Cinco han sido los años que hemos tenido que esperar de forma paciente todos aquellos que nos declaramos admiradores de Tulsa para tener la oportunidad de volver a escuchar las fenomenales canciones que siempre nos propone el proyecto capitaneado por Miren Iza.
Una larga espera solamente alimentada por el más que habitual acercamiento a Sólo me has Rozado y Espera la Pálida, las dos obras que había firmado hasta la fecha. Trabajos con los que logró ganarse un lugar preeminente en la lista de creadoras de grandes composiciones de nuestra música; una condición que una vez más se reafirma con la publicación de La Calma Chicha, quizás el trabajo más experimental de toda su andadura pero en el que de nuevo vuelve a ser patente la enorme categoría de Miren a la hora de trazar versos repletos de amargura, cruda realidad y belleza.
En La Calma Chicha encontraremos un conjunto de canciones en las que hay un predominio inusitado hasta la fecha de las programaciones y los sintetizadores, elementos que juegan a crear un conjunto de atmósferas, siempre brillantes y por momentos inquietantes, capaces de arropar a la perfección la frágil voz de Miren, quien una y otra vez nos dispara trocitos de cotideaneidad, bañados en ríos de sinceridad en mitad de paisajes con predominio de tonos grisáceos.
Una realidad patente desde la inicial Leña, perfecta apertura para un disco que engancha desde primeras escuchas, que dará paso a la colosal Oda al Amor Efímero, desde ya una de nuestra favoritas de toda su discografía, y que enlaza en una conexión de muy alto nivel con las sorprendente Gente Común y Casa, ululantes y distorsionadas en sus magníficas ambientaciones.
En Los Amantes del Puente se recuperan sonoridades más clasicistas para dar vida a una canción que habla de la eterna manía del ser humano por tropezar una y otra vez con determinadas piedras que encontramos en nuestro camino; es el paso previo antes de toparnos con Bosque, un mano a mano de muchos quilates entre Miren y Ricardo Lezón, vocalista de Mcenroe, en el que ambos vuelven a confirmar que sin duda alguna son los reyes del intimismo de amor y espinas en nuestra música actual.
La recta final que sirve de cierre a La Calma Chicha viene marcada por la inmensa calidad de tres composiciones como son En tu corazón sólo hay sitio en los Suburbios, cruda, dolorosa y que encierra en su interior algunos versos más que memorables, Ay, sútil y elegante chanson de las que realmente impactan, y el sorprendente cierre de base electrónica de Los Ilusos, tan inesperado como grandioso broche final para una obra más que notable.
Tras escuchar La Calma Chicha uno comprende que da igual con que piel vista sus canciones Miren Iza. Básicamente porque éstas siempre resultan demoledoras en su perfecta conjunción de delicadeza, dulzura y dolor. La gran reina de nuestras letras ha vuelto para inyectar miles de cristales pequeños en el alma de sus fieles. Estamos de enhorabuena. Grande Miren, sin lugar a dudas la mejor.
Por: Javier González/javi@elgiradiscos.com