José Ignacio Lapido y Quique González arrancaron semanas atrás su gira conjunta “Soltad a los Perros”, un acontecimiento que va más allá de lo estrictamente musical y que desde el mismo momento de su anuncio se postuló como una de las grandes atracciones de la temporada de conciertos de otoño/invierno.
Y es que no todos los días se pueden juntar sobre el escenario a artistas con dos carreras plagadas de actitud y buenas canciones, elementos ambos que les han convertido, con absoluto merecimiento, en nuestros francotiradores líricos favoritos.
Acostumbrados a pelear a la contra y a regir sus trayectorias basándose en principios únicamente artísticos; ahora brindan al común de los mortales la oportunidad de disfrutar de su particular mano a mano sobre las tablas, en el marco de una velada especialmente pensada para la ocasión en el que a través de una banda común de acompañamiento, compartirán escenario para desgranar una parte representativa de dos repertorios mayúsculos.
Desde “El Giradiscos” no hemos perdido la oportunidad de ponernos en contacto con ellos, personificados en la figura del maestro Lapido, para que nos hablaran más de cerca de “Soltad a los Perros”.
Acabas de comenzar la gira conjunta con Quique González que lleva por nombre “Soltad a los Perros”, con la que vais a recorrer parte del territorio estatal. ¿En qué momento surgió la idea de compartir un buen puñado de noches de conciertos, madrugadas sin remedio y miles de kilómetros?
José Ignacio: Surgió hace años. Lo hemos hablado bastantes veces en las conversaciones posteriores a los conciertos en los que hemos colaborado puntualmente el uno con el otro. A los dos nos atraía la idea de hacer juntos algo de más calibre.
¿Qué es lo que ha hecho posible que se dieran las condiciones para poder llevarla hacia adelante precisamente ahora?
José Ignacio: Dos cosas: que ha coincidido que ambos habíamos terminado nuestras giras respectivas y que nos pusimos serios y dijimos que había que hacerlo ahora o nunca. Porque una cosa es decir que te apetece hacerlo y otra es organizarlo. Formar la banda, organizar ensayos, preparar repertorio… eso lleva un trabajo importante y ahora teníamos tiempo para hacerlo.
Desde fuera da la impresión de que más allá de la amistad personal, tan importante para acometer un proyecto de estas características, vuestras carreras se mueven dentro de unos parámetros muy similares que se sustentan en la creencia vehemente en una independencia real y en la defensa de un rock de autor cargado de bellas aristas que os hacen la pareja de baile perfecta el uno del otro. ¿Compartís nuestra percepción?
José Ignacio: Bueno… tanto como decir “la pareja de baile perfecta”… Digamos que la coreografía no es nuestro fuerte, aunque estamos intentándolo. Ya en serio… ambos bebemos de las mismas fuentes musicales y compartimos ciertas posturas éticas y estéticas. Los palos del rock que nos gustan son los mismos, y eso se nota en nuestra música, más allá de nuestras particularidades. Para hacer algo como esto hace falta que haya una conexión personal y una sintonía musical. Ambas circunstancias se dan, y afortunadamente los repertorios de cada uno han adquirido otra dimensión al ser interpretados por una única banda. Los dos estamos muy emocionados con los resultados. Creo que la gente que vaya a los conciertos va a tener la misma percepción. Hay intensidad y arte, electricidad y sutileza.
¿De dónde surge tu admiración por la música de Quique?
José Ignacio: Surge de donde tiene que surgir, de escuchar su música. Desde que hace años supe de él, me ha parecido que Quique ha hecho siempre unos discos excelentes, muy bien acabados en la forma y en el fondo, repletos de canciones que me hubiera gustado escribir a mí, y eso ya es mucho decir para un autor. También surge esa admiración del respeto que me ha causado su postura ética en la profesión. No es normal que desde tan joven alguien se plantara y dijera “no” a determinados usos y costumbres del gremio.
Entrando un poco en materia de lo que serán los conciertos. ¿Qué puedes desvelarnos al respecto?
