¡Aviso para navegantes: no estamos ante un "one hit wonder" sino ante un artista que dará que hablar y que tendrá una prolongada carrera! A pesar de no haberse hecho con el Grammy a la mejor canción del año por la subliminal Take me to the church, muchos creemos que lo podía haber conseguido porque era superior a la atractiva Stay with me del gran triunfador, Sam Smith, así como a las otras finalistas. El tema ha creado mucha polémica por su crítica temática en su historia y su gran videoclip, y la verdad es que es un inmejorable single y una gran carta de presentación que firmaría casi cualquier artista. En ella suena de entrada oscuro y nocturno, al estilo de la gran reválida de su compañero de sello, Ben Howard en el estupendo I Forget Where We Were (Island / Universal). Pero luego llega la luz y esos gritos de “Amén” que resuenan con la emoción del mejor góspel. Luego transforma casi por completo su versátil voz
para capturarte con una excepcional melodía. Pero hay más góspel del siglo XXI en los aires épicos de Angel of small death & the codeine scene en los que además destaca una brillante guitarra eléctrica muy rockera. En temas como estos me recuerda bastante al mejor Eric Burdon, tanto en solitario como al frente de The Animals, aunque la prensa ha preferido citar a Van Morrison y Bon Iver. Por cierto, todas ellas referencias destacadas y apreciables.
En otros momentos, además de su coetáneo Ben Howard, tenemos ciertos aires a lo Lenny Kravitz y en la más rock’n’roll y estupenda Jackie and Wilson, creemos escuchar hasta la voz de su gran paisano Phil Lynnott y la garra de sus Thin Lizzy. Además en este tema que como su título indica, tiene aires soul brillan también esos coros con dichos aromas y otros incluso de rhythm & blues. Del disco se han extraído varios singles previos y hay otros posteriores. Es el caso de Sedated o de From Eden que ya tituló su segundo EP y también cuenta con una melodía de esas que te rondan por la cabeza sin cesar. Se marca también un buen y calmado dueto junto a Karen Cowley con cálidos aromas folk. Su título, In a week.
Para demostrarnos que es un artista de verdad se despide con la ya conocida toma en directo de Cherry wine, que lo vuelve a postular como un gran cantante. Un buen acústico prácticamente a pelo ideal para
seguidores de Ben Harper o del primer Bon Iver. El disco se va casi hasta la hora de duración, pero tiene otros momentos apreciables como el hermoso folk de Like real people do o los estupendos aires blues a lo Ben Harper en It will come back, de nuevo con su gran guitarra. Además también toca piano y sintetizadores. ¡No va a ser ningún bluff ni es un hype, creo que hay madera, porque además suena a clásico robusto!
Txema Mañeru