Es enero y ya empezamos a encontrar los primeros discos más esperados del ejercicio. Este es el caso del Girls In Peacetime Want To Dance, anunciado nuevo disco (noveno de estudio) de los escoceses Belle & Sebastian, del que ya nos habían adelantado el año pasado un primer single. Se trataba de la desconcertante The Party Line con sus formas de synth pop sin sustancia que nos hicieron temer que los de Stuart Murdoch no se hubieran tirado a la piscina sin agua como habían hecho recientemente los suecos Mando Diao. Para nuestra tranquilidad, una rápida escucha del nuevo compendio ha ahuyentado nuestros fantasmas al comprobar que el abuso de los sintetizadores ha sido moderado y en ocasiones incluso acertado. Es el caso de Enter Sylvia Plath cuya melodía ascendente entronca con los mejores momentos de aquel movimiento ochentero - aromas a Pet Shop Boys y al Terra Titanic - . Otro caso es The Book Of You en la que la electronización se cruza con elementos de la factoría Spector, lo que junto con la dulce voz de Sarah Martin dan un buen resultado. Aunque la más destacable de la estirpe es Play For Today, cuya alternancia de voces, teclados oníricos y épica lo llevan a terrenos Dream Pop que le sientan de maravilla.
Espantadas las sombras del Synth Pop, el resto del álbum es más bien conservador, pues sigue los cánones Twee Pop de la banda: melodías simples, voces cálidas, pop sereno, rica instrumentación y por encima de todo las altas dosis de dulzura.
Desde la autobiográfica Nobody' s Empire , de guitarra preciosa y estribillo seductor, Stuart nos cuenta los obstáculos de su infancia con sus problemas de salud. Maravillosa pieza es también la balada The Cat With The Cream, tierna, etérea y no falta de unos violines ambientales deliciosos. La réplica de Sarah es The Power Of Three, con su voz susurrante, teclados arrebatadores y aromas "popies" retros.
También mira hacia atrás, aunque esta vez en la década de los setenta, Perfect Couples, de influencias acid jazz, funkys y de la música disco de esa época. La enérgica The Everlasting Muse tiene elementos de la música celta, mientras que Ever Had A Little Faith? retoma los primeros discos de los B&S.
A pesar de la variedad de los sonidos Girls In Peacetime Want To Dance suena compacto y nos confirma que estos tipos siguen profundizando y descubriéndose en los sonidos pop como nadie, buscando nuevas influencias para no caer en la repetición a la vez que manteniendo su inimitable esencia. Y aunque tarden cada vez más tiempo en sacar nuevos discos, se distraigan con otros proyectos (cine, literatura,...) y ya hayan pasado sus mejores momentos, los Belle & Sebastian siguen engordando un legado de música pop sin parangón en nuestros días.
Alejandro Guimerà
Alejandro Guimerà