Sala La Riviera
31 de mayo 2014
Llenar La Riviera cinco veces en algo menos de un mes es difícil, más si tenemos en cuenta que lo hicieron antes incluso de lanzar el que es su último disco, La Deriva. La responsabilidad de Vetusta Morla era bastante alta. Pero en esta tercera noche, como siempre, supieron estar más que a la altura.
El cansancio de los dos días previos no hizo acto de presencia, la banda salió al escenario dispuesta a hacernos vibrar, a que formásemos parte de su deriva. Así, tocaron todos y cada uno de los doce temas de este trabajo, que sonaron tan bien como los clásicos con los que se alternaban, todo ello pese a que la acústica de la sala no era la mejor. Una cuidada selección de 22 canciones que al público le supo a poco, como se encargó de dar a entender pidiendo más cuando Pucho, Juanma, David, Guille, Álvaro y Jorge se retiraron ya de forma definitiva.
Cuidada, como también lo está cada elemento de su trabajo. Las letras y la música, por supuesto, pero también el diseño de los discos, los videoclips y el espectacular juego de luces que acompaña desde el escenario en los conciertos, y que este sábado no fue una excepción.
Este tercer concierto del año en Madrid es el último con los mexicanos Zoé como teloneros. Un grupo hasta ahora no demasiado conocido en nuestro país, pero que va creciendo poco a poco, a base de talento y esfuerzo, como los tricantinos. Estos últimos han puesto el broche de oro a un fin de semana redondo, y se despiden de la capital hasta junio, donde harán doblete y volverán a demostrar algo que nadie ha llegado a dudar: hay mucha esperanza en la deriva.
Texto y fotos: María Solano Conde