¡Es una enorme pena que un artistazo del calibre de Julien Elsie tenga que andar cabeza abajo (como en la portada del precioso nuevo vinilo en 10”) o directamente como pollo sin cabeza (como ha bautizado su ficticio sello discográfico) para sacar sus impecables discos! Pero al mismo tiempo es una alegría escuchar este nuevo trabajo. 4. Stories From The Edge (Headless Chicken Records) es lo que su título indica. Historias (grandes o pequeñas) desde el límite. Este hombre que comenzó en la década de los 90 con proyectos como The Animal Crackers o Big Black Mariah, lleva ya un buen montón de años como francotirador solitario. Sus últimos discos no tuvieron la acogida popular que se merecían (y se merecen pues su sonido e historias son atemporales), pero tanto Deux como Dig A Grave With Bare Hands (otro gran título, por cierto) recibieron críticas entusiastas.
Como entusiastas han sido los seguidores y críticos que se han sumado a una nueva campaña de crowfunding para financiar esta nueva y sentida grabación que al igual que alguna de las anteriores (con suerte) puedes conseguir en www.julienelsie.com. Estarán satisfechos estos mecenas pues al margen de que aparezcan sus nombres en la lujosa funda interior con todas las letras, han sido partícipes de un gran disco con una presentación visual a la altura con magnífico artwork de Lorena Madrazo.
El disco, quizás por la temática, quizás por el signo de los tiempos, suena más enigmático e inquietante que nunca. Pero suena hermoso y profundo. Comienza con Unusual circuit of distress and pain de manera muy contemplativa y sentida en una onda muy Leonard Cohen. Cambia de tono en So long (in the water) que tiene el atractivo chelo de Fran Carmona y cierto toque épico que me recuerda a WovenHand o a los Giant Sand de Howe Gelb. Cierra la cara A la única versión del trabajo. Una muy bien escogida Failures of the modern man de Joy Division que le viene como anillo al dedo por música y por la premonitoria letra que lleva.
La cara B se abre con mi favorita hasta la fecha. Se trata de Say goodbye. En ella está especialmente fino con las guitarras eléctricas (también en el resto del trabajo, claro) Andreas Barttol que le da un toque hermoso entre Galaxie 500 y Luna (Dean Wareham, en ambos casos). Se complementa bien el sonido con el chelo y unos drones a cargo de Elsie que añaden una atmósfera muy Velvet Underground al tema. La otra aportación ajena en la creación de los temas del disco está en “The hand that signed the paper” que está inspirada en un poema de Dylan Thomas. La música que le acompaña es la más cercana al Nick Cave de los comienzos, con ese tono entre grave y solemne que matiza el propio Julien con su piano. Para el final se guarda Jesus in the sand, un tema con ciertos matices góspel hasta en la letra, pero cuyo ritmo es algo más vivo como un fantasmal rockabilly de Johnny Cash o esas letanías que tanto gustan a Nick Cave &
The Bad Seeds. ¡Excelente remate para un excelente disco sin desperdicio, firmado por un excelente creador al que todo buen aficionado debiera conocer!
Txema Mañeru