En la actualidad el nombre de Johnny Cash ha quedado grabado en la memoria colectiva, mayoritariamente, como ese cantante crepuscular de profundísima y entrecortada voz. Pero alguien con un bagaje tan amplio como él es lógico suponer que ha vivido etapas muy diferentes. Los ochenta para muchos músicos que labraron su carrera durante décadas pasadas supusieron en muchas ocasiones un difícil transcurrir. No es una excepción la del mítico intérprete country. Tanto en lo artístico, desubicado en unas preferencias musicales de la época que le inclinaron a un sonido menos puro y profundo, como en lo personal, con un repunte en sus adicciones, no supusieron años fáciles.
Precisamente en ese contexto fue grabado Out Among the Stars, un álbum rechazado por Columbia en su momento y que ahora, tras ser descubierto por su hijo John Carter, ha visto la luz. Como siempre estas situaciones relacionadas con desempolvar viejas grabaciones de intérpretes ya fallecidos suelen ser motivo de polémica en lo relativo a la (sobre)explotación de su imagen. En esta ocasión, al margen del mayor o menor nivel final, se trata de un trabajo íntegro realizado en el pasado, con los músicos de los que en esa época se rodeaba, y por lo tanto no un refrito ni una invención.
Es cierto que para la edición actual las canciones han sido retocadas, o si se prefiere acabadas, ya que las originales no lo estaban del todo. En ese trabajo de cincelar las composiciones incluso se ha recurrido a alguno de los que tomaron parte en las sesiones originales, como Marty Stuart, que ha retocada algunas partes concernientes a las guitarras. El resultado final es la muestra de un Johnny Cash totalmente reconocible pero también circunscrito al sonido de esa época, y más en concreto a la labor ejercida por el productor Billy Sherrill, siempre en busca de un acabado más nítido y recargado.
Precisamente esa ambientación musical es la que se impone, y de alguna manera lastra el resultado final, de la canción que da título al disco, un clásico del country que aquí aparece interpretada con un tono más pop y con una instrumentación, por momentos excesiva, demasiado artificial. Algo que en menor medida se pude aplicar a I Drove Her Out of My Mind. Dos grandes melodías originales a las que no se les sabe sacar todo el jugo que a priori en manos del “hombre de negro”se debería obtener. Junto a Waylon Jennings va a interpretar I’m Movin’ On, en la que estilísticamente se impone el ejecutado habitualmente por el citado, con esa peculiar mezcla entre el rockabilly y el honky tonk.
Es cierto que en Rock and Roll Shoes nos vamos a encontrar a un Johnny Cash totalmente reconocible, pero lo va a ser sin esa profundidad acostumbrada. Frente a ello, algunos de los momentos destacables llegan de la mano de los dúos que hace con su mujer June Carter, ya sea por medio de la pegadiza Baby Ride Easy, excepcional su estribillo, o sobre todo Don´t You Think It’s Come Our Time, mucho más sentida y romántica.
La parte más interesante, y con algunos instantes realmente importantes, llegará de la mano de composiciones más sobrias e íntimas. Buen ejemplo de eso es la oscura She Used to Love Me a Lot, verdaderamente magistral por momentos y no tan alejada en cuanto a idea de lo que serían los American Recordings. En After All el músico se moverá en algo parecido a un vals/nana en la que observamos su voz relajada pero plena. Country clásico, nostálgico y de altísima calidad es el que asoma en Tennessee, y I Came to Believe, una de las dos composiciones propias junto a Call Your Mother, que dirigida por el piano, alcanza cotas sobrecogedoras, no obstante está escrita durante su estancia en un centro de desintoxicación y a modo de expiación.
No es Out Among the Stars uno de los discos que pasarán a la historia como principales a la hora de glosar la figura de Johnny Cash. Ni está a la altura de sus trabajos en los años sesenta o setenta, con su genial estilo, ni a los más actuales que han quedado en nuestra retina, con un tono crepuscular majestuoso. Eso no quiere decir que no haya mucho del músico norteamericano en él. Lo hay, contextualizado en el momento en que fue grabado originalmente pero sin impedir que trasluzca alguna de sus muchas y brillantes cualidades, y es que algunos pequeños destellos de esas deberían de ser suficientes para no dudar a la hora de acercarse a este álbum.
Kepa Arbizu.