“En éste disco reflejamos muchos tipos distintos de derivas. Unas positivas, otras artísticas y también las emocionales”
Al escuchar La Deriva uno no puede evitar sentir la sensación de que Vetusta Morla tenía muchas de volver a pisar con más fuerza que nunca las tablas. Y es que a poco que uno escuche el que ellos mismos definen como “su quinto trabajo” se dará cuenta que detrás de éste nuevo disco hay mucha rabia contenida y unas ganas tremendas por alzar la voz, de forma más clara y rotunda que nunca, para poner los puntos sobre las íes a través de un puñado de canciones que suponen un giro del timón que hasta la fecha guiaba la dirección musical de sus composiciones.
Ahora los madrileños suenan menos oníricos y crípticos que nunca en virtud de una apuesta más directa, tanto que casi por momentos parece beligerante, en la que, siguiendo la línea elaborada que siempre les ha caracterizado, no se esconden a la hora de denunciar unas situaciones que pese a estar escritas en primera persona no pueden ni tampoco pretenden disimular un espíritu que es común al sentir de La Deriva que está sufriendo en sus carnes la colectividad de éste maldito país.
Semanas atrás, en el marco de la ronda promocional que tuvo lugar con motivo de la salida a la venta del disco, tuvimos la oportunidad de mantener una interesante charla con Álvaro B. Baglietto, bajista de la banda, quien amablemente pilotó nuestra nave hasta la orilla del conocimiento para mostrarnos todo lo que ha rodeado a la gestación de La Deriva.
“La Deriva” es el tercer trabajo de Vetusta Morla. ¿Cuáles son las sensaciones en el seno de la banda ante el disco recientemente editado?
Álvaro: Las sensación general con “La Deriva” es la de estar muy satisfechos con el trabajo realizado. Y también la de haber terminado con aquello que queríamos hacer, una sensación que aunque parezca mentira no siempre se tiene. Dicen que los trabajos de estudio no se acaban sino que se abandonan, pero en ésta ocasión todos estamos muy contentos con el resultado final de lo que habíamos grabado.
De unos años a esta parte os habéis convertido en uno de los grupos de mayor tirón dentro de nuestra escena. ¿Habéis sentido mucha presión a la hora de facturar ésta nueva obra por el miedo a decepcionar al público?
Álvaro: En muchas entrevistas promocionales de “Mapas” ya nos preguntaban lo mismo. En aquella ocasión era como algo nuevo. Veníamos de terminar la primera gira con “Un día en el Mundo” y nos dijimos “¿y ahora qué?”. Era la primera vez que estábamos en esa situación. No sentíamos presión, sino que no sabíamos qué hacer. Éramos totalmente nuevos. Después de haber tenido una gira tan intensa con “Mapas”, de la que han surgido otros proyectos como “La Orquesta Sinfónica” o “Los Ríos de Alice”, nos dimos unas vacaciones. Al reencontrarnos vimos que en poco tiempo habíamos hecho cuatro referencias, por lo que teníamos ganas de hacer algo diferente. Había mucha ilusión por soltar todas las emociones que teníamos desde tiempo atrás. “Mapas” salió en mayo de 2012, casi coincidiendo con el 15-M, por lo que guardábamos sensaciones que hemos ido construyendo hasta plasmarlas en éste disco. Había necesidad de autor de expresarnos, componer y comunicarnos. Más que presión teníamos ganas y necesidad de comunicar.
Atendiendo a lo que pone en vuestra hoja de promo, podríamos decir que “La Deriva” se trata casi de un disco conceptual. ¿Cómo surgió la idea crear un trabajo que siguiera el hilo conductor de lo que os evocaba una sola palabra?
Álvaro: Los seis teníamos muy claro las sensaciones que queríamos transmitir pero hasta que no dimos con el concepto nada encajó. Fue importante dar con la clave. El verano pasado fijamos el concepto de “La Deriva”, porque todos andábamos con nuestra deriva individual. Al cerrar el libro de “Mapas”, cada uno expandió su universo personal por donde buenamente pudo por lo que nos sentíamos muy en “La Deriva”. Una idea que encajaba también con lo que veíamos y seguimos viendo a nuestro alrededor. Encontrar el concepto con el que todos nos sentíamos muy a gusto e identificados fue fundamental. Es una idea que se refleja en la portada; un momento en el que el paso lógico se rompe y no sabes muy bien hacia dónde vas, para bien o mal. En éste disco reflejamos muchos tipos distintos de derivas. Unas positivas, otras artísticas y también las emocionales, claro está.