José Ignacio: No queríamos hacer algo forzado ni tampoco lo típico, es decir, que uno hiciera su repertorio y el otro el suyo y luego juntarnos al final para hacer tres canciones. En absoluto. Queríamos una unión escénica total: una sola banda con dos cantantes. Siete músicos durante dos horas en el escenario haciendo indistintamente canciones de uno y de otro e intercambiando los papeles de cantante según nos parezca conveniente. Ese era el reto para nosotros. Sentirnos parte de una banda. Para eso hemos contando con la inestimable ayuda de los músicos seleccionados, que desde el primer ensayo están dando lo mejor de su talento para que esto funcione a la perfección. Pepo López y Víctor Sánchez a las guitarras, Edu Olmedo a la batería, Raúl Bernal al piano y órgano y Ricky Falkner al bajo. Gente increíble.
¿Quedará un testimonio musical de ésta gira para la posteridad en forma de disco y dvd?
José Ignacio: En principio no hay nada planteado en este aspecto, pero ya se verá. Nuestra única idea ahora mismo es disfrutar del momento y dar estos diez conciertos con toda la emoción que seamos capaces de transmitir.
Después de tantos años peleando a la contra, ¿cómo de gratificante es ver que uno no está solo en el camino y que un espectáculo como el vuestro, desde ya la gira del año para nosotros, todavía son posibles?
José Ignacio: Para mí, y creo que hablo también por Quique, esta gira es un regalo. Colaborar de este modo con alguien a quien admiras es fabuloso. Aunque sé que nos vamos a divertir mucho, no se trata de un divertimento menor, quiero dejar claro que es algo muy serio con entidad artística suficiente para que recordemos la experiencia el resto de nuestras carreras.
Parece que últimamente éste tipo de giras conjuntas entre artistas con vínculos musicales bastante evidentes se están poniendo de moda. ¿Qué valoración haces de éste hecho?
José Ignacio: Pues creo que un show como el nuestro no es lo habitual en este tipo de encuentros, por lo menos yo no he visto ninguno así. Me refiero a preparar un repertorio conjunto en su totalidad e interpretarlo conjuntamente. Como he dicho antes, somos una banda de siete tíos con dos cantantes.
¿Crees que, como ocurre cada vez más en el día a día de nuestra sociedad, en la unidad y la ayuda está el principio de la salvación del rock patrio?
José Ignacio: No me lo he planteado en ese sentido. Nosotros no hacemos esta gira para salvar nada, y menos el rock. Creo que el rock no necesita salvadores. Es algo que nos apetecía mucho hacer y queríamos hacerlo con todas las garantías.
Por cierto, tanto Quique como tú sois ya “perros viejos” en esto de la música. ¿Cómo veis el relevo generacional? ¿Qué bandas y solistas llaman vuestra atención?
José Ignacio: Yo soy bastante más viejo que Quique y me ha dado tiempo de ver varios relevos generacionales. Ahora hay un montón de bandas interesantes y de cantantes con cosas que decir, algunos son nuevos y otros llevan un montón de años en esto. Yo voy a barrer para casa y voy a nombrar a las bandas de los músicos que nos acompañan, no porque sean amigos, que lo son, sino porque son proyectos importantes a nivel artístico. Raúl lidera Jean Paul, Víctor Sánchez, bajo su propio nombre está a punto de sacar su segundo disco. Ricky Falkner toca en Egon Soda, Edu en Señor Mostaza y Pepo en Chivo Chivato. Es un lujo tocar en esta gira con gente de esta altura.
Si te parece y para terminar, nos gustaría saber qué titular utilizarías para vender ésta tanda de conciertos llamada “Soltad a los Perros”.
José Ignacio: Soy un pésimo vendedor y aún peor publicista. No sé… tal vez… “Quique González y Lapido soltarán a los perros en una noche de rock y emoción”.
Por: Javier González/javi@elgiradiscos.com
Foto: Fernando Maquieira