente, entonces poco a poco dije que sí, que lo íbamos a hacer, y muy pronto ellos cambiaron de opinión y pensaron mejor en un disco. Y tenemos ‘It’s my turn’.
Para quien escuche ‘It’s my turn’ por primera vez puede resultar toda una revelación. Por el ambiente y la instrumentación básicamente, que salvando las distancias recuerda a las producciones inmortales de la Motown.
David Hooper: A algo de los años 60 seguro. Alberto Peces, un hombre de Tucxone Records, me dijo que no quería algo como Motown. Quizá Stax, algo así es lo que él quería, pero por lo menos hay una canción que suena un poco como Motown. Las demás no suenan tanto así, van por otro lado.
Ahí estarán, seguramente, las grandes influencias de David Hooper. Ahora se me ocurren, escuchando algunas canciones, nombres como las Supremes o James Brown, porque aunque el soul es el género que lo impregna todo, hay pequeños golpes de timón y diferentes ambientes en todas las canciones.
David Hooper: Sí, exactamente. Es lo que hace al disco diferente e interesante de escuchar desde el principio hasta el final, porque es muy diferente cada canción. Se pueden oír cosas de Al Green, James Brown, Otis Redding… hay varios guiños de artistas famosos, sí.
¿Hasta dónde ha intervenido en el proceso compositivo? ¿Ha sido simplemente la voz que necesitaban The Silverbacks para hacer oir sus temas o su aportación ha ido más allá de eso?
David Hooper: He estado metido en la composición también porque las ideas de Marc, el compositor del disco no estaban completas, faltaban muchas cosas. Por ejemplo, necesitaba a alguien que hablara inglés, él es español y para traducir e intentar componer en inglés no es igual. La dirección de las canciones no era muy buena tampoco, y contar una historia en una canción en inglés hizo que yo tuviera que componer. Hay varias frases y estribillos, trozos de algunas que son todos míos, por ejemplo en ‘Sugar and salt’ el estribillo es de Marc, estábamos trabajando en ella y Tucxone Records estuvo muy cerquita de quitarla del disco porque estaban diciendo que no molaba, no cuadraba con las demás. Lo que pasó es que al cambiar el bajo la canción molaba más pero la letra que teníamos no cambiaba en este ritmo. Estábamos en la última etapa de grabación del disco y yo estaba en la cama en Madrid, en casa de Alberto Peces, y no podía dormir porque en mi cabeza estaba esa canción de otra manera, quería dormir pero no podía, y tuve que levantarme a escribir una letra diferente, así que al final toda esa letra es mía. Al día siguiente fuimos al estudio para grabar la voz, así de fácil. Entonces sí, claro, he estado metido en muchas más cosas.
Las presentaciones en directo están siendo auténticas ceremonias de sensualidad soul, y parece que lo importante es darles a las canciones ese “alma” que ya tienen en disco pero que aumenta con las inflexiones de la voz y sus gestos, como si “viéramos” realmente lo que hay detrás de ellas.
David Hooper: Es muy importante eso, el relacionarme con la letra para componer y grabar, porque yo sabía lo que podía hacer en un escenario, tenía esa visión general de la grabación y a la vez del directo. Tengo un don para eso, puedo improvisar y sé ensayar, porque la música me da ese feeling de cómo interpretar en directo. ¿Has visto el concierto de Radio 3?
Sí, estos días lo dieron en la 2 y tuve la oportunidad de verlo y escucharlo, obviamente. Fantástico.
David Hooper: Es impresionante, tienes que verlo por segunda o tercera vez. Hay muchas cosas ahí y te puedes perder algunas, es necesario verlo por lo menos dos o tres veces, la verdad. Al menos para mí es así.
Y no es lo mismo ver un concierto de rock que uno de jazz, de pop o de soul como este. Escuchar los metales, ver cómo suda el vocalista, la sensualidad que todo ello desprende si se sabe apreciar, claro. Incluso la ropa, la indumentaria que se elige para la ocasión, es importante, o eso parece en su caso.
David Hooper: Sí, es muy importante, y veo que tú lo sabes muy bien. Tienes razón, y por eso a lo mejor hemos sido una sorpresa para todo el mundo, especialmente aquí en España, que es un país que me está dando muchas cosas. No solamente me ha dado a mi amor, a mi música, sino también muchas oportunidades de expresarme, puedo decirte que hay muchos detalles en mi vida en los que España está ayudándome. Yo tengo que hacer otras entrevistas para dar a conocer algo de la música que estoy haciendo, pero es solo eso, una entrevista, para conocerme más profundamente haría falta más tiempo. Puedo explicar muchas cosas, tío, es como magia, he estado en el sitio y el momento adecuados para disfrutar lo que estoy disfrutando en mi vida ahora mismo. La gente dice que necesitas suerte, pero para mí no es esa la palabra, es algo más profundo, pero como te he dicho esto sería para otra entrevista.
Después del discazo que han grabado y la excelente respuesta recibida, ¿cree que este es el principio de una bonita y duradera amistad?
David Hooper: Sí, este es solamente el principio, es lo que yo estoy pensando ahora mismo. Yo creo que ellos, Tucxone Records y The Silverbacks, piensan igual que yo. Podemos hacer algo más grande todavía y mucho más diferente. Tenemos tiempo para conocernos los unos a los otros y trabajar más cerca de nuestros corazones y nuestros deseos. Espero que falten muchos discos todavía, creo que ellos comparten esta esperanza también.