Lichis

“Este disco me ha ayudado a ordenar y a entender, pero sobretodo a levantarme” 

Para muchos el nombre de Lichis está irremediablemente ligado al exitoso grupo de La Cabra Mecánica. Es lógico, pero ahora se presenta en solitario, rodeado eso sí de una lista de músicos internacionales estelares, con un disco titulado Modo Avión. Un trabajo marcado, en lo vivencial, por la idea de pérdida, en sus diferentes representaciones, y musicado a base de rock americano clásico. Un registro este que a muchos puede sorprender pero que ejecuta de manera ejemplar. Por todo eso, había que hablar con él y sobre este álbum. Y en ello nos hemos puesto. 

El texto promocional que acompaña al disco se inicia con una frase que dice “es imposible engañar tocando”. Me recuerda de alguna manera a aquella de “V de Vendetta” que sentenciaba ”los artistas mienten para decir la verdad”. ¿Al final lo único prohibido para un músico es no decir la verdad con su música? 

Lichis: Creo que hay muchas formas de escribir. Puedes hacerlo de manera autobiográfica o no, o puede que aun no siendo sincero llegues a un montón de gente. La imagen en la música popular es en ocasiones mucho más importante que la propia música. Al igual que para un político, a la postre, es más importante el carisma que el programa. Sea como sea la música que amo es la de la gente que escribe verdad, independientemente de lo autobiográfico. 

“Modo avión”, título del nuevo disco, es un término que puede hacer referencia a la altura, a la separación respecto del suelo, al silencio, al aislamiento... en definitiva a observar las cosas de una manera algo alejada. ¿A veces para contar ciertas historias es mejor coger distancia? 

Lichis: Siempre he defendido que la distancia es necesaria para que la canción sea más certera, sin embargo la mitad de “Modo Avión” está escrita en medio del ojo del huracán y el resultado es, a mi juicio, menos estético pero más sentido. 

Se trata de un álbum compuesto a lo largo de un tiempo en el que te han acompañado diferentes tipos de pérdidas y en varios ámbitos, ya sea el familiar, amigos, pareja... ¿Musicar esas sensaciones ha sido una tarea curativa o dolorosa? 

Lichis: Ha sido una mezcla de ambas cosas, me ha ayudado a ordenar y a entender, pero sobretodo a levantarme.

El orden de las canciones dispuestas en el disco sigue casi el cronológico de su composición. ¿Por qué esa decisión, era una manera de hacer participe al oyente de un desarrollo más realista? 

Lichis: Es algo completamente casual. Al acabar el orden me percaté de que era prácticamente cronológico, pero fuera de ese hecho, tenía una lógica musical. 

Musicalmente, bajo un sonido muy “americano”, es un trabajo que puede sorprender respecto a tu carrera anterior. Pero en los últimos tiempos de La Cabra Mecánica, e incluso luego con tu proyecto blues, Troublemakers Blues Review, ya se intuía un proceso de acercarte a las raíces del rock. Por lo tanto no parece que este trabajo sea exactamente un cambio repentino ni radical... 

Lichis: Opino lo mismo, de hecho es una continuación del lado más rock de La Cabra Mecánica. Es un cambio para quien sólo conoce los éxitos comerciales, pero supongo que es una evolución para quien conoce el resto. Donde sí se aprecian más cambios es en mi manera de cantar a consecuencia de mi investigación en el blues y el country. 

Precisamente en esa forma de cantar se observa una cierta evolución, o cambio, ahora menos canalla, menos arrastrada, ¿era algo que pedían las canciones? 

Lichis: El tono del disco es de desgarro pero lejano al despecho y a la ira más latinas. En el blues o el country se aborda más el dolor desde la melancolía que desde el rencor. Eso condiciona la manera de interpretar. La canción más rota es "Tics raros", aunque hay también mucha pasión en otras pero desde otra perspectiva. 

Para darle forma al álbum te has rodeado de algunos músicos internacionales realmente impresionante como Pete Thomas, Marc Ribot o David Mansfield, ¿en algún momento ese plantel te ha creado algún tipo de presión o responsabilidad e incluso de obligarte a sacar lo mejor de ti mismo?  

Lichis: Llegué con mucho pánico escénico y salí muy reforzado. Estos grandes músicos se implicaron mucho más de lo que podía haber imaginado y me hicieron volar más lejos. Ha sido algo inolvidable y que me ha transformado como músico. 

Habitualmente se te ha asociado en tu faceta de instrumentista como bajista, esta ocasión coges la guitarra, ¿ha sido un cambio difícil? 

Lichis:  Muy difícil. Soy bajista puro, no llegué a este instrumento a través de la guitarra o el piano, y la técnica es totalmente distinta a la de la guitarra. Además mi papel es el de rítmica sobre acordes abiertos, algo que parece fácil, y lo es a nivel teórico pero no técnico. Después de unos pocos discos grabando como bajista y guitarrista acústico empiezo a sentirme más seguro. 

El disco se abre con “Casi Rock and Roll”, un tema que parece toda una declaración de intenciones a la hora de reclamar que este tipo de música debe de hablar de la vida y de lo que nos rodea.

Lichis: El rock es para mi esa música que en teoría podría hacer cualquiera, aunque no es así, y en la que a pesar de tus influencias siempre es una muestra de tu voz interior. 

En canciones como “Salir a asustar” o “Dinero por nada”, a pesar de que se mantiene esa tono intimista, también parecen albergar una reflexión más global. ¿El disco pretende trabajar, y fusionar, esos dos ámbitos, la crisis personal junto a una más genérica, relacionada con el propio sistema? 

Lichis: Muchos hemos perdido trabajos, empresas, ilusiones... Nos sentimos traicionados, hemos sufrido separaciones desgarradoras, tanto social como íntimamente. El mensaje es el de volver a ponerse en pié pero sin edulcorantes ni falsas promesas. 

Algo común que aparece en todo el disco es cierto toque de ironía e incluso de sentido del humor pese a la temática que hay detrás. ¿Se convierte ese “lenguaje” en un modo de hacer más llevadero lo trágico? 

Lichis:  No somos nada sin humor. 

Kepa Arbizu