Sex Museum son ya todo unos veteranos dentro del rock hecho en España y que además han sabido mantener su identidad y principios a lo largo de los años, lo que les ha servido para mantener su carisma intacto. Eso no quiere decir que en el transcurso de su trayectoria no hayan sabido añadir o modificar ciertas características a su sonido.
Su nuevo disco Big City Lies, que ya reseñamos recientemente, ha sido editado tras realizar una gira en la que volvían a visitar sus viejas canciones, algo que ha añadido a este trabajo esa crudeza e intensidad de antaño. Sobre todo ello, y muchísimas cosas más, nos habla una de las cabezas visibles del proyecto, Fernando Pardo, en esta entrevista.
Han pasado tres años desde que editarais “Again & Again”, vuestro último trabajo; un período de tiempo que habéis dedicado a tocar y dar rienda suelta a otros proyectos musicales, por lo que nos interesaría conocer, ¿de qué forma y en qué momento comenzaron a surgir las canciones que han dado vida al nuevo disco? ¿Y también si había alguna idea preconcebida de editar nuevo material para éste año o si simplemente las canciones fueron surgiendo en el local de ensayo?
Fernando: Esta vez lo hicimos como solíamos hacer hace años, las canciones las sacamos Marta y yo en casa con calma entre la primavera y el verano pasado y cuando las tuvimos todas, las llevamos al local para enseñárselas al resto del grupo. A Marta le daba la impresión de que al tocar en tantos grupos diferentes tres miembros del grupo, el proceso de sacar las canciones acababa siendo demasiado rápido y quería que al menos la composición se hiciera con tiempo suficiente. Quería que pensáramos en el disco en conjunto y no como un montón de canciones diferentes que sólo tenían en común que habían sido tocadas por el mismo grupo.
Desde hace unos años no ensayamos prácticamente nada, ni vamos al local más que para sacar las canciones cada vez que vamos a grabar un disco. Esta es la forma de hacer las cosas de Los Coronas que acabó exportándose a Sex Museum y Marta no quería seguir funcionando de esa manera, quería dedicar tiempo a hacer las canciones y pensar en el disco de forma global, sin prisas. Luego los ensayos fueron a toda hostia, más que nada porque parte del grupo no tiene prácticamente tiempo para ir al local porque viven lejos del centro de Madrid y tienen las típicas obligaciones de la gente mayor. Lo que Marta quería evitar era que el espíritu de “hagamos todo a toda hostia que me tengo que ir a toda prisa” dominara también este disco, quería hacerlo como en los viejos tiempos, dedicándole el máximo tiempo y cariño.
De este disco se ha dicho que es una vuelta a los orígenes de la banda. Una sentencia que no comparto del todo pero que puedo entender en parte por el hecho de que habéis recuperado un sonido más crudo y por la reciente gira en la que habéis revisitado viejos temas. ¿Había en vuestra intención a la hora de grabar “Big City Lies” algo de esa “vuelta a los inicios”?
Fernando: Queríamos aprovechar la actitud que habíamos conseguido durante la gira de “Back To The Fuzz”, en la que repasábamos nuestros primeros discos. Habíamos conseguido un sonido más crudo y una actitud más agresiva y queríamos mantener eso en este disco. Por ese lado sí que hay una vuelta a los orígenes, cuando éramos una banda unida y a partir de esa unión se creaba una energía especial. Cuando se lleva tanto tiempo en un grupo es muy complicado mantener el espíritu inicial, el espíritu adolescente. De pronto, según pasa el tiempo, te ves en un grupo con gente con la que no tienes nada en común, con la que no compartes nada. Gracias a la gira de “Back To The Fuzz” conseguimos llegar a sentir algo parecido a lo que sentíamos al principio del grupo, cuando éramos mitad grupo, mitad pandilla de delincuentes juveniles.
Gran parte del mérito ha sido de Marta, que ha conseguido unirnos otra vez a los tres que llevamos en el grupo desde el principio y aislarnos de la visión excesivamente racional y práctica de la vida que empezaba a dominar el grupo y que estuvo apunto de apagar la llama del espíritu original.
Una de las características de Sex Museum creo que es el hecho de que siempre habéis intentado aportar matices o sonoridades nuevas a vuestro estilo. Personalmente os veo como esas piedras que al rodar cogen todo lo que hay por el camino y lo añaden a su forma pero sin perder su esencia. ¿Os veis de esa manera?
Fernando: Sí, tenemos gustos amplios y tratamos de que todo sume e imagino que es eso es a lo que te refieres. Pero gracias a Miguel y a Marta todo suena siempre personal, creo que son tan personales y diferentes a casi todo lo que hay que aunque traten de asimilar algo que les guste, siempre sonará a ellos. También hay que reconocer que los dos no son mucho de copiar o de aprender el estilo de alguien, son de hacer todo a su manera y eso ayuda.
Una canción instrumental como “Huesos de santo” nos hace pensar en Los Coronas. El hecho de que varios integrantes formen parte de dicha banda y/o Corizonas, ¿acaba por filtrarse algo a la hora de componer con Sex Museum, aunque sea de manera inconsciente?
