Hace unas semanas conocíamos la noticia de que Morrissey volvería a actuar en nuestro país el próximo mes de octubre después de varios años de ausencia, un hecho que no hacía sino acentuar una constante bastante habitual a lo largo de la carrera del músico de Manchester en su relación con España.
Sus actuaciones tendrán lugar los próximos días nueve y diez, concretamente en el Barclay Card Arena de Madrid y en el Palau Sant Jordi de Barcelona, bajo el manto protector de la promotora Live Nation, en el marco de la gira de presentación del que hasta la fecha es su último álbum, World Peace is none of your Business; el enésimo trabajo en la carrera del que fuera vocalista de The Smiths que una vez más se ha visto salpicado por la polémica, toda vez que Mozz rompiera relaciones con Harvest, la compañía que lo ha licenciado, por un supuesto maltrato a la hora de acordar un reparto equitativo del dinero que éste solicitaba para rodar el videoclip que acompañaría a Istanbul, el primer single extraído del mismo.
Un disco convulso, algo que se anuncia muy a las claras ya en su propio título, que nos devuelve al Morrissey más crítico y sorprendente latino que jamás imagináramos, en un más que notable estado de forma; tanto que nosotros solamente lo situaríamos un peldaño por debajo de obras como Viva Hate, Vauxhall and I o Morrissey, You are the Quarry?, trabajos que podemos calificar como parte de los mejores que ha firmado lejos de la etiqueta de la banda que tanta fama le otorgó, aquella que le convirtió en uno de los músicos más grandes de los años ochenta y en todo un referente de combatividad social contra las políticas neoliberales del “thatcherismo”, un compromiso que unido a su “divismo” y a su incuestionable calidad artística, hacen que muchos pensemos en él a la hora dotar de cuerpo y contenido al concepto de “última gran estrella dentro del firmamente de las rock and roll star”.
La canción titular es la encargada de abrir el álbum con un aire marcial, repleto de aplomo, en la que la voz de Morrissey nos muestra el dolor de un mundo convertido en negocio, donde los sentimientos parecen haberse dejado de lado, una tónica que parece continuar en la genial Neal Cassady drops Dead, pero que se rompe con el constante crescendo de la brutal I´m not a Man, un medio tiempo marca de la casa repleto de “esos juegos vocales” que tanto aprecian los acólitos de Mozz, y el canto a la soledad de la por momentos cruda y de aires exóticos Istanbul.
De sorprendentes debemos calificar los toques latinos que presentan composiciones cómo Earth is the Loneliest Planet, una crítica contra la escasa humanidad que reina en nuestro planeta, Staircase at the University, repleta de dinámica y que quizás represente lo mejor de todo el minutaje por su accesibilidad, y The Bullfighter dies, un dardo contra la afición taurina tan extendida en nuestro país que resulta más graciosa que brillante; también la sobriedad de Kiss me a Lot, aunque salpicada con castañuelas y vientos, y Smiler with Knife.
La recta final de World Peace is none of your Bussiness se abre con otro corte con el sello habitual de la factoría del músico británico como es Kick the Bride Down the Aisle, muy orgánico y repleto de ambientaciones, Mountjoy, que bien podría retrotraernos por sus formas a The More you ignore me, the Closer I get, y se cierra con la despedida que supone Oboe Concerto.
Con su último trabajo Morrissey se encarga de recordar a propios y extraños que más allá de escándalos y salidas de tono relativamente habituales, detrás de su icónica figura todavía sigue escondiéndose un músico capaz de mantener el pulso creativo y que lejos de mantenerse agazapado, a la sombra del mito que él mismo contribuyó a crear con The Smiths, sigue siendo capaz de salir de la trinchera para firmar obras totalmente recomendables con pasajes brillantes para deleite de aquellos elegidos que le siguen profesando una vehemente y radical admiración.
Sus actuaciones tendrán lugar los próximos días nueve y diez, concretamente en el Barclay Card Arena de Madrid y en el Palau Sant Jordi de Barcelona, bajo el manto protector de la promotora Live Nation, en el marco de la gira de presentación del que hasta la fecha es su último álbum, World Peace is none of your Business; el enésimo trabajo en la carrera del que fuera vocalista de The Smiths que una vez más se ha visto salpicado por la polémica, toda vez que Mozz rompiera relaciones con Harvest, la compañía que lo ha licenciado, por un supuesto maltrato a la hora de acordar un reparto equitativo del dinero que éste solicitaba para rodar el videoclip que acompañaría a Istanbul, el primer single extraído del mismo.
Un disco convulso, algo que se anuncia muy a las claras ya en su propio título, que nos devuelve al Morrissey más crítico y sorprendente latino que jamás imagináramos, en un más que notable estado de forma; tanto que nosotros solamente lo situaríamos un peldaño por debajo de obras como Viva Hate, Vauxhall and I o Morrissey, You are the Quarry?, trabajos que podemos calificar como parte de los mejores que ha firmado lejos de la etiqueta de la banda que tanta fama le otorgó, aquella que le convirtió en uno de los músicos más grandes de los años ochenta y en todo un referente de combatividad social contra las políticas neoliberales del “thatcherismo”, un compromiso que unido a su “divismo” y a su incuestionable calidad artística, hacen que muchos pensemos en él a la hora dotar de cuerpo y contenido al concepto de “última gran estrella dentro del firmamente de las rock and roll star”.
La canción titular es la encargada de abrir el álbum con un aire marcial, repleto de aplomo, en la que la voz de Morrissey nos muestra el dolor de un mundo convertido en negocio, donde los sentimientos parecen haberse dejado de lado, una tónica que parece continuar en la genial Neal Cassady drops Dead, pero que se rompe con el constante crescendo de la brutal I´m not a Man, un medio tiempo marca de la casa repleto de “esos juegos vocales” que tanto aprecian los acólitos de Mozz, y el canto a la soledad de la por momentos cruda y de aires exóticos Istanbul.
De sorprendentes debemos calificar los toques latinos que presentan composiciones cómo Earth is the Loneliest Planet, una crítica contra la escasa humanidad que reina en nuestro planeta, Staircase at the University, repleta de dinámica y que quizás represente lo mejor de todo el minutaje por su accesibilidad, y The Bullfighter dies, un dardo contra la afición taurina tan extendida en nuestro país que resulta más graciosa que brillante; también la sobriedad de Kiss me a Lot, aunque salpicada con castañuelas y vientos, y Smiler with Knife.
La recta final de World Peace is none of your Bussiness se abre con otro corte con el sello habitual de la factoría del músico británico como es Kick the Bride Down the Aisle, muy orgánico y repleto de ambientaciones, Mountjoy, que bien podría retrotraernos por sus formas a The More you ignore me, the Closer I get, y se cierra con la despedida que supone Oboe Concerto.
Con su último trabajo Morrissey se encarga de recordar a propios y extraños que más allá de escándalos y salidas de tono relativamente habituales, detrás de su icónica figura todavía sigue escondiéndose un músico capaz de mantener el pulso creativo y que lejos de mantenerse agazapado, a la sombra del mito que él mismo contribuyó a crear con The Smiths, sigue siendo capaz de salir de la trinchera para firmar obras totalmente recomendables con pasajes brillantes para deleite de aquellos elegidos que le siguen profesando una vehemente y radical admiración.
Por: Javier González/javi@elgiradiscos.com