“No toqué en directo hasta que no regresé de Londres. Hasta entonces, solo había grabado algún tema para colgarlo en My Space”. Nat Simons (Madrid, 1985) reconoce que el ambiente musical y festivo de la capital inglesa le animó a lanzarse al directo. En 2013 publicó Home on high, un disco en el que ha volcado toda su experiencia vital y todas sus influencias sónicas; que tienen más que ver el country que con el pop. Aunque Simons -quien mira constantemente hacia la americana music- también planea sobre su música con otra etiqueta: “Cuando empecé, me comparaban con Russian Red. Pero también me sorprendí de que a ella le calificasen como cantante folk cuando no lo es. Folk, es Karen Dalton. El hecho de que ella se haya distanciado de eso ha estado muy bien para que se vea que cada una hacemos una cosa distinta. También creo que se nos ha tachado de ‘chicas folk’ como algo negativo y repetitivo. Y tampoco somos tantas. No somos abanderadas de ningún estereotipo y no creo que deban juzgarnos por llevar un vestido bonito. Creo que con los hombres eso no pasa”.
Cuando habla de sí misma y de su condición de artista, se pone nerviosa. Quizá, por esa auto exigencia que nombra varias veces a lo largo de la conversación: “Me machaco mucho con el tema de la interpretación. Intento no leer críticas para no auto fustigarme porque soy muy exigente. Siempre escucho todo bien menos a mí misma. Creo que es mi cabeza. Siempre he cantado a mi manera y nunca he ido a clases. Lo que pasa también es que en cada canción siento que interpreto a un personaje distinto y eso me lleva a interpretar de maneras distintas”.
En 2012, actuó en el Primavera Sound en un horario caluroso. Las actuaciones de primera hora la tarde son la prueba de fuego para las bandas emergentes: “Toqué a las cinco de la tarde. Me gustó más la experiencia que el propio concierto; fue muy positivo. La actuación fue de media hora y se me pasó volando. La gente se acercaba y se quedaba mirando. Había poca gente, pero noté interés. Y, oye, todo cuenta. Eso me ha ayudado a curtirme”.
Cuando se le pregunta sobre qué cree que ha aportado su disco al panorama, no es rotunda: “Aunque sea mi carta de presentación, necesito más tiempo para escribir mi trayectoria. Creo que hago un estilo americano que aquí no se hace; por eso no me siento dentro de ninguna escena. Pero en realidad, creo que en el segundo disco cambiaré. Voy a seguir evolucionando”.
Por: Mary Purple
Foto: Roberto Ruiz Rodríguez