Digan lo que digan, que Weezer publique un nuevo trabajo es una gran noticia. Cierto es que entre lo estrenado quizás no encontraremos el temazo definitivo ni nos van a aportar nada que no conociéramos ya de ellos, pero no podemos decir otra cosa que no sea que nos encanta que los norteamericanos estén de actualidad con su mejor power-pop vacío de pretenciosidad. Pues en este Everything Hill Be Alright In The End se acercan a sus mejores días y superan los fallidos experimentos de Raditude (2009) y Hurley (2010). Buena señal es que lo hayan cocido con la calma de cuatro años y que hayan rescatado a quien no deberían haber perdido nunca, su productor Ric Ocasek. El ex líder de The Cars ha estado en la mesa de mezclas en los mejores momentos de los de Rivers Cuomo (Green y Blue Album) y es sin duda una de las claves del sonido Weezer.
Además, el flamante larga duración ha contado con curiosas y efectivas colaboraciones como la de su “fan” Bethany Cosentino (Best Coast) y la de un venido a menos Justin Hawkins (The Darkness).
Del nuevo paquete cabe destacar Eulogy For A Rock Band en la que reflexionan sobre el paso del tiempo de las bandas de rock, y con la que recuperan su acierto de los noventa a base de energía, luminosidad, y estribillos bien redondeados. A la par le van British Are Coming, lo más pop que encontramos y que incluye unos coros que se lanzan hacia la épica. Interesantes son también Ain’ t Got Nobody y Lonely Girl, que podrían haber sido descartes de las sesiones del álbum azul. Ni que decir de la memorable Cleopatra, que tiene de todo: potencia, dulzura, desamor y flujos guitarreros envolventes.
Significativa es la letra de Back To The Shack, ya que se ha interpretado como una disculpa por los flojos discos precedentes, algo que les honraría por aquello que rectificar es de sabios. Mientras que en Foolish Father Cuomo exhibe sus temores de ser padre. Y es que estos tipos ya hace tiempo que dejaron de ser los adolescentes "nerds" que nos tenían acostumbrados para pasar a ser padres de familia, y eso se cala en unas letras que, eso sí, mantienen la misma emoción juvenil de antaño.
No está mal tampoco I’ve Had It Up To Here que desprende los aromas del glam rock “made in Darkness”, por algo el tema está compuesto a dos manos por el propio Justin Hawkins y Cuomo.
En definitiva, un regreso con todas las de la ley, del que soñamos que además venga aparejado con una gira de promoción por nuestro país. Quién sabe, los festivales de primavera y verano tienen aún todo (o casi) el cartel para desvelar.
Alejandro Guimerà