“Querido Sordo”
Escuché por primera vez al Sr Chinarro allá por el año 98, en un sampler de Acuarela (su antigua discográfica) que regalaba el glorioso y extinguido fanzine Factory. La pista que incluía era una version de Qué puedo hacer (Los Planetas) y me dio la impresión de que había tomado el título planetario como un reto: ¿Qué puede hacer? Hacer suya esa canción.
No creo que haya que medir la interpretación porque la original es insuperable pero su lectura es tan peculiar que simplemente es otra historia. Llamar a ese recopilatorio Querido Sordo fue irónico y acertado sobre todo por la cantidad de sonidos intangibles que se nos pudieron haber escapado.
Éste, su último disco, es el numero 15 contando el de rarezas, más unos cuantos Eps y una gran novela llamada Exitus. Él mismo define este disco como un sonido áspero, crudo, ligeramente amargo, como de ralladura de limón sobre arroz con leche. Grabado y mezclado entre la Alpujarra y Peligros respectivamente vuelve a Granada donde ya cocinó mano a mano con Jota El Fuego Amigo (2005).
Suena una interferencia y de repente ya estas dentro del álbum. Como cuando entras al cine con la película empezada. No se hace esperar y te agarra desde el comienzo. Arranque directamente frontal. Los arreglos de cuerda, bajos de Javi Vega, ecos de la pena maxima (Acuarela -1999) y una letra en movimiento que te invita a escapar: “¿...Qué coño es lo dulce del hogar? Busca un vuelo de verdad, vete de casa...” (Droguerías y farmacias).
A continuación El gato S nos devuelve a la senda más reconocible de sus últimos trabajos mientras nos invita a pasear por Madrid atravesando Manzanares podridos hasta llegar a la Gran Vía, perder la mirada y mandar al diablo la melancolía.
Luque, ahora ya desde la independencia más absoluta, entrega una obra en total equilibrio con lo que fue antes y lo que es ahora. Aquí no hay etiquetas ni poses, su personal estilo está más depurado que nunca. La cadencia y melancolía de Nod te llega dentro para luego crecer y crecer. La sencillez pop y surrealista de El Sapo es absurdamente emocionante.
El viaje astral con un texto incendiario enumera objetos, nombres de soltera, chismes de portera para luego lanzar un “anda y que les den” totalmente necesario en estos tiempos en que el vaso suele rebosar a diario.
También hay famélicos famosos, ácido fórmico y hasta conejos. Así hasta llegar a la canción de amor de turno, con esa peculiar combinación de amor/humor o la falta de ambas cosas la mayoría de las veces.
Ojalá esta obra ponga definitivamente en comunión a los fans de la etapa Acuarela con los de la segunda y presente etapa. Incluso, a quien todavía no lo haya descubierto, si hay un disco perfecto para empezar es éste ya que contiene todos los ingredientes que han estado presentes a través de su obra.
Concluyendo Perspectiva Caballera tiene mucha perspectiva, concretamente la que te da llevar más de 20 años haciendo discos, cada uno a su manera únicos, y sobre todo tiene un gran caballero que suele ganarle todas las batallas a la mediocridad. ¡Discazo y enhorabuena a los 4!
David Doinel