Vaya por delante que nunca he sido un gran fan de los Smashing Pumpkins. Me gustó bastante el Siamese Dream, pero ya me pareció que en el Mellon Collie And The Infinite Sandness había demasiada empanada mental y bastante relleno. Sinceramente de esa explosión de grunge y rock alternativo de primeros de los 90 me ponían bastante más los Nirvana, por poner un único, pero significativo ejemplo. También me pareció bastante potable el primer disco de Billy Corgan como líder de Zwan.
Ahora, sin embargo, tengo que reconocer que este Monuments To An Elegy (BMG) me ha entrado de maravilla y me parece un buen disco de rock actual y atemporal a un tiempo. No sobra nada en él y se pasa en un santiamén y dan ganas de volverlo a escuchar. El caso es que en principio Billy pensaba hacer un disco doble, pero vio que había temas muy diferentes y decidió separarlo en dos aunque el segundo saldrá el próximo año sin falta. Este disco es más instantáneo, impactante y luminoso. Al parecer el próximo será más personal, profundo y experimental, en palabras de Corgan. Yo creo que mi favorito será este Monuments To An Elegy.
La aportación del guitarrista Jeff Schroeder (lleva 7 años ya en la formación) es extraordinaria y también colabora con Billy en la brillante producción. Para las mezclas y la masterización ha contado con los mismos expertos de sus discos de los 90 y se nota en los resultados. Comienza el trabajo con Tiberius de manera potente y guitarrera. Ya consigue su primer estribillo redondo y los teclados aportan la cuota psicodélica justa. A continuación llega el primer single, Being beige, épico, luminoso y contagioso. Billy canta con gancho y pasión.
Los aires grunge, pero al mismo tiempo con aromas contemporáneos, se aprecian en la enérgica y muy poblada de guitarras One and all o en el magnífico cierre con Anti-Hero. En la última tenemos un puente y un estribillo melódico muy bien facturados con esa letanía que nos canta “with a girl like you”. ¿Será que vuelve a estar enamorado y radiante? Run2me es otra
estupenda melodía y vuelve a contar con un estribillo de esos que se quedan en tu cabeza. Otro gran tema (bueno, no hay ninguno que baje del bien en los 9 que tiene el disco) es el melancólico Drum + Fife con buenas guitarras pero con unos teclados muy presentes que son los que dirigen la melodía. Y otra hermosa melodía envuelve a Dorian. En este caso está subrayada por los magníficos juegos vocales, utilizando el eco en ocasiones. ¡Ojalá el inminente nuevo disco sea tan bueno como este pero yo que tú no esperaría y comenzaría a disfrutar desde ahora con este destacado trabajo!
Txema Mañeru