En el aspecto de las letras parece que, siendo bastante abiertas, sí que son menos crípticas, puesto que hablan muy a las claras de un mundo en franca decadencia y crisis. ¿Estamos ante una obra que refleja el día a día de millones de personas; o quizás ante un trabajo escrito en primera persona por las propias circunstancias personales de la banda?
Álvaro: El disco está escrito en primera persona. Y siempre ha sido así en todos nuestros trabajos. Otra cosa es que lo que contamos sea universal, como puede pasar con otros de nuestros trabajos. La gente también se ha sentido muy identificada con lo que decíamos en discos como “Un día en el Mundo”, lo que ocurre es que en éste caso al ser un trabajo menos críptico y más frontal la identificación puede ser algo más sencilla. También ha sido un diálogo lírico que ha surgido de la mano y a la par, de la necesidad que teníamos musical y artística de enfocar el ritmo de las bases de las canciones. La letra y música tienen que ir de la mano por lo que era necesario que todo fuera más directo, de ahí el enfoque de las canciones.
Y paradigmáticamente parece que es el que menos tiempo y trabajo de preparación interna ha requerido.
Álvaro: Mucho menos que los anteriores. Ha sido un trabajo de tres meses realmente. Durante “Mapas” editamos dos discos más. Pero éste lo hemos hecho en tres meses y a la primera. Llegaba Guille con un riff y rápidamente le buscábamos una base muy directa. Creo que teníamos la necesidad de hacer esto. Veníamos de un enfoque más onírico y queríamos cambiar.
Cantáis “Hay Esperanza en La Deriva”. ¿Qué parte positiva le ve Vetusta Morla a toda esta situación tan desagradable?
Álvaro: Hay muchas cosas positivas en todo lo que está ocurriendo. La gente se ha unido y se están planteando reformas e ideas. Se están ayudando más que nunca. Está habiendo mucho sentido de comunidad. Nos hemos dado cuenta de los errores que hemos cometido desde la más absoluta autocrítica. Cuando te arrinconan y te ponen en una situación extrema está visto que el ser humano es capaz de organizarse para crear soluciones nuevas. Día a día estamos viendo como la gente innova para darle soluciones a todo esto. Es alentador ver cómo están luchando contra todo lo que está ocurriendo.
En “Golpe Maestro” decís que “fue un golpe maestro quitarnos la sed”. ¿Os referís al hecho de habernos dado todo como paso previo a la crisis que ellos mismos han creado?
Álvaro: Las letras han surgido de la sensación personal. Nacen de la decepción de que nos vendieran un estado de bienestar y darnos cuenta que no es así. Es un desengaño al despertar viendo la realidad de lo que estaba pasando. La parte negativa es la desilusión, la impotencia y la rabia que se siente al sentir que nos han engañado.
Últimamente cada vez más grupos muestran un compromiso social en sus letras, bandas que hasta ahora en muchos casos no solían mojarse. ¿A qué creéis que responde ésta tendencia?
Álvaro: Yo creo que no es una decisión nada racional. Si uno estudia la historia del arte se va a dar cuenta de que hay multitud de ejemplos que reflejan cómo éste recogía lo que ocurría a su alrededor en diversos movimientos sociales. Es inevitable. También somos personas y seguro que en cualquier conversación diaria se tocan estos mismos temas. El artista plasma la emoción desde un punto de vista personal en lo que hace. Es lógico que esté ocurriendo.
Después de tantos años juntos, habiendo tenido que pelear duro para conseguir el éxito en noches y noches de garitos casi vacíos en la capital hasta lograr meter a miles de personas en vuestras actuaciones cuando os quedáis a solas. ¿Os paráis a reflexionar en todo lo que habéis logrado?