Fernando: Es la canción que más se desarrolló en el local de ensayo y por eso suena a Coronas, porque los tres que tocamos en los Coronas somos más vagos y menos esforzados a la hora de componer. Como no teníamos mucho tiempo para ensayar en el local, buscamos directamente lo que ya habíamos hecho en otras canciones de los otros grupos y que sabíamos que funcionaba.
La parte negativa de tocar en tantos grupos y no ser muy creativo es esa, que siempre nos iremos a lo que ya hicimos en otra canción y nos funcionó. La parte positiva es que te adaptas a lo que sea a toda velocidad.
Hay dos temas como “Judee Sill” y “Odio” en los que cantáis en castellano, ¿qué os ha llevado a elegir dicho idioma para interpretarlas?
Fernando: Creo que cantar siempre en inglés limita a Miguel y personalmente me veía en la obligación moral de hacer al menos un par de letras en castellano. Hace un par de discos decidí no hacer más letras en Inglés, no es mi idioma y ya no me lo creo, un día dejó de tener sentido. Imagino que es una crisis de madurez, después de haber hecho docenas y docenas de letras en inglés durante años. Ahora las letras en inglés las hace Marta.
¿Debemos entender dicho mensaje como una prueba para un posible cambio de idioma en un futuro no muy lejano?
Fernando: No creo, como mucho se alternarán, no creo que dejemos nunca el inglés del todo.
Sex Museum a lo largo de los años ha mantenido un núcleo central de integrantes casi inamovible, en el que además hay lazos muy fuertes en la relación entre ellos. ¿A la larga esa situación ayuda a cohesionar de manera más fuerte y estable el grupo?
Fernando: Si no fuera por esa unión nos hubiéramos diluido, esa relación es la que hace que las cosas sigan adelante con un espíritu parecido al del principio. Aunque nos hemos peleado muchas, muchas veces entre nosotros tres, con el tiempo he visto claro que un grupo como nosotros sólo puede sobrevivir si hay lazos más allá de la amistad o de los gustos musicales. La amistad se desvanece con el tiempo y los gustos cambian. La otra cosa que hace que un grupo dure tanto tiempo es el dinero y no hemos ganado lo suficiente para generar esa “fidelidad postiza”.
Visto el largo recorrido que lleváis efectuado, desde mediados de los ochenta, ¿tenéis la sensación de haber cambiado mucho, ya sea vosotros como grupo o el propio entorno musical, o al fin y al cabo es como dice la famosa frase “cambiar todo para que todo siga igual”?
Fernando: Ahí lo has definido perfectamente, lo nuestro es claramente “cambiar todo para que todo siga igual”. Nuestros gustos más que cambiar, han crecido o han evolucionado en una dirección por la que nos resulta fácil volver atrás.
Aquellos que somos seguidores de la banda y que admiramos vuestras canciones, no podemos dejar de sentir cierto orgullo no solamente por seguir a un grupo musicalmente cojonudo y que además desprende una actitud y amor por lo que hace enorme. ¿Cómo se consigue llevar casi treinta años al píe del cañón, batallando, sin perder las ganas ni desfallecer un solo momento?
Fernando: Hay que tener un carácter un poco especial, ser de alguna manera asocial o antisocial y que te cueste encajar en lo que te rodea. Imagino que eso tiene un nombre médico que lo define y una medicina que lo trata. Nosotros al final hemos usado el grupo como terapia y también para ser conscientes de nuestra fortaleza y nuestro aguante. También tiene mucho que ver que disfrutamos mucho con este tipo de vida.
De todos estos años de trayectoria. ¿Cuál es la principal enseñanza que os ha brindado la música?
Fernando: Es una de las últimas cosas a la que te puedes dedicar como si fueras un antiguo artesano y también es algo que puedes llevar muy a tu bola, sin jefes ni nadie que te diga lo que debes hacer. Así puedes crecer de una forma muy personal y con el ritmo que te marcas tú mismo. Gracias a eso te desarrollas de una manera en la que miras mucho dentro de ti y te haces muy consciente de tus habilidades y limitaciones. Gracias, o por culpa, de todo esto, la principal enseñanza que me ha dado la música es que no vale la pena vivir la vida encadenado a nada ni a nadie y que además es posible vivir así, por difícil que resulte a veces.
Esto no es extensible ni a músicos que sean gregarios, o los que necesitan ante todo reconocimiento, o sociópatas que solo buscan medrar, estatus social, poder o dinero. Y tampoco, por desgracia, a los músicos que andan tan tirados de pasta que tienen que hacer cualquier cosa por sobrevivir. Estos son los más desgraciados de todos, los esclavizados por la pura necesidad.
El año que viene se cumple vuestro treinta aniversario como banda. ¿Tenéis preparado algo para celebrar dicha efeméride?
Fernando: Aún no. Habrá que empezar a pensar en algo…
¿O por el contrario con seguir vivos y luchando con la que está cayendo os conformáis?
