El término “trampantojo” hace referencia a un elemento que tiene forma de una cosa pero que en realidad es otra diferente. Dicho de otra manera, que no es lo que parece. Una sensación que puede ser aplicable respecto a lo que esconde Dos y Dos, el disco (compuesto por sólo seis canciones) realizado por Galavera, o lo que es lo mismo, Raúl Tamarit, voz y guitarra de Los Radiadores, y su mujer Vanessa Juan.
Si a priori nos fijamos en las pistas que nos ofrece este álbum todas apuntan en un mismo sentido: Una portada de colores sepias que recrea una de esas fotografías que podemos encontrar en cualquier álbum familiar y que nos retrotraen a épocas pasadas; el propio título del disco, extraído de la mezcla de los dos nombres de las hijas de la pareja (Gala y Vera) y sobre todo, en su parte musical, la decisión de dar predominancia casi total a lo acústico, ya sea por medio de las guitarras o cuerdas. Con todo esto parece evidente que tenemos un trabajo que pretende, por medio de un sonido “de raíces”, ya sea el folk, el country o similares, crear un ambiente emotivo y evocador. Y efectivamente es así, pero ni mucho menos a la larga es sólo eso.
¿Y cuál es el matiz que interviene para que se dé esa situación ambivalente? Pues seguramente la propia “personalidad” de Tamarit y su, visto el contenido global del álbum, inseparable deje punk/rock. Éste se va a manifestar desde en su tono de voz, esa forma agresiva y rasgada de cantar, como en su propia actitud a la hora de afrontar las canciones, que terminará por llevarlas hacia derroteros nada convencionales dentro de lo que se podría esperar en el contexto indicado.
Perfecto ejemplo de todo esto es la inicial No quiero volver a tu lado. Aquí es principalmente la guitarra slide y el violonchelo, omnipresente y capital en cuanto a dotar de un sabor especial al disco, los que aportan ese lado más melancólico, mientras que la manera de frasear y el carácter que adopta a la hora de interpretar, sobre todo en su estribillo, le imprime un tono decididamente rock, situándola en una doble vertiente, esa en la que nos puede recordar al Josele Santiago de la última época “enemiga” o en su andadura en solitario. En el brindis que abandera Sal y limón se escorará hacia una representación más melancólica y Te inventaré, que parece hacer las veces de nana, también por su letra, suena más recogida e íntima pero igualmente intensa, en parte también por la presencia de las percusiones.
La clara alusión que realizan al cineasta Luis García Berlanga por medio de Jueves, milagro también tiene su correspondencia en la forma musical, adquiriendo esos modos entre la farsa, lo burlesco y desvergonzado que la convierte en más juguetona, con más ritmo y que nos puede llevar hasta Siniestro Total cuando se meten por esos terrenos, algo también presente en A la sopa boba. En el otro extremo nos encontramos la más pop y “naive”, interpretada por Vanessa Juan, Semana Santa, composición de Edu Fort, que les emparenta con grupos como Family o La Buena Vida.
El tiempo dirá si esto que es Dos y Dos ha sido el principio de un proyecto estable o un “divertimento”, término para nada peyorativo. Sea como sea, este mini LP sabe jugar perfectamente esas dos bazas, que son la actitud roquera y un sonido acústico, melancólico y cercano al folk, para lograr un resultado tan curioso como estimulante.
Kepa Arbizu