Ni las defunciones, ni los múltiples cambios en el grupo, pueden acabar con la magia y la importancia de una banda como Deep Purple. Tanto para la mayoría de aficionados como para mí, no cabe duda de que su alineación mágica es la formada por Blackmore, Gillan, Glover, Lord & Paice. La que se dio en llamar MK II. Hace escasos meses hemos tenido ocasión de corroborarlo de nuevo con la enésima (y merecida) DeLuxe Edition ampliada del Made In Japan (Universal). Por algo ese es uno de los directos más importantes y famosos de la historia. Esta edición en cuádruple digipack con todos los bises de los conciertos es una delicia para los fans.
Pero también es muy cierto que la MK III es la siguiente formación más apreciada y que tanto Hughes como Coverdale cumplieron con creces en sus difíciles cometidos. La voz de Coverdale quizás no llegue a los agudos imposibles de Gillan, pero tiene una gran clase y la suficiente gama de matices para llegar a unos temas que cambian a menudo de registro. No son Machine Head, pero tanto Burn (más especialmente) como Stormbringer son dos muy buenos discos y en ambos tenemos algunos de esos temas que se han convertido en clásicos de la banda con el paso del tiempo.
Esta calidad se reflejó en algunos de sus mejores conciertos de la historia (y son muchos los que han dado a lo largo de las décadas). De hecho el otro directo oficial de la banda más famoso, con lógica, es el Made In Europe. Pero los 70 fue la época de auge de los discos piratas y los Purple tienen muchos y buenos.
Recientemente pudimos disfrutar del Live in California 74 (Eagle Rock / Top Artist Promotion), pero era todavía más mítico este Graz 1975 que por fin ve la luz. Fue una de las últimas actuaciones de Ritchie Blackmore con la banda antes de su salida para formar Rainbow, pero la banda estaba muy rodada y con ganas. Se nota en los magníficos resultados con buenas reinterpretaciones de algunos temas clave y también con la presencia de los mejores temas de esos dos últimos discos. Las versiones de los dos temas titulares de Burn y Stormbringer suenan con una gran clase y entrega y supusieron el inicio de este gran concierto. De hecho todo el material del show había sido y compuesto ya por el MK III, con las dos únicas excepciones del clásico Smoke on the water (con sorpresas a descubrir dentro de ella) y el habitual final totalmente experimental y alocado con Space truckin’, lleno de extraños momentos instrumentales dispuestos para ese viaja espacial.
The gypsy y la estupenda Lady double dealer dejaron paso a una gran revisión, más blues, aún si cabe, de Mistreated, para así jugar también a gusto con sus habituales improvisaciones. Justo antes del cierre en You fool no one, Blackmore, empezaba a jugar con material que estaba ya componiendo para los futuros Rainbow. Luego sería el turno para Tommy Bolin y mil músicos y formaciones más, pero aquí se dice adiós a otro de los momentos clave de tan longeva e histórica banda. ¡Los fans que aún no tenían este bootleg ya tendrán en su poder esta magnífica edición que hace justicia a su bien conseguida leyenda!
Txema Mañeru