Fernando: Los culpables de “joder la cultura” son los consumidores, los que deciden consumir un tipo de cultura u otra, que tiran con mucha facilidad a lo fácil, a lo que es gratis y a lo que les hace sentir que son parte del momento, o mas exactamente de la moda del momento. La masa es tan apestosa como necesaria, sin ella no existiría la creación pura del que se revuelve en contra de todo. Sin ella no existiría el creador desubicado que no se encuentra representado por nada y tiene que romper todo lo establecido. “La que está cayendo” seguro que es ahora la misma que hizo que Dalí, Picasso, Lorca o Buñuel decidieran desmarcarse de sus contemporáneos y de la desidia cultural y social que les rodeaba para romper moldes y crear unos nuevos.
Lo de los políticos es un caso aparte, pero lo que pasa ahora es lo mismo que ocurría hace un siglo y de lo que se quejaba Pérez Galdós en Los Episodios Nacionales. La actitud de aceptar un trabajo a costa de convertirse en esclavos dice muy poco de los españoles. Demuestra que el refrán de “ande yo caliente, ríase la gente” ha mutado en “ande yo caliente, me la suda el resto de la gente”. El español medio es incapaz de ningún tipo de empatía abstracta o de conjunto. Es como el caso de la madre que odia y desprecia a los drogadictos hasta que un día su hijo, el modélico y buen estudiante, se convierte en uno y decide crear una asociación de “madres contra la droga” para ayudarle. ¿Qué es lo que ha cambiado en el cerebro de esa mujer? Simplemente que antes lo que le ocurría al resto se la sudaba, creía férreamente en sus cuatro dogmas y hasta que la vida no la puso a prueba no se dio cuenta de que lo que le pasa a uno nos puede ocurrir a todos. Es como el imbécil del obrero pobre y maltratado por la vida que aún tiene los cojones de decir que “es de derechas de toda la vida”. Tenemos políticos estúpidos y codiciosos a la altura de la masa estúpida, codiciosa e ignorante que forma España. Así se explica lo fácil que caemos siempre bajo las redes de las grandes compañías o de cómo los gobiernos de EEUU o China tienen tanta fuerza en las decisiones políticas, económicas y hasta judiciales. Somos unos patéticos peleles igual que nuestros políticos, lo único que nos cabrea realmente de ellos es que ellos se forran y nosotros no. Mientras parecía que había dinero para todos nadie se quejó, las quejas han venido cuando ha desaparecido el dinero para los de abajo y se ha impuesto la realidad, que somos un país de pobres y pringados del sur de europa, que sobreviviremos del turismo y de ser los siervos del norte de europa y demás países occidentales. País de camareros, porque los tenderos serán chinos. Y mientras nuestros gobernantes pensarán que el que no acepte eso, que se vaya.
Al menos nos queda consuelo de ver que nuestro Atleti se está marcando un temporadón. ¿Qué previsión haces para éste fin de temporada? ¿Un título, dos, ninguno?
Fernando: ¡Uf, todo, todo! O nada si al final no toca nada, con lo hecho ya estoy más que orgulloso y contento.
¿No crees que la enseñanza del Cholo de ser humildes con ganas de pelear e ir partido a partdido se asemeja mucho a la trayectoria de Sex Museum?
Fernando: Sí, tal vez. Lo que más me gusta del Cholo es como fuerza ese sentimiento de grupo, de unidad, de amistad y de lealtad a los colores por encima del dinero. Aunque al final de cada temporada el dinero desbarate y desmonte al equipo año tras año.
¿Qué crees que opinaría Zapatones en caso de poder ver lo que estamos haciendo?
Fernando: Lloraría de emoción, pase lo que pase al final. Era un tío muy temperamental y esta situación emociona, seguro que lloraría a gusto de felicidad.
Suponemos que los próximos meses estarán cargado de conciertos de presentación de “Big City Lies”. ¿Por qué ciudades os llevará la gira de presentación? ¿Habrá oportunidades de veros fuera de nuestras fronteras?
Fernando: Nuestras giras duran años, normalmente hasta que sacamos el siguiente disco, así que visitaremos montones de ciudades, algunas hasta un par de veces. Y lo de salir fuera es probable, a ver a donde nos lleva este disco.
Y más a medio plazo, ¿hay algo por ahí escondido que queráis/podáis contarnos?
Fernando: Lo de siempre, tocar, tocar y tocar, así viajamos, conocemos gente, probamos nuevas cosas y disfrutamos de lo de siempre pero cada vez de una manera diferente.
Mil gracias por todo. Sois un ejemplo de amor a la música. Y para nosotros, “El Giradiscos”, una pequeña web de amantes del rock que no ven un duro con la misma, todo un referente de esfuerzo, profesionalidad y talento. Os respetamos a muerte. Un abrazo enorme y… ¡Forza Atleti!
Fernando: ¡Joder! Forza Atleti, forza Atleti, forza Atleti, forza Atleti y forza Atleti un millón de veces. Un saludo, gracias por todo y hasta la próxima.
Nota: La entrevista a Fernando Pardo fue realizada semanas atrás, previamente al desenlace de la competición liguera. Finalmente decidimos no eliminar ninguna pregunta para no restarle ni un ápice de interés.
Por: Kepa Arbizu y Javier González/javi@elgiradiscos.com