El armonicista y cantante Dustin Arbuckle y el guitarrista Aaron Moreland coincidieron en una sesión abierta para músicos en un club de su Wichita natal. Desde ese momento sus caminos han ido juntos y ya acumulan más de diez años con su empeño de transmitir el mensaje, principalmente, del blues, aunque también el de otros diferentes sonidos de raíces. En ese recorrido han ido matizando su forma de expresión hasta presentarse ahora bajo un formato de power trío, completado hoy en día por el batería Kendall Newby.
Por primera vez van a visitar España en una gira en la que trasladarán su propuesta al público. Un estilo que en sus primeros pasos, iniciados con el disco debut Caney Valley, les llevó por unas formas más tradicionales, donde predominaba lo acústico y estaban apegadas a una representación clásica, hasta la actual consecución de un sonido musculoso, más personal, variado, pero siempre con la vista puesta en el género negro por excelencia.
Ese tránsito ha tenido su colofón en el disco 7 Cities, publicado el año pasado. Un álbum que supone la clara consolidación de la idea que ya venían mostrando por medio de pasados trabajos como 1861 o Just a Dream, y que con su más reciente publicación termina por apuntalarse del todo, dando como resultado un sonido más contemporáneo, repleto de matices, donde se integran ya definitivamente y sin complejos aditamentos como coros y teclados, y donde cuentan por primera vez con un productor externo a la banda, Matt Bayles.
En definitiva, nos encontramos con que en esta ocasión las influencias clásicas están integradas dentro de una forma más aguerrida, en la que el hard rock hará de hilo conductor en muchos momentos y siempre bajo diferentes representaciones. En ese contexto nos vamos a encontrar con la setentera Quivira, el ambiente sureño de Modern Boy, los ritmos entre soul y funk que se manifiestan en Kowtow, o la cadencia trotona en el boggie que es Road Blind. Una amalgama que se nutre de la influencia de músicos/grupos que abarcan desde Gov’t Mule a The Black Keys, The Black Crowes o ZZ Top entre otros.
Pero el álbum no sólo se va a centrar en mostrar músculo, también hay espacio para los matices, lo que hace que nos podamos encontrar con demostraciones de rock americano, ya sea elegante y rotundo como The Devil and Me, o presentado en un emotivo medio tiempo (Broken Sunshine). La esencia blues más auténtica nos llega por el trepidante Tall Boogie, donde la armónica suena rotunda, o por medio de la polvorienta y tradicional Red Bricks. Por si todo eso fuera poco, hay espacio para coqueteos con la psidocelia, Bite Your Tongue, o versiones de clásicos (hay otras adaptaciones de temas ajenos pero pertenecen a músicos locales) en un primer momento alejados de la idiosincrasia del grupo como Everybody Wants to Rule the World, de Tear For Fears.
Será a partir del 8 de julio cuando podamos comprobar “in situ” el momento actual en el que se encuentran y el poderío que han alcanzado por lo visto en este último trabajo. Tiempo de confirmar sobre las tablas, por lo tanto, esa robusta manera de tocar (habrá que poner atención a las guitarras customizadas con cajas de tabaco antiguas que utilizan en ocasiones) que bebe directamente de la tradición del blues pero que ha sabido respirar y asimilar el aire de muchas otras influencias.
Fechas de la gira:
8 de Julio de 2014 en Bilbao, Kafe Antzokia
9 de Julio de 2014 en Barcelona, Rocksound
10 de Julio de 2014 en Getafe, Festival Cultura Inquieta
11 de Julio de 2014 en Cangas do Morrazo, Salason
12 de Julio de 2014 en Vitoria-Gasteiz, Helldorado
Kepa Arbizu