Álvaro: La gente de Madrid es la que conoce estos datos que comentas, fuera no ocurre así. Sinceramente, nosotros sentimos una gratitud enorme hacia todo nuestro público que es el que hace posible que ocurra todo esto. Son la razón de estar aquí. Nuestra evolución la sentimos día a día después de muchos años. Esto no ha sido sacar un disco y vender un buen puñado de copias. Hemos ido muy poco a poco. Un hecho que te hace vivir una pequeña realidad a la que te vas haciendo paso a paso. Lo que sí recuerdo nítidamente es que antes no teníamos tanto trabajo, sino nuestro trabajo a parte de la música. Ahora tenemos mucha labor y no solamente artística, que se nos da bien, sino por el hecho de tener un sello que seguimos gestionando de manera autónoma. Es un auténtico lío porque cuánto más crece el grupo, más respuesta tienes que dar cómo empresa y sello discográfico.
Más allá de haberos convertido en uno de los grandes grupos para toda una generación y de la calidad de vuestras canciones, quizás vuestra principal enseñanza sea la de la constancia.
Álvaro: Si algo merece la pena, hay que echarle tiempo. Merecerá la pena desde el punto de vista de que te llena. Si no, no vas a aguantar. Nosotros nos llevábamos bien, nos gustaba lo que hacíamos y cada concierto era nuestra gasolina. Personalmente antes de estar en Vetusta Morla, tocaba en otras bandas y en los locales veías a grupos que valían muchísimo. Lo que ocurre es que se cansaban y se disolvían, y luego hay veces que ves a sus antiguos componentes y te preguntan “¿cómo lo habéis hecho?”. Es sencillo. Si quizás ellos también hubieran aguantado, lo hubieran hecho. Si lo dejas seguro que no vas a conseguir nada.
De aquí a unas semanas comenzaréis vuestro particular “Tour de Francia” para presentar las nuevas canciones en multitud de escenarios. ¿Cómo lo afrontáis?
Álvaro: Lo afrontamos con muchísimas ganas. Precisamente durante éstas semanas estamos preparando lo que va a ser la gira con la nueva escenografía, las luces y con un repertorio nuevo. Nos hace ilusión incluir las canciones nuevas y readaptar las antiguas de alguna manera para que entren con coherencia en el nuevo espectáculo. La vida de un músico vive distintas fases. Hemos pasado la de creación y grabación; ahora toca girar. Estos procesos están bien muy porque te ayudan a no cansarte, así siempre tienes fuerzas e ilusión. Nosotros estamos deseando empezar la etapa que ahora toca.
Por cierto, aquí en nuestro país vuestros teloneros serán los mexicanos Zoé.
Álvaro: Es un intercambio. Nosotros hemos venido ahora de abrir sus shows en Latinoamérica. Son nuestros amigos y al otro lado del Atlántico, les va muy bien.
Una relación interesante de ida y vuelta que en un futuro podrían copiar otros grupos…
Álvaro: Allí hay un gran potencial de público. Nosotros lo entendemos como un intercambio básico para nuestro sello, Pequeño Salto Mortal. Con él no hacemos grandes campañas de publicidad, por lo que es una forma de darse a conocer bastante bonita. Hemos girado con ellos en lugares importantes donde metían de cinco mil a ocho mil espectadores. A día de hoy Zoé es el grupo que más está pegando allí. Están en un plano muy grande y tienen una repercusión impresionante.
La verdad es que da un poco de envidia la pasión con la que viven en toda Latinoamérica la música…
Álvaro: Allí no hay etiquetas. Lo importante es la música. Y Zoé ha funcionado por encima de etiquetas. Para qué delimitar. Ese ha sido uno de los grandes problemas de éste país, el de delimitar.
¿Cuáles son los planes de futuro más inmediatos que maneja Vetusta Morla?
Álvaro: Vamos a hacer una gira de presentación de “La Deriva” en unos shows que producimos nosotros por toda España. Desde finales de Abril hasta Junio. Luego empiezan los festivales en los que tocaremos canciones de todo nuestro repertorio. Y después iremos a tocar a París, Londres y Edimburgo, fechas que nos hace mucha ilusión porque en las dos últimas ciudades no hemos estado nunca. También estamos barajando tocar en otras ciudades europeas, donde seguro habrá muchos españoles, para después ir a tocar a México, Argentina, Colombia, Uruguay. También esperamos poder incluir algún país que sea novedad como Chile y Ecuador.
Por: Javier González/javi@elgiradiscos.com
Fotos: Jerónimo Álvarez.